Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Jud...<br />
De un tirón, le bajo el pantalón seguido de <strong>lo</strong>s calzoncil<strong>lo</strong>s, y su enorme erección<br />
<strong>que</strong>da esplendorosa ante mí. ¡Guau, madre mía! Lo empujo y cae sobre la silla. Vuelvo a<br />
sentarme a horcajadas sobre él y le pido:<br />
—Arráncame el tanga.<br />
Dicho y hecho. Eric tira de él, rompiéndo<strong>lo</strong>, y mi húmeda vagina descansa sobre su<br />
dura erección. No le doy tiempo a <strong>que</strong> piense; me alzo y <strong>lo</strong> meto dentro de mí. Estoy tan<br />
mojada..., tan excitada..., <strong>que</strong> su erección entra totalmente, y cuando me encuentro encajada<br />
en él, exijo:<br />
—Mírame.<br />
Lo hace. ¡Dios, es todo tan morboso!<br />
—Así..., así quiero tenerte. Así <strong>siempre</strong> estamos de acuerdo.<br />
Mis caderas se contraen y mi vagina <strong>lo</strong> succiona mientras siento <strong>que</strong> se quita <strong>lo</strong>s<br />
panta<strong>lo</strong>nes y éstos <strong>que</strong>dan tendidos de cualquier manera en el sue<strong>lo</strong>. Eric jadea ante una<br />
nueva acometida mía y le beso. Esta vez su boca me devora y me exige <strong>que</strong> continúe<br />
haciéndo<strong>lo</strong>. Yo paro mis movimientos. No nos movemos. Só<strong>lo</strong> estamos encajados el uno en<br />
el otro y disfrutamos del morbo <strong>que</strong> nos ocasiona la situación. La excitación es máxima. Es<br />
plena, y entonces mi alemán se levanta conmigo encajada en él, me lleva hasta la escalera<br />
de la librería y me empotra contra ella.<br />
—Agárrate a mi cuel<strong>lo</strong>.<br />
Sin demora, le hago caso. Él se coge a una de las tablas de la escalera <strong>que</strong> hay por<br />
encima de mi cabeza y se hunde totalmente en mí, y yo grito.<br />
Una..., dos..., tres... Tensión.<br />
Cuatro..., cinco..., seis... Jadeos.<br />
Mi Iceman me hace suya mientras yo le hago mío. Ambos disfrutamos. Ambos<br />
jadeamos. Ambos nos poseemos.<br />
Una y otra vez, me empala, y yo <strong>lo</strong> recibo, hasta <strong>que</strong> mi grito de placer le hace saber<br />
<strong>que</strong> el clímax me ha llegado, y él se deja ir mientras se hunde en una última y poderosa<br />
ocasión en mí.<br />
Durante unos segundos, <strong>lo</strong>s dos permanecemos en esta posición, contra la escalera y<br />
apretados el uno contra el otro, hasta <strong>que</strong> se suelta de la barandilla, me coge de la cintura y<br />
regresamos a la silla. Cuando se sienta, aún dentro de mí, me besa.<br />
—Sigo enfadado contigo —asegura.<br />
Eso me hace sonreír.<br />
—¡Bien!<br />
—¿Bien? —pregunta, sorprendido.<br />
Lo beso. Lo miro. Le guiño un ojo.<br />
—¡Mmm! Tu enfado hace <strong>que</strong> tenga una interesante noche por delante.