02.12.2014 Views

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Un pajarito me ha dicho <strong>que</strong> hoy alguien te iba a preguntar algo importante. ¿Es<br />

cierto <strong>que</strong> te han pedido matrimonio?<br />

Con una desco<strong>lo</strong>cada sonrisa, asiente, y su prometido, un hombre entradito en años,<br />

afirma, feliz:<br />

—Sí, señorita. Y esta preciosidad ha dicho <strong>que</strong> sí. —Y cogiéndole la mano, añade—<br />

: De hecho, mi madre le acaba de dar el anil<strong>lo</strong> de pedida de la familia, una verdadera joya.<br />

Los invitados aplauden, y Marta, Frida y yo también. Todos sonríen mientras nos<br />

ofrecen unas copas de champán y, encantadas de la vida, las aceptamos y bebemos. Nos<br />

hacen hueco. Nos sentamos con el<strong>lo</strong>s a la mesa, y Betta me observa. Yo sonrío y, mirando<br />

al futuro marido de ella, digo:<br />

—Raimon, ella sí <strong>que</strong> es una joya..., una auténtica joyita.<br />

El hombre asiente, orgul<strong>lo</strong>so, y, divertida, junto a mis dos compinches, <strong>lo</strong>s<br />

animamos a <strong>que</strong> todos griten: «¡Que se besen!»<br />

Betta me mira furiosa y, yo, encantada, aplaudo hasta <strong>que</strong> por fin se besan. Cuando<br />

<strong>lo</strong> hacen, cabeceo, y con una angelical voz, vuelvo a preguntar:<br />

—¿Y quién es el primo Alfred?<br />

Un joven de mi edad levanta la mano, y mirándo<strong>lo</strong>, pregunto:<br />

—¿Le has dicho a Raimon <strong>que</strong> tú te acuestas con Betta también? Creo <strong>que</strong> merece<br />

saber<strong>lo</strong>, aun<strong>que</strong> todo <strong>que</strong>de en familia.<br />

Las caras de todos cambian. Raimon, el novio, se levanta y pregunta:<br />

—¿Cómo dice, joven?<br />

Con pesar, asiento. Toco en el hombro al pobre Raimon, me levanto y cuchicheo:<br />

—Vamos, Alfred, ¡cuéntase<strong>lo</strong>!<br />

Todos miran al abochornado joven, y Frida insiste:<br />

—Venga, Alfred..., es tu primo. Es <strong>lo</strong> mínimo <strong>que</strong> puedes hacer.<br />

Betta está roja. No sabe dónde meterse mientras <strong>lo</strong>s <strong>que</strong> iban a convertirse en sus<br />

suegros le exigen <strong>que</strong> les devuelva el anil<strong>lo</strong> de la familia. Encantada por ver a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong>, miro<br />

al desco<strong>lo</strong>rido Raimon y murmuro:<br />

—Sé <strong>que</strong> es una putada <strong>lo</strong> <strong>que</strong> te estoy contando, pero a la larga me <strong>lo</strong> vas a<br />

agradecer, Raimon. Esta joyita só<strong>lo</strong> se casa contigo por tu dinero. En la cama, no le pones<br />

nada y se acuesta con media Alemania. Y antes de <strong>que</strong> <strong>lo</strong> preguntes, sí, <strong>lo</strong> puedo demostrar.<br />

Fuera de sí, Betta se levanta y grita mientras la madre de Raimon le estira del dedo<br />

para recuperar su anil<strong>lo</strong>:<br />

—¡Mentira, eso es mentira! ¡Raimon, no la escuches!<br />

Marta, <strong>que</strong> ha estado callada hasta este instante, sonríe con malicia y apunta:<br />

—Betta..., Betta..., <strong>que</strong> te conocemos. —Y mirando a <strong>lo</strong>s comensales, añade—: Mi<br />

hermano se llama Eric Zimmerman, salió con ella un tiempo, pero la dejó cuando la<br />

encontró con su propio padre retozando en la cama. ¿Qué les parece? Feo, ¿verdad?<br />

Alucinados, todos se levantan para pedir explicaciones, y Frida murmura:<br />

—¡Aisss, Betta, cuándo aprenderás!<br />

Raimon está furioso y sus padres, junto a otras personas, no dan crédito a <strong>lo</strong> <strong>que</strong><br />

escuchan. Alfred no sabe dónde meterse. Todos gritan. Todos opinan. Betta no sabe qué<br />

decir y, entonces, sin tocarla, me acerco a ella y murmuro en español:<br />

—Te <strong>lo</strong> dije. Te dije <strong>que</strong> conmigo no se jugaba, ¡zorra! Vuelve a acercarte a Eric, a<br />

su familia, a sus amigos o a mí, y te juro <strong>que</strong> te echan de Alemania.<br />

Dicho esto, Frida, Marta y yo salimos del restaurante. Mi venganza con esa idiota<br />

ha finalizado. Con la adrenalina por <strong>lo</strong>s aires, decidimos ir a bailar al Guantanamera. No

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!