02.12.2014 Views

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

10<br />

Quince minutos después, <strong>lo</strong>s tres en el Mitsubishi de Eric nos dirigimos hacia el<br />

polideportivo de Oberföhring. Cuando llegamos y Eric para el motor del coche, Flyn sale<br />

escopetado y desaparece. Yo miro inquieta a Eric, pero éste dice, cogiendo su bolsa de<br />

deporte:<br />

—No te preocupes. Flyn conoce el polideportivo muy bien.<br />

Un poco más tranquila, le pregunto mientras caminamos:<br />

—¿Te has dado cuenta de cómo me mira tu sobrino?<br />

—¿Recuerdas cómo me miraba al principio tu sobrina? —responde Eric. Eso me<br />

hace sonreír, y él añade—: Flyn es un niño. Só<strong>lo</strong> tienes <strong>que</strong> ganárte<strong>lo</strong> como yo me gané a<br />

Luz.<br />

—Vale..., tienes razón. Pero no sé por qué me da <strong>que</strong> tu sobrino es como su tío, ¡un<br />

hueso duro de roer!<br />

Eric suelta una carcajada. Se para, me mira y, acercándose a mí, se agacha para<br />

estar a mi altura y murmura:<br />

—Si no estuviera castigado, en este mismo instante te besaría. Pondría mi boca<br />

sobre la tuya y te devoraría <strong>lo</strong>s labios con auténtico deleite. Después te metería en el coche,<br />

te arrancaría la ropa y te haría el amor con verdadera devoción. Pero, para mi desgracia, me<br />

tienes castigado y sin ninguna probabilidad de hacer nada de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> deseo.<br />

Mi corazón late desbocado. Tun-tun... Tun-tun...<br />

¡Diosssssssssssss, cómo me ha puesto <strong>lo</strong> <strong>que</strong> acaba de decir!, y cuando estoy<br />

dispuesta a besar<strong>lo</strong>, de pronto oigo:<br />

—¡Judith! ¡Eric!<br />

Miro a mi derecha y veo aparecer a Frida y Andrés con el pe<strong>que</strong>ño Glen. Ni <strong>que</strong><br />

decir tiene <strong>que</strong> nos fundimos en unos efusivos abrazos.<br />

—¿Tú también juegas al ba<strong>lo</strong>ncesto? —pregunto mirando a Andrés.<br />

El divertido médico me guiña el ojo.<br />

—Soy <strong>lo</strong> mejor <strong>que</strong> tiene este equipo —cuchichea, y todos sonreímos.<br />

Cuando llegamos a <strong>lo</strong>s vestuarios, Frida y Andrés se besan.<br />

¡Qué monos!<br />

Eric me mira con deseo, pero no se acerca a mí.<br />

—Ve con Frida, cie<strong>lo</strong>. Te veo después del partido —indica antes de desaparecer tras<br />

la puerta.<br />

¡Dios mío, quiero <strong>que</strong> me beseeeeeeeeeeeeeeeeeeee! Pero no. No <strong>lo</strong> hace.<br />

Cuando la puerta se cierra, mi cara de tonta debe de ser tal <strong>que</strong> Frida pregunta:<br />

—¿No me digas <strong>que</strong> aún <strong>lo</strong> tienes castigado?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!