02.12.2014 Views

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ya comenzamos.<br />

¡Ya me está picando!<br />

Cuento hasta cuarenta y cinco; no, hasta cuarenta y seis. Resop<strong>lo</strong> y finalmente<br />

contesto:<br />

—Como te dije una vez, no soy una santa. Y cuando no tengo pareja, rega<strong>lo</strong> y doy<br />

de mí <strong>lo</strong> <strong>que</strong> yo quiero, a quien yo quiero y cuando yo quiero. —Eric ar<strong>que</strong>a una ceja, y yo<br />

prosigo—: Soy mi única dueña, y eso te tiene <strong>que</strong> <strong>que</strong>dar clarito de una vez por todas.<br />

—Exacto: cuando no tienes pareja, <strong>que</strong> no es el caso —insiste sin apartar sus ojos<br />

de mí.<br />

De repente, soy consciente de <strong>que</strong> suena una canción <strong>que</strong> me gusta mucho. ¡Dios, <strong>lo</strong><br />

<strong>que</strong> me he acordado de Eric estos días mientras la escuchaba! Volvemos a mirarnos como<br />

rivales en tanto la voz de Ricardo Montaner canta:<br />

Convénceme de ser feliz, convénceme.<br />

Convénceme de no morir, convénceme.<br />

Que no es igual felicidad y plenitud<br />

Que un rato entre <strong>lo</strong>s dos, <strong>que</strong> una vida sin tu amor.<br />

Estas frases dicen tanto de mi relación con Eric <strong>que</strong> me nublan momentáneamente<br />

la mente. Pero al final Eric da su brazo a torcer y cambia de tema.<br />

—Mi madre y mi hermana te mandan recuerdos. Esperan verte en la fiesta <strong>que</strong><br />

organizan en Alemania el día 5, ¿<strong>lo</strong> recuerdas?<br />

—Sí, pero no cuentes conmigo. No voy a ir.<br />

Mi entrecejo sigue fruncido y mi chulería en to <strong>lo</strong> alto. A pesar de la felicidad <strong>que</strong><br />

me embarga por estar junto al hombre <strong>que</strong> adoro, el orgul<strong>lo</strong> y la furia siguen instalados en<br />

mí. Eric <strong>lo</strong> sabe.<br />

—Jud..., siento todo <strong>lo</strong> <strong>que</strong> ha ocurrido. Tenías razón. Debía haber creído <strong>lo</strong> <strong>que</strong><br />

decías sin haber cuestionado nada más. Pero a veces soy un cabezón cuadriculado y...<br />

—¿Qué te ha hecho cambiar de idea?<br />

—El fervor con <strong>que</strong> defendiste tu verdad fue <strong>lo</strong> <strong>que</strong> me hizo comprender <strong>lo</strong><br />

equivocado <strong>que</strong> estaba contigo. Antes de <strong>que</strong> te marcharas ya me había dado cuenta de mi<br />

gran error, cariño.<br />

Si es <strong>que</strong> <strong>lo</strong>s tíos son para darles un ladrillazo.<br />

—Convénceme...<br />

Nada más decir<strong>lo</strong>, Eric me mira, y yo me regaño a mí misma. «¿Convénceme?»<br />

Pero ¿qué estoy diciendo? ¡Dios!, la canción me nubla la razón. Que acabe ya. Y sin dejarle<br />

contestar, gruño:<br />

—¿Y para eso me he tenido <strong>que</strong> despedir de mi trabajo y devolverte el anil<strong>lo</strong>?<br />

—No estás despedida y...<br />

—Sí <strong>lo</strong> estoy. No pienso regresar a tu maldita empresa en mi vida.<br />

—¿Por qué?<br />

—Por<strong>que</strong> no. ¡Ah!, y por cierto, me alegró saber <strong>que</strong> pusiste de patitas en la calle a<br />

mi ex jefa. Y antes de <strong>que</strong> insistas, no. No pienso regresar a tu empresa, ¿entendido?<br />

Eric asiente, pero durante un instante se <strong>que</strong>da pensativo. Al final, se decide a<br />

hablar:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!