Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Eric sabe <strong>lo</strong> <strong>que</strong> te gusta, pero yo quiero saber cómo te gustan las mujeres.<br />
—Calientes y morbosas. —Y sin dejar de mirarme, pregunta—: Eric, ¿tu mujer es<br />
así?<br />
Mi Iceman pasea su lujuriosa mirada sobre mí y asiente.<br />
—Sí, <strong>lo</strong> es.<br />
Su seguridad me hace jadear y, dispuesta a ser todo eso <strong>que</strong> él afirma <strong>que</strong> soy, <strong>lo</strong><br />
animo:<br />
—¿Qué es <strong>lo</strong> <strong>que</strong> deseas de mí, Dexter?<br />
El hombre mira a Eric, y tras éste asentir, puntualiza:<br />
—Quiero tocarte, atarte, chuparte y masturbarte. Dirigiré <strong>lo</strong>s juegos, os pediré<br />
posturas y <strong>lo</strong> pasaré chévere con <strong>lo</strong> <strong>que</strong> hacéis. ¿Estás dispuesta?<br />
—Sí.<br />
Dexter coge una bolsa <strong>que</strong> cuelga de la silla y dice, tendiéndomela:<br />
—Tengo ciertos juguetitos sin estrenar <strong>que</strong> quiero probar contigo.<br />
Abro la bolsa. Veo una nueva joya anal. Esta vez con el cristal rosa. Me sorprendo y<br />
sonrío. ¿Estará de moda eso en Alemania? Con curiosidad abro una cajita donde hay una<br />
cadenita con una especie de pinza en cada extremo, y cuando la cierro, observo un par de<br />
consoladores. Son suaves y rugosos. Uno de el<strong>lo</strong>s es un arnés con vibración. Los toco, y<br />
Dexter explica:<br />
—Quiero introducir<strong>lo</strong>s dentro de ti; si me dejas, claro.<br />
Eric me aprieta contra él y afirma con voz ronca:<br />
—Te dejará, ¿verdad, Jud?<br />
Asiento.<br />
Ca<strong>lo</strong>r..., tengo mucho ca<strong>lo</strong>r.<br />
Dexter coge la bolsa, saca la cajita <strong>que</strong> he abierto segundos antes, me enseña la<br />
cadena y murmura:<br />
—Dame tus pechos. Voy a ponerles estos clamps.<br />
No sé qué es eso. Miro a Eric, y éste me indica tras tocar<strong>lo</strong>s:<br />
—Tranquila, no dolerá. Estas pinzas son suaves.<br />
Acerco mis pechos a a<strong>que</strong>l hombre, y entonces la carne se me pone de gallina<br />
cuando con a<strong>que</strong>lla especie de pinza oscura agarra un pezón y después, con la otra pinza, el<br />
otro. Mis pechos <strong>que</strong>dan unidos por una cadenita y, cuando tira de ella, mis pezones se<br />
alargan, y yo jadeo mientras siento un hormigueo excitante.<br />
Dexter sonríe. Disfruta, y sin apartar sus oscuros ojos de mí, susurra en voz baja:<br />
—Quiero verte atada a la cama para masturbarte y después quiero ver cómo Eric te<br />
folla.<br />
Jadeo y, dispuesta a todo, me levanto, saco las cuerdas <strong>que</strong> hay en la bolsa y,<br />
ofreciéndoselas a mi amor, murmuro:<br />
—Átame.<br />
Eric me mira, coge las cuerdas y, sobre mi boca, susurra:<br />
—¿Estás segura?<br />
Lo miro a <strong>lo</strong>s ojos, y totalmente excitada por <strong>lo</strong> <strong>que</strong> allí está ocurriendo, asiento:<br />
—Sí.<br />
Me tumbo en la cama. Mis pezones, al estirarme, se contraen. Eric ata mis manos y<br />
pasa la cuerda por el cabecero. Después, me anuda un tobil<strong>lo</strong>, <strong>que</strong> ata a un lado de la cama<br />
y, finalmente, al otro. Estoy totalmente abierta de piernas e inmovilizada para el<strong>lo</strong>s.<br />
Dexter, con pericia, se pasa de la silla a la cama y me mira. Tira de la cadenita de