Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
vez a mí me pasa algo debo dejarte.<br />
—No, cariño —murmura, atrayéndome hacia él.<br />
—Sí..., sí, cariño —insisto—. ¿Acaso yo soy diferente a ti? No. Si yo tengo <strong>que</strong><br />
plantearme tener <strong>que</strong> dejarte, tú deberás plantearte tener <strong>que</strong> dejarme a mí ante una<br />
enfermedad. —Con cierta sensación de agitación, continúo hablando—: ¡Oh, Dios!, espero<br />
<strong>que</strong> nunca me pase nada, por<strong>que</strong>, si encima de <strong>que</strong> me pasa algo, tengo <strong>que</strong> vivir sin ti,<br />
sinceramente, no sabría qué hacer.<br />
Tras un silencio <strong>que</strong> me da a entender <strong>que</strong> Eric ha comprendido <strong>lo</strong> <strong>que</strong> he dicho, me<br />
acerca a él y besa mi frente.<br />
—Eso nunca ocurrirá por<strong>que</strong>...<br />
No le dejo continuar. Me levanto de la cama. Abro mi cajón. Saco varias cosas,<br />
entre ellas una media negra, y sentándome a horcajadas sobre él, digo:<br />
—¿Me dejas hacer algo?<br />
—¿El qué? —pregunta, sorprendido por el giro de la conversación.<br />
—¿Confías en mí?<br />
Pese a la oscuridad de nuestra habitación, veo <strong>que</strong> asiente.<br />
—Levanta la cabeza.<br />
Me hace caso. Con delicadeza, paso la media negra alrededor de su cabeza, sobre<br />
sus ojos, y hago un nudo atrás.<br />
—Ahora no ves absolutamente nada, ¿verdad?<br />
No habla; só<strong>lo</strong> niega con la cabeza. Me tumbo sobre él.<br />
—Aun<strong>que</strong> algún día no me veas, adoro tu boca —la beso—, adoro tu nariz —la<br />
beso—, adoro tus ojos —<strong>lo</strong>s beso por encima de la media— y adoro tu bonito pe<strong>lo</strong> y, sobre<br />
todo, tu manera de gruñir y enfadarte conmigo.<br />
Me siento sobre él, y cogiéndole las manos, las pongo sobre mi cuerpo.<br />
—Aun<strong>que</strong> algún día no me veas —prosigo—, tus fuertes manos me podrán seguir<br />
tocando. Mis pechos se seguirán excitando ante tu roce y tu pene. ¡Oh, Dios, tu duro,<br />
alucinante, morboso y en<strong>lo</strong><strong>que</strong>cedor pene! —musito, excitada, mientras me aprieto contra<br />
él—. Será el <strong>que</strong> me haga jadear, en<strong>lo</strong><strong>que</strong>cer y decirte eso de «Pídeme <strong>lo</strong> <strong>que</strong> <strong>quieras</strong>».<br />
Las comisuras de sus labios se curvan. ¡Bien! Estoy consiguiendo <strong>que</strong> sonría. Con<br />
ganas de seguir, pongo en sus manos la joya anal y murmuro, llevándola a su boca.<br />
—Chúpala.<br />
Hace <strong>lo</strong> <strong>que</strong> le pido y después guío su mano hasta mi trasero y susurro cerca de su<br />
cara:<br />
—Aun<strong>que</strong> algún día no me veas, seguirás introduciendo la joya en, como dices tú,<br />
«mi bonito culito». Y <strong>lo</strong> harás por<strong>que</strong> te gusta, por<strong>que</strong> me gusta y por<strong>que</strong> es nuestro juego,<br />
cariño. Vamos, haz<strong>lo</strong>.<br />
Eric, a tientas, toca mi trasero, y cuando <strong>lo</strong>caliza el agujero de mi ano, hace <strong>lo</strong> <strong>que</strong><br />
le pido. Mete la joya anal, mi cuerpo la recibe, y ambos jadeamos.<br />
Excitada por <strong>lo</strong> <strong>que</strong> estoy haciendo, paseo mi boca por su oreja.<br />
—¿Te gusta <strong>lo</strong> <strong>que</strong> has hecho, cariño?<br />
—Sí..., mucho —ronronea mientras me aprieta con sus manos las nalgas.<br />
Su deseo sexual crece por segundos. Esto <strong>lo</strong> excita mucho, y mientras mueve la joya<br />
en mí, digo, deseosa de volver<strong>lo</strong> <strong>lo</strong>co:<br />
—Aun<strong>que</strong> algún día no me veas, podrás seguir devorándome a tu antojo. Abriré mis<br />
piernas para ti y para quien tú me digas, y te juro <strong>que</strong> disfrutaré y te haré disfrutar de el<strong>lo</strong><br />
como <strong>lo</strong> haces <strong>siempre</strong>. Y <strong>lo</strong> harás por<strong>que</strong> tú guiarás. Tú tocarás. Tú ordenarás. Soy tuya,