Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Estás preciosa, pe<strong>que</strong>ña.<br />
Su gesto, sus palabras, su mirada, todo en él denota la felicidad <strong>que</strong> siente por<br />
tenerme aquí. El o<strong>lo</strong>rcito rico del caldito llega hasta mi nariz y, contenta, cojo la taza. Eric<br />
no me quita ojo mientras tomo un sorbo y dejo la taza en la bandeja.<br />
—Te he sorprendido, ¿verdad?<br />
—Mucho —confiesa, y me retira un mechón de la cara—. Nunca dejas de<br />
sorprenderme.<br />
Eso me hace reír.<br />
—Cuando iba a coger el avión, he recibido una llamada de mi padre. He hablado<br />
con él y me ha dicho <strong>que</strong> si <strong>lo</strong> <strong>que</strong> me hacía dichosa era estar contigo <strong>que</strong> me <strong>que</strong>dara y no<br />
desaprovechara la oportunidad de ser feliz. Para él es más importante saber <strong>que</strong> estoy aquí,<br />
contigo, satisfecha, <strong>que</strong> tenerme a su lado y saber <strong>que</strong> te echo de menos.<br />
Eric sonríe, coge el sándwich de jamón york <strong>que</strong> me ha hecho y <strong>lo</strong> pone en mi boca<br />
para <strong>que</strong> yo dé un mordisco.<br />
—Tu padre es una excelente persona, pe<strong>que</strong>ña. Tienes mucha suerte de <strong>que</strong> él sea<br />
así.<br />
—Papá es la persona más buena <strong>que</strong> he conocido en mi vida —contesto después de<br />
tragar el rico trozo—. Incluso me ha dicho <strong>que</strong> comenzar mi nueva vida contigo en<br />
Navidades es algo bonito <strong>que</strong> no debo desaprovechar. Y tiene razón. Éste es nuestro<br />
comienzo y quiero disfrutar<strong>lo</strong> contigo.<br />
Eric me ofrece de nuevo el sándwich y yo le doy otro mordisco. Cuando entiende el<br />
significado de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> acabo de decir, añado, cerrándole la boca:<br />
—Definitivamente, me <strong>que</strong>do contigo en Alemania. Ya no te libras de mí.<br />
La noticia le pilla tan de sorpresa <strong>que</strong> no sabe ni qué hacer, hasta <strong>que</strong> suelta el<br />
sándwich en la bandeja, coge mi cara con sus manos y dice cerca de mi boca:<br />
—Eres <strong>lo</strong> mejor, <strong>lo</strong> más bonito y maravil<strong>lo</strong>so <strong>que</strong> me ha pasado en la vida.<br />
—¿En serio?<br />
Eric sonríe, me da un beso en <strong>lo</strong>s labios y afirma:<br />
—Sí, señorita F<strong>lo</strong>res. —Y al ver las intenciones de mi mirada, puntualiza con voz<br />
ronca—: Hasta <strong>que</strong> no te acabes el caldo, el sándwich y el postre, no pienso satisfacer tus<br />
deseos.<br />
—¿Todo el sándwich?<br />
Mi alemán asiente y murmura en un tono de voz bajo, <strong>que</strong> me pone la carne de<br />
gallina:<br />
—Todo.<br />
—¿Y el plátano también?<br />
—Por supuesto.<br />
Su respuesta me hace sonreír.<br />
Cojo el caldo y me <strong>lo</strong> bebo en tanto <strong>lo</strong> miro por encima de la taza. Lo tiento con mis<br />
ojos y veo la excitación en su mirada.<br />
¡Dios, Dios! ¡Eric, cómo me excitas!<br />
Una vez <strong>que</strong> acabo, sin hablar, dejo la taza y me como el sándwich. Bebo agua, y<br />
cuando cojo el plátano, se <strong>lo</strong> enseño, sonrío y <strong>lo</strong> dejo sobre la bandeja.<br />
—De postre... te prefiero a ti.<br />
Eric sonríe.<br />
Me besa y yo le empujo hasta tumbar<strong>lo</strong> en la alfombra. Estamos frente a la<br />
chimenea encendida.