Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Eric regresa con nosotros y se sienta en una butaca. Sé <strong>que</strong> quiere observar. Lo sé.<br />
La mujer <strong>que</strong> está a mi lado me susurra <strong>que</strong> quiere de nuevo mi vagina. Accedo. Abro mis<br />
piernas tumbada en la cama y guío su cabeza hasta ella. Con exigencia, la agarro por el pe<strong>lo</strong><br />
mientras me chupa, y soy yo la <strong>que</strong> en ese momento marca la intensidad. Ella coge la<br />
cadena <strong>que</strong> hay entre mis pechos y cada vez <strong>que</strong> con sus labios tira de mi clítoris tira de la<br />
cadena, y yo grito.<br />
Somos el espectácu<strong>lo</strong> caliente y morboso de cuatro hombres. Me gusta ser<strong>lo</strong>. El<strong>lo</strong>s<br />
nos miran, y observo <strong>que</strong> Jefrey y el otro se ponen preservativos. Dexter respira con<br />
irregularidad, y Eric me come con la mirada. Los hombres disfrutan de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> ven entre<br />
nosotras, y yo disfruto de ser mirada.<br />
Cuando el orgasmo me hace convulsionar, la mujer vuelve a chuparme con avidez.<br />
Desea mi esencia. Yo dejo <strong>que</strong> tome toda la <strong>que</strong> quiera. Venero cómo me chupa. Eric la<br />
llama, la aleja de mí y le pide <strong>que</strong> se siente a horcajadas sobre él.<br />
Como un dios, todopoderoso mi dueño me mira. Yo <strong>lo</strong> miro y <strong>lo</strong> oigo decir:<br />
—Quiero ver cómo te follan.<br />
Miro a <strong>lo</strong>s dos hombres <strong>que</strong> me observan. Ambos se suben a la cama y comienzan a<br />
tocarme mientras Eric se deja hacer por la mujer.<br />
Dexter se acerca a mí, me agarra de la cadenita y, tirando de ella hasta estirarme <strong>lo</strong>s<br />
pezones al máximo, sisea, quitándomela:<br />
—... déjame ponerte el trasero rojo.<br />
Me doy la vuelta, le ofrezco mi cu<strong>lo</strong> y, tras besar<strong>lo</strong>, me da seis azotes. Tres en cada<br />
lado. Después, acerca su cara a las cachas de mi trasero y, al sentir su ca<strong>lo</strong>r, murmura:<br />
—Ahora sí, diosa..., <strong>ahora</strong> ya estás preparada.<br />
Jefrey me tumba en la cama. Se pone sobre mí y me chupa mis do<strong>lo</strong>ridos pezones.<br />
Por extraño <strong>que</strong> parezca a pesar de estar do<strong>lo</strong>ridos el hormigueo <strong>que</strong> siento ante <strong>lo</strong>s<br />
lametazos me hace disfrutar. La demanda de Jefrey en sus movimientos es excitante, y<br />
cuando él <strong>lo</strong> considera oportuno, me pone sobre él. Yo me dejo.<br />
—Ofrécele tus pechos —pide Eric.<br />
Me agacho sobre Jefrey y mis pechos van a su boca. Los chupa, <strong>lo</strong>s lame y <strong>lo</strong>s<br />
endurece, mientras el otro hombre me toca la cintura y me muerde con mimo las costillas.<br />
Así estamos unos minutos, hasta <strong>que</strong> Jefrey, ante la atenta mirada de mi amor, me penetra.<br />
A su antojo me zarandea y yo jadeo. Agarrado a mi cintura me desplaza de adelante atrás, y<br />
su pene entra sin piedad en mí. Disfruto. Me sofoco, y Eric no me quita ojo.<br />
De pronto, siento <strong>que</strong> el otro hombre me da un azote, me abre las nalgas y me llena<br />
de lubricante. Con firmeza, mete un dedo en mi ano y <strong>lo</strong> comienza a mover mientras Jefrey<br />
me penetra sin parar. Yo jadeo. Eric se levanta. Se sube a la cama y, acercándose a mí,<br />
murmura:<br />
—¿Estás preparada, cariño?<br />
Ardorosa, asiento, y entonces a<strong>que</strong>l desconocido pone su erección en el agujero de<br />
mi ano y comienza a entrar en mí hasta <strong>que</strong> me empala completamente. Yo resop<strong>lo</strong> al<br />
sentirme totalmente follada ante <strong>lo</strong>s ojos de mi amor. Mi ano está dilatado. No hay do<strong>lo</strong>r.<br />
Só<strong>lo</strong> placer. Una y otra vez a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong>s hombres entran y salen de mí, y yo disfruto. Diana se<br />
tumba en la cama, coge la enorme erección de Eric y se la mete en la boca. Lo chupa. Lo<br />
disfruta.<br />
—Así, cariño..., así..., arquéate... —murmura Eric extasiado por <strong>lo</strong> <strong>que</strong> ve, hasta <strong>que</strong><br />
da un grito varonil y se corre en la boca de a<strong>que</strong>lla mujer.<br />
Esos desconocidos continúan hundiéndose en mí y mi cuerpo <strong>lo</strong>s acepta. Dexter