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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista - aespat

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60 Felicísimo Valbuena <strong>de</strong> la Fuentedo: ese <strong>de</strong>be ser algún oficio <strong>de</strong>l que no entiendouna palabra.Mas un día le dijo su padre: «Oye tú, elque está en el rincón: ya eres hombre y tienesfuerzas bastantes para apren<strong>de</strong>r algocon que ganarte la vida. Bien ves cuánto trabajatu hermano, pero tú no haces más queper<strong>de</strong>r el tiempo.” - “¡Ay padre!” le contestó,“yo apren<strong>de</strong>ría algo <strong>de</strong> buena gana, y sobretodo quisiera apren<strong>de</strong>r lo que es miedo,pues <strong>de</strong> lo contrario no quiero saber nada.”Su hermano mayor se echó a reír al oírle, ydijo para sí: ¡Dios mío, qué tonto es mi hermano!nunca llegará a ganarse el sustento.Su padre suspiró y le contestó: “Ya sabráslo que es miedo: mas no por eso te ganarásla vida.Como pedagogos para quitarle el miedo,tiene a un sacristán, que quiere asustarle enel campanario; un hombre, que le quiere impresionarcon siete ahorcados; un carretero,que quiere sobrecogerle con un castillo.«El joven continuó caminando con el carreteroy por la noche llegaron a una posada,don<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminaron quedarse. Pero apenasllegó a la puerta, comenzó a <strong>de</strong>cir en altavoz: “¿Quién me enseña lo que es miedo?¿quién me enseña lo que es miedo?”. El posa<strong>de</strong>roal oírle se echó a reír diciendo: “Siquieres saberlo; aquí te se presentará unabuena ocasión.” - “Calla,” le dijo la posa<strong>de</strong>ra,“muchos temerarios han perdido ya la vida, ysería lástima que esos hermosos ojos no volvierana ver la luz más.” Pero el joven la contestó:“Aunque me sucediera otra cosa peor,quisiera saberlo, pues ese es el motivo <strong>de</strong> miviaje.” No <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>scansar a nadie en la posadahasta que le dijeron que no lejos <strong>de</strong> allíhabía un castillo arruinado, don<strong>de</strong> podría saberlo que era miedo con solo pasar en él tresnoches. El rey había ofrecido por mujer a suhija, que era la doncella más hermosa quehabía visto el sol, al que quisiese hacer laprueba. En el castillo había gran<strong>de</strong>s tesoros,ocultos que estaban guardados por los malosespíritus, los cuales se <strong>de</strong>scubrían entonces,y eran suficientes para hacer rico a un pobre.A la mañana siguiente se presentó el joven alrey, diciéndole que si se lo permitía pasaríatres noches en el castillo arruinado. El rey lemiró y como le agradase, le dijo: “Pue<strong>de</strong>s llevarcontigo tres cosas, con tal que no tenganvida, para quedarte en el castillo.” El joven lecontestó: “Pues bien, conce<strong>de</strong>dme llevar leñapara hacer lumbre, un torno y un tajo con sucuchilla».En el castillo, logra acabar con dos gatosnegros, con una multitud <strong>de</strong> gatos y perrosnegros con ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> fuego; tampoco seasusta con una cama que se mueve portodo el castillo mientras él quiere dormir;pone en su sitio con un hombre dividido endos mita<strong>de</strong>s, que al final se unen; juega alos bolos con varios hombres, que empleanhuesos y calaveras; acaba con un muertoredivivo y no acaba con un viejo hechiceroporque éste le ofrece riquezas.El anciano le condujo <strong>de</strong> nuevo al castilloy le enseñó tres cofres llenos <strong>de</strong> oro,que había en una cueva. “Una parte es <strong>de</strong>los pobre, la otra <strong>de</strong>l rey y la tercera tuya.”Entonces dieron las doce y <strong>de</strong>sapareció elespíritu, quedando el joven en la oscuridad.“Yo me las arreglaré,” dijo. Empezó a andara tientas, encontró el camino <strong>de</strong>l cuarto ydurmió allí junto a la lumbre. A la mañanasiguiente volvió el rey y le dijo: “Ahora yasabrás lo que es miedo.” –“No,” le contestó,“no lo sé; aquí ha estado mi primomuerto y un hombre barbudo que me haenseñado mucho dinero, pero no ha podidoenseñarme lo que es miedo.” Entonces ledijo el rey: “Tú has <strong>de</strong>sencantado el castilloy te casarás con mi hija.” - “Todo eso estábien,” le contestó, “pero sin embargo, aúnno sé lo que es miedo.En la escena final <strong>de</strong>l relato, la mujer(...) fue al arroyo que corría por el jardíny mandó traer un cubo entero lleno <strong>de</strong> peces.Por la noche cuando dormía el jovenrey, levantó su esposa la ropa y puso elcubo lleno <strong>de</strong> agua encima <strong>de</strong> él, <strong>de</strong> maneraque los peces al saltar, <strong>de</strong>jaban caer algunasgotas <strong>de</strong> agua. Entonces <strong>de</strong>spertódiciendo: “¡Ah! ¿quién me asusta? ¿quiénme asusta, querida esposa? Ahora sé ya loque es miedo”.El rey rana (Hermanos Grimm)En este relato, la rana <strong>de</strong>muestra que esconstante en buscar su objetivo. Le gustala acción pero, a<strong>de</strong>más, es reflexiva y per-<strong>Revista</strong> <strong>de</strong> Análisis <strong>Transaccional</strong> y Psicología <strong>Humanista</strong>, Nº 58, Año 2008

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