Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Pideme-lo-que-quieras-ahora-y-siempre-Megan-Maxwellcrispetes.cat_
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Suspira, mostrándose conforme. Su resignación me toca el corazón.<br />
—Quiero <strong>que</strong> sepas <strong>que</strong>, aun<strong>que</strong> me encantaría <strong>que</strong> te <strong>que</strong>daras aquí conmigo, <strong>lo</strong><br />
entiendo. Pero esta vez no te voy a poder acompañar. He de <strong>que</strong>darme con Flyn. Mi madre<br />
y mi hermana tienen planes, y yo quiero pasar la noche con él en casa. Lo comprendes tú<br />
también, ¿verdad?<br />
Recordar eso me rompe el corazón. ¿Cómo se van a <strong>que</strong>dar so<strong>lo</strong>s? Pero antes de <strong>que</strong><br />
yo pueda decir nada, mi alemán añade:<br />
—Mi familia se desmoronó el día en <strong>que</strong> Hannah murió. Y no puedo reprocharles<br />
nada. El <strong>que</strong> desapareció la primera Nochevieja fui yo. En fin..., no quiero hablar de esto,<br />
Jud. Tú vete a España y disfruta. Flyn y yo estaremos bien aquí.<br />
El do<strong>lo</strong>r <strong>que</strong> veo en su mirada me hace tocarle la mejilla. Deseo hablar con él de<br />
eso, pero mi Iceman no quiere <strong>que</strong> me compadezca de él.<br />
—Llamaré al aeropuerto para <strong>que</strong> tengan preparado el jet.<br />
—No..., no hace falta. Iré en un vue<strong>lo</strong> normal. No es necesario <strong>que</strong>...<br />
—Insisto, Jud. Eres mi novia y...<br />
—Por favor, Eric no <strong>lo</strong> hagas más difícil —le corto—. Creo <strong>que</strong> es mejor <strong>que</strong> me<br />
vaya en un vue<strong>lo</strong> regular. Por favor.<br />
—De acuerdo —dice tras un silencio más <strong>que</strong> signifi<strong>cat</strong>ivo—. Me encargaré de el<strong>lo</strong>.<br />
—Gracias —murmuro.<br />
Resignado, parpadea y pregunta:<br />
—¿Regresarás después de la Nochevieja?<br />
Mi cabeza comienza a dar vueltas. Pero ¿cómo me puede preguntar eso? ¿Acaso no<br />
se ha dado cuenta todavía de <strong>que</strong> le quiero con <strong>lo</strong>cura? Deseo gritar <strong>que</strong> por supuesto<br />
volveré cuando él me toma las manos.<br />
—Quiero <strong>que</strong> sepas —añade— <strong>que</strong>, si regresas a mi lado, haré todo <strong>lo</strong> <strong>que</strong> esté en<br />
mi mano para <strong>que</strong> no añores nada de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> tienes en España. Sé <strong>que</strong> tu sentimiento hacia tu<br />
familia es muy fuerte, y <strong>que</strong> separarte de el<strong>lo</strong>s es <strong>lo</strong> <strong>que</strong> peor llevas, pero conmigo estarás<br />
cuidada, protegida y, sobre todo, serás muy amada. Deseo <strong>que</strong> seas feliz conmigo en<br />
Múnich, y si para eso todos tenemos <strong>que</strong> aprender cosas españolas, las aprenderemos y<br />
conseguiremos <strong>que</strong> te sientas en tu casa. En cuanto a Flyn, dale tiempo. Estoy seguro de<br />
<strong>que</strong> antes de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> esperas ese pe<strong>que</strong>ño te adorará tanto o más <strong>que</strong> yo. Ya te dije <strong>que</strong> era<br />
un niño algo particular y...<br />
—Eric —le interrumpo, emocionada—, te quiero.<br />
El tono de mi voz, <strong>lo</strong> <strong>que</strong> acabo de decir y su mirada hacen <strong>que</strong> el vel<strong>lo</strong> de todo mi<br />
cuerpo se erice, y más cuando le oigo decir:<br />
—Te quiero tanto, pe<strong>que</strong>ña, <strong>que</strong> el sentirme alejado de ti me vuelve <strong>lo</strong>co.<br />
Nuestras miradas son sinceras y nuestras palabras, más. Nos <strong>que</strong>remos. Nos<br />
amamos <strong>lo</strong>camente, y cuando se está acercando a mi boca para besarme, la puerta se abre<br />
de par en par y aparece el pe<strong>que</strong>ño Flyn.<br />
—¡Tíooooooooooo!, ¿por qué tardas tanto?<br />
Rápidamente <strong>lo</strong>s dos nos recomponemos y, al ver <strong>que</strong> Eric no dice nada, ante la<br />
mirada del niño, cojo de la bandeja algo y le pregunto en español:<br />
—¿Quieres un churro, Flyn?<br />
El pe<strong>que</strong>ño pone mal gesto. La palabra «churro» no la conoce y a mí no me soporta.<br />
Y como no está dispuesto a <strong>que</strong> le quite un segundo más del tiempo de su amado tío,<br />
contesta:<br />
—Tío, te espero abajo para jugar.