02.12.2014 Views

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

despacho de Eric. Tomo aire y entro. Al verme, clava sus acusadores ojos en mí y sisea:<br />

—¿Qué quieres, Judith?<br />

Me acerco a él.<br />

—Lo siento. Siento no haberte dicho <strong>lo</strong>...<br />

—No me valen tus disculpas. Has mentido.<br />

—Tienes razón. Te he ocultado cosas, pero...<br />

—Me has mentido todo este tiempo. Me has ocultado cosas importantes cuando tú<br />

sabías <strong>que</strong> no debías hacer<strong>lo</strong>. ¿Tan ogro soy <strong>que</strong> no puedes decirme las cosas?<br />

No respondo. Silencio. Nos miramos y, finalmente, pregunta:<br />

—¿Qué significado tiene para ti eso de <strong>ahora</strong> y <strong>siempre</strong>? ¿Qué significa para ti el<br />

compromiso de estar juntos?<br />

Sus preguntas me desco<strong>lo</strong>can. No sé qué responder. Silencio. Al final, él dice:<br />

—Mira, Judith, estoy muy cabreado contigo y conmigo mismo. Mejor sal del<br />

despacho y déjame tranqui<strong>lo</strong>. Quiero pensar. Necesito relajarme o, tal y como estoy, voy a<br />

hacer o decir algo de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> me voy a arrepentir.<br />

Sus palabras me sublevan y, sin hacerle caso, siseo:<br />

—¿Ya me estás echando de tu vida como haces <strong>siempre</strong> <strong>que</strong> te enfadas?<br />

No responde. Me mira, me mira, me mira, y yo decido darme la vuelta y salir de la<br />

habitación.<br />

Con lágrimas en <strong>lo</strong>s ojos me dirijo hacia mi cuarto. Entro y cierro la puerta. Sé <strong>que</strong><br />

su enfado es justificado. Sé <strong>que</strong> yo me <strong>lo</strong> he buscado, pero él tiene <strong>que</strong> darse cuenta de <strong>que</strong><br />

si no le he dicho nada ha sido por<strong>que</strong> todos temíamos su reacción. Estoy arrepentida. Muy<br />

arrepentida, pero ya nada se puede hacer.<br />

Diez minutos después, Marta y Sonia pasan a despedirse de mí. Están preocupadas.<br />

Yo sonrío y les indico <strong>que</strong> se marchen tranquilas. La sangre no llegará al río.<br />

Cuando se van, me siento en la mullida alfombra de mi habitación. Durante horas<br />

pienso y me lamento. ¿Por qué <strong>lo</strong> he hecho tan mal? De pronto, oigo <strong>que</strong> un coche se<br />

marcha. Me asomo a la ventana y me <strong>que</strong>do sin palabras al ver <strong>que</strong> quien se va es Eric.<br />

Salgo de la habitación, busco a Simona, y ésta, antes de <strong>que</strong> yo pregunte, me explica:<br />

—Ha ido a ver a Björn. Ha dicho <strong>que</strong> no tardará.<br />

Cierro <strong>lo</strong>s ojos y suspiro. Subo a la habitación de Flyn, y el pe<strong>que</strong>ño, al verme,<br />

sonríe. Su aspecto es mejor <strong>que</strong> el de la noche anterior. Me siento en su cama y murmuro,<br />

tocándole la cabeza.<br />

—¿Cómo estás?<br />

—Bien.<br />

—¿Te duele el brazo?<br />

El crío asiente y, al sonreír, digo:<br />

—¡Aisss, Dios!, cariño, pero ¡si te has roto también un diente!<br />

La alarma en mi cara es tal <strong>que</strong> Flyn murmura:<br />

—No te preocupes. La abuela Sonia dice <strong>que</strong> es de leche.<br />

Asiento, y me sorprende con sus palabras:<br />

—Siento <strong>que</strong> el tío esté tan enfadado. No cogeré el skate. Me advertiste de <strong>que</strong><br />

nunca <strong>lo</strong> usara sin estar tú delante. Pero me aburría y...<br />

—No te preocupes, Flyn. Estas cosas pasan. ¿Sabes?, yo cuando era pe<strong>que</strong>ña me<br />

rompí una vez una pierna al saltar en moto y, años después, un brazo. Las cosas pasan<br />

por<strong>que</strong> tienen <strong>que</strong> pasar. De verdad, no le des más vueltas.<br />

—¡No quiero <strong>que</strong> te vayas, Judith!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!