15.05.2013 Views

Miguel Rocha Vivas - Universidad del Valle

Miguel Rocha Vivas - Universidad del Valle

Miguel Rocha Vivas - Universidad del Valle

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

230<br />

II Literatura nasa<br />

diferentes partos de la tierra. Luego los paeces comenzaron a casarse<br />

enamorándose entre nasas de diferentes padres y sectores.<br />

(Portela, 2000: 15)<br />

cómo obtuvieron los nasa la can<strong>del</strong>a1 Cuentan los antepasados que en una época no había can<strong>del</strong>a en<br />

abundancia; la única que tenía en todos los alrededores era una viejita,<br />

y la mantenía en una fogata bien grande para ella sola.<br />

Entonces los vecinos mandaban a los jóvenes para que le pidieran<br />

un poco de can<strong>del</strong>a; la viejita no les negaba, pero les daba muy poquito,<br />

en pedacitos de bagazo; les prendía pajitas secas y estas se apagaban<br />

antes que cualquier muchacho lograra llegar a la casa.<br />

Por eso todos consideraban que la viejita era una egoísta por no<br />

compartir la can<strong>del</strong>a, hasta que un día los muchachos se inventaron<br />

una fórmula para coger algo de can<strong>del</strong>a. Esperaron pacientemente<br />

hasta el momento en que la viejita salió con sus cueros de dormir a<br />

despulgarse al sol, y mientras estaba entretenida matando las pulgas,<br />

un muchacho llegó despacito por detrás y se llevó un buen tizón y<br />

empezó a correr. La viejita, al sentir el trote <strong>del</strong> muchacho, lo alcanzó<br />

a ver y por supuesto lo que llevaba, [y] la viejita empezó a correr<br />

tras de él, pero los años no habían pasado en vano. La viejita corría<br />

como una gacela, y ya estaba a punto de alcanzar al joven cuando<br />

este lanzó el tizón por los aires de tal manera que se fue ardiendo<br />

por el viento y cayó en un pajonal seco. Al instante se prendió toda<br />

la tierra. La viejita solo se quedó viendo. Desde ese día toda la gente<br />

consiguió la can<strong>del</strong>a.<br />

Donde sucedió esto hay una loma grande de puro pajonal que se<br />

llama «Planada de can<strong>del</strong>a» (Ipi-ukue). Es por eso que al resguardo lo<br />

llamaron «Calderas»<br />

(Plaza, 1994: 18-19)<br />

1. La arcaica «Dueña <strong>del</strong> fuego», avara por naturaleza, es asaltada por héroes ágiles y<br />

astutos como los muchachos, el conejo, la ardilla, la comadreja (véase el relato camëntsá<br />

«La ardilla y la comadreja»).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!