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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista - aespat

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El Dr. Dysart en una danza alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l triángulo dramático 147mes y Jongeward, 1971, p. 87; Woollams yBrown, 1979, p. 123). Tal captura es unasunto intrincado en Equus (1974), que implicaal psiquiatra Dysart según trabaja paracurar a Alan Strang, un joven acusado <strong>de</strong>golpear y <strong>de</strong>jar ciegos a seis caballos conuna piqueta. Analizar el trabajo <strong>de</strong>l doctorofrece un ejemplo <strong>de</strong> cómo alguien pue<strong>de</strong>entrar y salir <strong>de</strong>l Triángulo dramático.EL DOCTOR COMO VÍCTIMALa obra abre con el Dr. Dysart en su madurez,una Víctima, “abrumado” y “<strong>de</strong>sesperado”(p. 22), y “todo embridado en unviejo lenguaje y viejos supuestos, esforzándosepor saltar limpiamente a una nuevasenda <strong>de</strong> estar ahí sólo sospechosos” (´p.22). Sin embargo, él se encuentra impotentepara cambiar: su “propio caballo <strong>de</strong> fuerzaes <strong>de</strong>masiado pequeño” (p. 22). Comotal, él es todavía más víctima por una sobrecarga<strong>de</strong> trabajo, un matrimonio “sinvida”, por una “menopausia profesional”,por dos psiquiatras ultraconservadores, y finalmente,por la mirada <strong>de</strong> Alan, que es“exactamente como ser acusado” (p. 30).EL DOCTOR COMO SALVADOREl siguiente rol <strong>de</strong>l Dr. Dysart, como Salvador,<strong>de</strong> alguna manera es menos sutil.Aunque Clau<strong>de</strong> Steiner <strong>de</strong>talla maneras <strong>de</strong>evitar la Salvación, Dysart no pone registrani usa alguna. Después <strong>de</strong> una gran sesión,llena <strong>de</strong> juego, hay una apelación asu vanidad (“Él te necesita mucho, Martin.No hay realmente alguien <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las 100millas <strong>de</strong> tu <strong>de</strong>spacho que pueda manejarle”,p. 24) y acepta a Alan como un pacientemás en su agenda ya más que sobrecargada<strong>de</strong> trabajo. En sus transacciones conAlan, repetidamente adopta un rol superior<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> autoridad, y él solo producela mayor parte <strong>de</strong>l diálogo en sus encuentros;por tanto, él acaba haciendo muchomás <strong>de</strong>l 50% <strong>de</strong>l trabajo exigido. Y es untrabajo amargo, que él hace sin contrato alguno,y con poco interés por cómo Alan <strong>de</strong>seacambiar. Transformar alguno o más <strong>de</strong>estos procesos podría haber reducido eldrama.EL DOCTOR COMO PERSEGUIDORMás que clientes, Dysart tiene a los“clientes” por pacientes, la gente con “pequeñascaras <strong>de</strong>ntadas” que él convertiráen “normal” en la simple operación diaria<strong>de</strong> su “negocio <strong>de</strong> ajuste” (p. 25). Ser “normal”,estar bien ajustado, según la visión<strong>de</strong> Dysart, es ser mediocre. Así, para compren<strong>de</strong>ra<strong>de</strong>cuadamente cómo él representasu rol como Perseguidor exige que élsea examinado más <strong>de</strong>talladamente <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> su propio sistema <strong>de</strong> creencias.Es un proceso sutil, primero presagiadoen un sueño explícito (p. 2)) en el que elpo<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dysart, disfrazado <strong>de</strong> un noblesacerdote griego, está tomado <strong>de</strong> él en unimportante ritual <strong>de</strong> sacrificio <strong>de</strong> niños queél está dirigiendo.Al <strong>de</strong>scubrir que es un frau<strong>de</strong>, Dysartestá disminuido a un estatus inferior comoun mero miembro <strong>de</strong> un mundo odiado,diario, “normal”. En este mundo, todo está“bien” y todos son ordinarios y mortales. Y<strong>de</strong> este modo, con este aspecto <strong>de</strong>l sueñoen la mente, la promesa que Dysart, comosi fuera un dios, le hace a Alan al final <strong>de</strong>lSegundo Acto es oída más como una amenazasiniestra que un mensaje genuino <strong>de</strong>dicado:“Voy a ponerte bien, (Alan), te loprometo” (p. 123). Después, también, Dysartconsi<strong>de</strong>ra que nada “pue<strong>de</strong> hacer algopeor a alguien que retirarle (su) adoración”.A la vez, envidia y admira a Alan, y así lodice en algunos lugares (pp. 69, 94, 124),preparando así el escenario para la situación<strong>de</strong> no ganar ninguno <strong>de</strong> los dos que élorquesta.A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> envidiar y admirar a Alan,Dysart también se sorpren<strong>de</strong> <strong>de</strong> su noción<strong>de</strong> “Ley <strong>de</strong> Paja”. “Cabalga- o cae”, dice laLey <strong>de</strong> la Paja (p. 77) y por tanto es Alan<strong>Revista</strong> <strong>de</strong> Análisis <strong>Transaccional</strong> y Psicología <strong>Humanista</strong>, Nº 58, Año 2008

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