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dinamicas poblacionales y configuraciones territoriales<br />
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sus componentes, es decir de una familia o un conjunto de familias, lo que ocurre<br />
con frecuencia. No está de más decirlo, esta versatilidad permite un desenlace<br />
fácil de mucho de los conflictos que presiden la vida interna de la colectividad.<br />
El número de grupos locales es variable debido a su inestabilidad y a la facilidad<br />
con la que los miembros que los componen se disuelven en otro grupo local,<br />
se separan o se trasladan, todos o en parte, a otro emplazamiento.<br />
Una dinámica adicional se produce con carácter estacional. Muchas familias<br />
pasan los periodos en que desciende el nivel de las aguas (la “bajiante”) cerca de<br />
los lagos para pescar, a veces muy lejos de sus residencias habituales. En ocasiones<br />
estas estadías se prolongan y generan asentamientos de cierta permanencia.<br />
Considerando todos estos mecanismos que hacen de la fluidez y la versatilidad<br />
la característica más importante de la dinámica espacial kandozi, se podría<br />
establecer entre 20 y 30 el número de grupos locales que, en cada momento, al<br />
menos durante los últimos veinte años, circulan y se ubican por los diferentes<br />
espacios del territorio, modificando de manera permanente su composición interna,<br />
su asentamiento y sus relaciones con el resto de los grupos.<br />
Política, conflicto y relaciones sociales en la configuración<br />
territorial<br />
Si la influencia del líder local es muy poca en los asuntos domésticos de cada una<br />
de las familias, su acción es decisiva en la gestión de las relaciones con otros grupos<br />
locales. De hecho, el llamado kuraka es el representante del grupo local para<br />
los asuntos exteriores. Por otro lado, éste comparte siempre el poder con un segundo<br />
jefe. Una forma de diarquía gobierna los quehaceres políticos en territorio<br />
kandozi, poder bicéfalo que es el resultado de la composición dual de los grupos<br />
locales en dos fratrías aliadas. El poder de estos líderes políticos se consolida por<br />
el buen gobierno de las relaciones, siempre difíciles, con los otros grupos locales,<br />
pero se ejerce gracias a la capacidad disuasoria que la reputación guerrera de estos<br />
líderes crea. En efecto, todo Kuraka kandozi es alguien que ha mostrado previamente<br />
su determinación en momentos de conflicto. Es un guerrero capaz de<br />
usar las armas cuando las circunstancias lo exijan para defender la integridad de<br />
su propia gente. Una vez elegido, el Kuraka tiene el deber, en los momentos de<br />
hostilidad abierta, de agrupar aliados inquebrantables a su alrededor, al mismo<br />
tiempo que minar la moral de los adversarios por el temor que pueda despertar<br />
su reputación militar, todo ello gracias a una mezcla de carisma y de intimidación.<br />
La fama de estos jefes de guerra se extiende progresivamente según las<br />
proezas que se le atribuyen. Hay algunos cuya reputación se conoce por todo el<br />
país kandozi y hasta en otros grupos étnicos.