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ANTROPOLOGIA DE UN DERECHO - LIBRE DETERMINACION TERRITORIAL DE LOS PUEBLOS INDIGENAS como derecho humano<br />
2.2. Los bosques comunales<br />
La nueva Ley Forestal (Ley 27308) define como bosques comunales los que se<br />
encuentran dentro del territorio demarcado a las Comunidades Nativas cuyo<br />
aprovechamiento sigue las pautas de la autonomía reconocida por la Constitución<br />
(según la Ley Forestal), pero sujetos a reglamentación estatal según el reglamento<br />
de la propia ley (DS 014-2001- AG).<br />
Los bosques comunales actualmente en posesión legal de los Kandozi equivaldrían<br />
según esto a 47.403, 768 ha, la sumatoria de las áreas demarcadas y no<br />
tituladas en propiedad en sus territorios comunales.<br />
Si los bosques comunales son los que están dentro del territorio demarcado<br />
para las Comunidades Nativas, el resto del bosque kandozi no lo es. Es decir,<br />
supuestamente, los Kandozi tienen aproximadamente tres cuartas partes de sus<br />
“bosques territoriales” expuestas a que se establezcan bosques de producción o<br />
cualquier otra categoría que les resulte expropiatoria.<br />
La gravedad de esta situación justifica por sí sola la urgencia del pueblo kandozi<br />
por cerrar un territorio que no está dispuesto a ceder a nadie contra su voluntad.<br />
Para el Estado, los bosques territoriales del pueblo kandozi son un reservorio<br />
de diferentes mercaderías y servicios, para los Kandozi son una parte vital, el<br />
hogar grande.<br />
Por otra parte, en el aprovechamiento comercial de sus bosques, los Kandozi<br />
están incurriendo en gruesos errores inducidos por madereros y comerciantes<br />
muy hábiles para aprovechar la ineficacia de los sistemas de control del aparato<br />
estatal especializado.<br />
Si los Kandozi han desarrollo prácticas muy efectivas para la relación con sus<br />
recursos naturales dentro de una economía de uso, no siempre son capaces de<br />
innovaciones igual de efectivas dentro del marco de una economía de cambio. En<br />
el caso de la extracción de árboles maderables desde luego no las han desarrollado<br />
aún.<br />
De hecho, un padre de familia kandozi no ha cortado árboles maderables salvo<br />
para hacer sus canoas, dos o tres durante toda su vida. La tala se reduce a<br />
aquellos árboles tumbados para abrir la huerta de su mujer, los palos usados<br />
para la vivienda y los instrumentos musicales y algunas palmeras que se derriban<br />
con propósitos alimenticios. Los Kandozi no son taladores de árboles, pese a<br />
vivir constantemente entre ellos, y no cuentan con un conocimiento cabal del<br />
verdadero valor económico de su patrimonio forestal maderero ni son capaces de<br />
visualizar, al menos en un primer momento, las posibles consecuencias de la extracción<br />
selectiva de su madera.<br />
Entonces, se reproducen con los comerciantes madereros las relaciones que se<br />
mantuvieron con los antiguos “regatones” que apetecían productos kandozi que