Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> deseo, musito:<br />
—Devórame.<br />
Su reguero de besos <strong>ahora</strong> baja por mi cuerpo. Cuando me besa el monte de Venus,<br />
pasa con sensualidad su dedo por mi tatuaje.<br />
—Ábrete con tus dedos para mí. Cierra <strong>lo</strong>s ojos y fantasea. Ofrécete como cuando<br />
hemos estado con otra gente.<br />
«¡Ofrécete! ¡Otra gente!»<br />
¡Dios, qué morbo!<br />
Sus palabras me provocan un calentamiento tremendo y mis manos vuelan a mi<br />
vagina. Agarro <strong>lo</strong>s pliegues de mi sexo, <strong>lo</strong>s abro y me expongo totalmente a él, deseosa de<br />
<strong>que</strong> me devore mientras mi mente imagina <strong>que</strong> no só<strong>lo</strong> estamos él y yo en esta habitación.<br />
Sin demora, su lengua toca mi clítoris, ¡oh, sí!, ¡sí!, y yo me consumo ante él.<br />
El fuego abrasador de mis fantasías y la excitación <strong>que</strong> Eric me provoca me dejan<br />
sin fuerzas. Desnuda y tumbada en la cama, sus ávidos lametazos me vuelven <strong>lo</strong>ca mientras<br />
sus manos suben por mi trasero. Mi morboso hombre me coge por las caderas para tener<br />
más accesibilidad a mi interior.<br />
—Ofrécete, Jud.<br />
Avivada, activada, provocada y alterada por <strong>lo</strong> <strong>que</strong> imagino y <strong>lo</strong> <strong>que</strong> me dice,<br />
acerco mi húmeda vagina a su boca. Sin ningún pudor, me aprieto sobre ella y me ofrezco<br />
gustosa, deseosa de disfrutar y de <strong>que</strong> me disfrute. Su boca rápidamente me chupa, sus<br />
dientes se lanzan a mi clítoris, y yo jadeo y busco más y más.<br />
La piel me arde mientras un <strong>lo</strong>co y salvaje placer toma mi cuerpo. Me retuerzo en<br />
su boca a cada to<strong>que</strong> de su lengua y le exijo más.<br />
Mi clítoris húmedo e hinchado está a punto de exp<strong>lo</strong>tar. Eso <strong>lo</strong> provoca. Lo sé. Pero<br />
cuando levanta la cabeza y me mira con <strong>lo</strong>s labios húmedos de mis fluidos, me incorporo<br />
como una bala y le beso. Su sabor es mi sabor. Mi sabor es su sabor.<br />
—Fóllame —le exijo.<br />
Eric sonríe, me muerde la barbilla y vuelve a dominarme. Me tumba con rudeza, y<br />
esa vez mi cuerpo cae por el lateral de la cama mientras me abre de nuevo las piernas, me<br />
da un azotito y continúa su asolador ata<strong>que</strong>. Noto algo húmedo en el orificio de mi ano <strong>que</strong><br />
rápidamente identifico como el lubricante. Eric con su dedo me dilata e instantes después<br />
noto <strong>que</strong> introduce mi rega<strong>lo</strong>. La joya anal.<br />
—Precioso —le escucho decir mientras me besa las cachetas del cu<strong>lo</strong>.<br />
Desde mi posición, no puedo verle la cara. Pero su respiración y su ronca voz me<br />
indican <strong>que</strong> le gusta <strong>lo</strong> <strong>que</strong> ve y <strong>lo</strong> <strong>que</strong> hace. Durante varios minutos, las paredes de mi ano<br />
se contraen. ¡Qué delicia! Después, mete primero un dedo en mi vagina y luego dos.<br />
—Mírame, Jud.<br />
Con la cabeza colgando por el lateral, vuelvo mis ojos hacia él, <strong>que</strong> murmura con la<br />
voz rota por el momento:<br />
—La joya es bonita, pero tu trasero es espectacular.<br />
Eso me hace sonreír.<br />
—Prefiero la carne al acero quirúrgico.<br />
—¿Ah, sí?<br />
Asiento.<br />
—¿Prefieres <strong>que</strong> otra persona y yo tomemos tu cuerpo?<br />
Al asentir de nuevo, sus dedos se hunden más en mí. ¡Locura! Arrebatado por la<br />
excitación, insiste: