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Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

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11<br />

Mientras <strong>lo</strong>s hombres se duchan tras el partido, me voy junto con Frida y las chicas<br />

a una salita a esperar<strong>lo</strong>s. Aquí me divierto escuchando sus comentarios. Lora no ha vuelto a<br />

decir nada <strong>que</strong> me pueda molestar. Eso sí, me mira con gesto extraño. Está claro <strong>que</strong> saber<br />

<strong>que</strong> soy la novia de Eric le ha cortado todo el rol<strong>lo</strong>. Media hora después comienzan a salir<br />

del vestuario hombretones relucientes y aseaditos.<br />

El primero en acercarse a mí con curiosidad y sonriendo es un chico tan rubio <strong>que</strong><br />

parece albino.<br />

—¡Hola! ¿Tú eres Judith? ¿La española?<br />

Estoy por decir «¡Olé!», pero finalmente decido no hacer<strong>lo</strong>.<br />

—Sí, soy Judith.<br />

—¡Olé..., toro..., paella! —dice uno de el<strong>lo</strong>s, y yo me río.<br />

Otros dos chicos, en este caso morenos, se acercan a nosotros y comienzan a<br />

interesarse por mí. Aquí soy la novedad, ¡la española! Eso me hace gracia y entab<strong>lo</strong><br />

conversación con el<strong>lo</strong>s. De pronto veo a Eric salir del vestuario y mirarme. Lo incomoda<br />

verme rodeada de todos ésos, y yo sonrío. Estos tontos celitos por su parte me gustan y más<br />

cuando veo <strong>que</strong> se para con Frida, Andrés y el bebé, y espera <strong>que</strong> sea yo la <strong>que</strong> vaya a él.<br />

Sus ojos y <strong>lo</strong>s míos se cruzan, y entonces hace algo <strong>que</strong> me hace reír. Me indica con un<br />

movimiento de cabeza <strong>que</strong> me mueva.<br />

Hago caso omiso a su orden. No quiero comenzar a seguirle como un perril<strong>lo</strong>. No,<br />

definitivamente no voy a volver a ser tan pavisosa con él como <strong>lo</strong> fui meses atrás. Al final,<br />

se acerca y, cogiéndome de manera posesiva por la cintura ante sus compañeros, me da un<br />

beso en <strong>lo</strong>s labios e indica:<br />

—Chicos, ésta es mi novia, Judith. Por <strong>lo</strong> tanto, ¡cuidadito!<br />

Sus amigos se ríen y yo hago <strong>lo</strong> mismo justo en el momento en <strong>que</strong> Björn se acerca<br />

a nosotros y, cogiéndome una mano, me la besa y me saluda. Inexplicablemente me pongo<br />

nerviosa, pero mis nervios se relajan cuando soy consciente de <strong>que</strong> Björn no hace ni dice<br />

nada fuera de lugar. Al revés, es totalmente correcto. Una vez <strong>que</strong> me saluda, Eric me besa<br />

en la sien y entre el<strong>lo</strong>s planean <strong>que</strong> vayamos todos juntos a cenar algo a Jokers, el<br />

restaurante de <strong>lo</strong>s padres de Björn.<br />

Miro mi re<strong>lo</strong>j. Las siete y veinte de la tarde.<br />

¡Vaya, qué horror!, voy a cenar en horario guiri.<br />

Pero dispuesta a el<strong>lo</strong> dejo <strong>que</strong> Eric me agarre estrechamente por la cintura mientras<br />

observo <strong>que</strong> con la otra mano coge a Flyn. Nos montamos en el coche, y el pe<strong>que</strong>ño,<br />

emocionado por el partido, no para de hablar con su tío. En ningún momento me incluye en<br />

la conversación, pero aun así yo me integro. Al final, no le <strong>que</strong>da más remedio <strong>que</strong>

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