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Miguel Rocha Vivas - Universidad del Valle

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146<br />

II Literatura inga<br />

Luego estaban el gavilán, el gallinazo y otras aves que representaban<br />

a los demás cabildantes. Ellos conversaban animadamente<br />

hasta que en algún momento alguien comentó que no muy lejos<br />

de allí había un gran cacique que estaba a punto de perder la vista<br />

porque se le estaban secando los ojos. Otro le contestó que el mejor<br />

remedio para eso era muy sencillo: tan solo tocaba recoger algunos<br />

cogollos <strong>del</strong> árbol donde estaban y se debía machacarlo bien y<br />

posteriormente revolverlo con sereno yako. 1 Después de haber comentado<br />

esto, el cóndor y todos sus acompañantes emprendieron el<br />

vuelo. Era entonces casi la madrugada. Juan Potochil, con todo lo<br />

escuchado, cortó y recogió una buena cantidad de ramas <strong>del</strong> árbol<br />

uasibun y de allí sacó lo necesario para hacerse la curación de sus<br />

ojos y luego, ya recuperada la vista, se tapó el cuerpo con las ramas<br />

que había cortado y emprendió el viaje hasta donde el gran cacique.<br />

Para poder guiarse mejor, de vez en cuando se subía hasta la copa de<br />

los árboles y desde allí divisaba el lugar a donde debía llegar.<br />

Habiendo encontrado el lugar donde el gran cacique se encontraba<br />

enfermo, decidió irlo a buscar; pero por su apariencia extraña no lo<br />

dejaban entrar, hasta que convenciendo a los cuidadores pudo entrevistarse<br />

con él. El cacique ordenó entonces darle comida y ropa buena,<br />

y decidió que nada se perdía con que ese hombre extraño intentara<br />

curarlo. Más tarde Juan Potochil repitió el mismo procedimiento que<br />

hizo para curarse él mismo y así pudo devolverle la vista al gran cacique.<br />

El gran cacique, en agradecimiento a tan bondadosa actitud,<br />

decidió que de allí en a<strong>del</strong>anté Juan Potochil lo sucedería en el mando.<br />

Y así fue. Juan Potochil se convirtió desde entonces en el cacique<br />

más prestigioso de esa región. La noticia llegó hasta oídos de su hermano<br />

mayor, quien decidió visitarlo y preguntarle cómo había descubierto<br />

la «cura» para la enfermedad de aquel gran cacique de quien<br />

había heredado todo su poder y riquezas. Juan Potochil viendo en<br />

los ojos de su hermano toda la codicia que lo caracterizaba, le contó<br />

que si quería acceder y conocer la medicina que había curado al<br />

gran cacique, debía pasar por lo mismo que había pasado él. Entonces<br />

1. «Agua de sereno», que generalmente se encuentra en las madrugadas depositada<br />

en las hojas de los árboles. Entre los ingas se cree que este tipo de agua tiene grandes<br />

cualidades curativas. (Nota <strong>del</strong> original).

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