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Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

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—Los alemanes, después de la cena de Nochevieja y antes de salir a admirar <strong>lo</strong>s<br />

fuegos artificiales, solemos ver un vídeo cómico, bastante antiguo, en blanco y negro,<br />

llamado Dinner for One. Mira..., empieza tras <strong>lo</strong>s anuncios.<br />

Los demás asienten y se acomodan, y Eric, al ver <strong>que</strong> me río, murmura:<br />

—No te rías, morenita. ¡Es una tradición! Todos <strong>lo</strong>s canales de televisión <strong>lo</strong> emiten<br />

año tras año el 31 de diciembre. Pero <strong>lo</strong> más curioso de todo es <strong>que</strong> es un sketch en inglés,<br />

aun<strong>que</strong> en algunos canales <strong>lo</strong> ponen con subtítu<strong>lo</strong>s en alemán.<br />

—¿Y de qué trata?<br />

Eric me acomoda entre sus brazos y, mientras comienza el sketch, susurra en mi<br />

oreja:<br />

—La señora Sophie celebra su noventa cumpleaños en compañía de James, su<br />

mayordomo, y varios amigos <strong>que</strong> ya no están por<strong>que</strong> han muerto. Lo gracioso es ver cómo<br />

el mayordomo, durante la velada, se hace pasar por cada uno de <strong>lo</strong>s amigos de la señora.<br />

De pronto, para de hablar por<strong>que</strong> comienza a reír por <strong>lo</strong> <strong>que</strong> ve en la televisión. En<br />

el tiempo <strong>que</strong> dura el vídeo <strong>lo</strong>s miro con sorpresa a todos. Se divierten tanto <strong>que</strong> hasta Flyn<br />

abandona su habitual ceño fruncido para reír abiertamente ante las cosa <strong>que</strong> hace el<br />

mayordomo de la televisión.<br />

Cuando acaba el sketck, Simona va a la cocina y regresa con cinco vasitos con uvas.<br />

Miro la fruta con asombro.<br />

—Recuerda <strong>que</strong> mi madre es española —señala Eric—. Las uvas nunca han faltado<br />

en una noche así.<br />

Emocionada, atontada y feliz por unas simples uvas, grito cuando Eric pone el canal<br />

internacional y conecta con la Puerta del Sol de Madrid.<br />

¡¡Aisss, mi España!!<br />

¡Viva España!<br />

Me siento más española <strong>que</strong> nunca.<br />

Quedan quince minutos para <strong>que</strong> acabe el año y ver en la televisión mi <strong>que</strong>rido<br />

Madrid hace <strong>que</strong> me emocione. Flyn me mira sorprendido, y Eric se acerca a mí para decir<br />

en mi oreja:<br />

—No me l<strong>lo</strong>res, cariño.<br />

Me trago las lágrimas y sonrío.<br />

—Tengo <strong>que</strong> ir al baño un segundito.<br />

Desaparezco todo <strong>lo</strong> rápidamente <strong>que</strong> puedo.<br />

Cuando entro en el baño y cierro la puerta, mi boca se contrae y l<strong>lo</strong>ro. Pero mis<br />

lágrimas son extrañas. Estoy feliz por<strong>que</strong> sé <strong>que</strong> mi familia está bien. Estoy feliz por<strong>que</strong><br />

Eric está a mi lado. Pero las puñeteras lágrimas se empeñan en salir.<br />

L<strong>lo</strong>ro, l<strong>lo</strong>ro y l<strong>lo</strong>ro, hasta <strong>que</strong> consigo controlar el llanto. Me echo agua en la cara y,<br />

después de unos minutos en el baño, suenan unos golpecitos en la puerta. Salgo y Eric,<br />

preocupado, me pregunta:<br />

—¿Estás bien?<br />

—Sí —afirmo con un hi<strong>lo</strong> de voz—, só<strong>lo</strong> <strong>que</strong> es la primera vez <strong>que</strong> estoy lejos de<br />

mi familia en una noche tan especial.<br />

Mi cara y, sobre todo, mis ojos le indican <strong>lo</strong> <strong>que</strong> me pasa y me abraza.<br />

—Lo siento, cariño. Siento <strong>que</strong>, por estar aquí conmigo, estés pasando un mal rato.<br />

Sus palabras, de pronto, me reconfortan, me hacen sonreír, y le beso en <strong>lo</strong>s labios.<br />

—No <strong>lo</strong> sientas, cie<strong>lo</strong>. Está siendo una Navidad muy mágica para mí.<br />

No muy convencido con <strong>lo</strong> <strong>que</strong> he dicho, clava sus impactantes ojos en mí y cuando

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