02.12.2014 Views

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Tú no estás horrible ni <strong>que</strong>riendo, cariño.<br />

Eso me hace sonreír. Mi pinta es desastrosa. Soy la antítesis de la belleza, y el tío<br />

más esplendoroso del mundo me acaba de demostrar su cariño y su amor. Al final, decido<br />

ser práctica y me encojo de hombros.<br />

—La parte buena de esto es <strong>que</strong> en unos días pasará.<br />

Mi Iceman sonríe, y yo me lavo <strong>lo</strong>s dientes mientras él se ducha. Cuando acabo me<br />

siento en la taza del váter a observar<strong>lo</strong>. Me encanta su cuerpo. Grande, fuerte y sensual.<br />

Recorro sus mus<strong>lo</strong>s, su trasero y suspiro al ver su pene. ¡Oh, Dios! Lo <strong>que</strong> me hace<br />

disfrutar. Cuando sale de la ducha coge la toalla <strong>que</strong> le doy y se seca. Divertida, alargo mi<br />

mano y le toco el pene. Eric me mira y, echándose hacia atrás, asegura:<br />

—Pe<strong>que</strong>ña, no estás tú hoy para muchos trotes.<br />

Suelto una carcajada. Tiene razón. Durante un rato <strong>lo</strong> observo mientras <strong>que</strong> mi<br />

mente calenturienta vuela e imagina. Mi cara es tal <strong>que</strong> Eric pregunta:<br />

—¿Qué piensas?<br />

Sonrío...<br />

—Vamos, pe<strong>que</strong>ña viciosilla, ¿qué piensas?<br />

Divertida por su comentario, inquiero:<br />

—¿Nunca has tenido ninguna experiencia con un hombre?<br />

Levanta una ceja. Me mira y afirma:<br />

—No me van <strong>lo</strong>s hombres, cariño. Ya <strong>lo</strong> sabes.<br />

—A mí no me van las mujeres tampoco —aclaro—. Pero reconozco <strong>que</strong> no me<br />

importa <strong>que</strong> jueguen conmigo en ciertos momentos.<br />

Mi Iceman sonríe y, secándose, indica:<br />

—A mí sí me importa <strong>que</strong> un hombre juegue conmigo.<br />

Ambos nos reímos.<br />

—¿Y si yo deseo ofrecerte a un hombre?<br />

Eric se paraliza, me escruta con la mirada y responde:<br />

—Me negaría.<br />

—¿Por qué? Se trata só<strong>lo</strong> de un juego. Y tú eres mío.<br />

—Jud, te he dicho <strong>que</strong> no me van <strong>lo</strong>s hombres.<br />

Cabeceo y sonrío, pero no estoy dispuesta a callar.<br />

—A ti te excita ver cómo una mujer mete su boca entre mis piernas, ¿verdad?<br />

—Sí, mucho, pe<strong>que</strong>ña.<br />

—Pues a mí me gustaría ver a un hombre con su boca entre tus piernas.<br />

Sorprendido, me mira y pregunta:<br />

—¿Te encuentras bien?<br />

—Perfectamente, señor Zimmerman. —Y al ver cómo me mira, añado—: Las<br />

mujeres no me van, pero por ti, por tu placer de mirar, he experimentado <strong>lo</strong> <strong>que</strong> es <strong>que</strong> una<br />

mujer juegue conmigo, y reconozco <strong>que</strong> tiene su morbo. Y la verdad, me gustaría <strong>que</strong> un<br />

hombre te hiciera eso mismo a ti. Que metiera su cabeza entre tus piernas y...<br />

—No.<br />

Me levanto y le abrazo por la cintura.<br />

—Recuerda, cariño: tu placer es mi placer y nosotros <strong>lo</strong>s dueños de nuestros<br />

cuerpos. Tú me has enseñado un mundo <strong>que</strong> desconocía. Y <strong>ahora</strong> yo quiero, anhe<strong>lo</strong> y deseo<br />

besarte, mientras un hombre te...<br />

—Bueno, ya hablaremos de el<strong>lo</strong> en otro momento —me corta.<br />

Me empino, le doy un beso en <strong>lo</strong>s labios y murmuro:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!