86 Francisco Massó Cantareroda<strong>de</strong>s compensatorias. Las pseudo-explicacionesle llevan a establecer creenciaserróneas sobre sí mismo, sobre el Perseguidor,el sentido <strong>de</strong> la vida etc., que consolidaránpánico y tristeza crónicas, que retroalimentanlas creencias y las conductascompensatorias. Estas, por su parte, configuranactitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sometimiento y complicidadcon el perseguidor.MATRIZ DEL GUIONEl fenómeno <strong>de</strong> la violencia adolescentetambién es un plan, imputable a múltiplesfactores, que interactúan entre sí, comovectores <strong>de</strong> fuerza que se <strong>de</strong>slizan unossobre otros, hacen sinergia y convergen enacciones <strong>de</strong>sgraciadas y funestas.En la matriz que acompañamos, seguimosla geometría imaginaria <strong>de</strong> Cornell(2002). Dado que estamos en una faseexistencial, don<strong>de</strong> la influencia entre igualeses mayúscula y superior a la que puedanhaber ejercido los padres durante la infancia.In loco parentium, hemos puesto,como otra fuente <strong>de</strong> influencia y origen <strong>de</strong>transacciones, al grupo <strong>de</strong> iguales, el otrogeneralizado, según la terminología <strong>de</strong>Mead. Vamos a ir explicando cada uno <strong>de</strong>los vectores.TRANSACCIONES SOBRE EL NIÑOAfectan al plano emocional y a las motivacionesque impelen la conducta.1.–Mandato “no sientas”:La impulsividad es una característica <strong>de</strong>los adolescentes, que hacen <strong>de</strong> la alexitimiauna forma <strong>de</strong> estar frente al mundo. Elalexitímico carece <strong>de</strong> conciencia emocionaly por tanto tampoco tiene empatía. Consecuentemente,<strong>de</strong>scarga sus impulsos emocionalessegún le llegan, sin percatarse <strong>de</strong>su cualidad, ni calibrar las consecuencias<strong>de</strong> la <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> sus impulsos.Figura 3: Matriz argumental<strong>de</strong> “Caín Errante”.En la adolescencia, el mandato se cumplepor la velocidad con que se suce<strong>de</strong>n lasvivencias, con objeto <strong>de</strong> sacar <strong>de</strong> ellas sóloy exclusivamente sensaciones, la antesala<strong>de</strong> la percepción. Con eso se conforman.Los factores que pue<strong>de</strong>n organizar laconducta, como puedan ser la reflexión, lacompasión empática, la autocontención,etc., son contravalores que producen vergüenzafrente a los iguales, durante estaetapa evolutiva.Sentir siempre es <strong>de</strong>gradante en nuestracivilización, que hizo <strong>de</strong>l logos su eje <strong>de</strong>giro, relegando al pathos más allá <strong>de</strong>l límite<strong>de</strong> la dignidad. Este malestar <strong>de</strong> la culturase agudiza durante la adolescencia, cuandoel valor está en vencer aquellos recursosque conducirían a la pru<strong>de</strong>ncia y al respetohacia los <strong>de</strong>más y quedarse a merced<strong>de</strong> los impulsos violentos.2.–Permiso hedonista:a) Antece<strong>de</strong>nte histórico:Por razón <strong>de</strong>l sistema productivo,el hogar está <strong>de</strong>sierto. Los adultosestán muchas horas diarias fuera <strong>de</strong>casa. Consecuentemente, los niñoscrecen solos, entretenidos por cuidadoresque se suce<strong>de</strong>n unos a otros,según la hora <strong>de</strong> día. Por tanto, todos<strong>Revista</strong> <strong>de</strong> Análisis <strong>Transaccional</strong> y Psicología <strong>Humanista</strong>, Nº 58, Año 2008
“Caín errante”: Guión <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong> los adolescentes 87los saberes empíricos sobre la urdimbreprimigenia, la teoría <strong>de</strong>l apego, elvínculo primario, etc., son inoperantes.El niño no pue<strong>de</strong> establecer víassólidas para vincularse, ante el absentismo<strong>de</strong> los padres y el <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong>cuidadores.Los padres llenan <strong>de</strong> indulgencia elescaso margen <strong>de</strong> tiempo que tienenpara la convivencia con sus hijos. Ce<strong>de</strong>nante las presiones <strong>de</strong> estos, bienpara no incrementar la fatiga acumuladadurante el día, provocando un altercadofamiliar, bien porque se consi<strong>de</strong>renincapaces <strong>de</strong> poner límites,bien porque el hedonismo <strong>de</strong>l queparticipan los predispone a ser tambiéncon<strong>de</strong>scendientes y tolerantescon cualquier pretensión, capricho oveleidad <strong>de</strong> sus hijos.Los niños, como antagonistas y ala vez víctimas <strong>de</strong>l abandono, no cejan<strong>de</strong> incrementar el número y alcance<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas, a fin <strong>de</strong> constatar,siquiera materialmente, el grado<strong>de</strong> afinidad <strong>de</strong> sus padres. Sin percatarse<strong>de</strong> ello, los educandos se conviertenen amos, dueños <strong>de</strong> la situacióny hacen <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas, palancapara perseguir a los mayores.b) Revisión y efecto en la adolescencia:Tras captar las primeras señales<strong>de</strong>l fracaso al que conduce este sistemaeducativo, muchos padres preten<strong>de</strong>nla corrección por vía drástica yexpeditiva, apoyándose en el autoritarismoy la dureza. El remedio empeorala enfermedad, porque el educando,sin <strong>de</strong>fensas frente a la frustracióny, en gran medida, anómico yayuno <strong>de</strong> valores, se rebela con todassu fuerzas, sin reparar en que larebeldía contra la autoridad paternaes el primer paso <strong>de</strong> un camino sinretorno, hasta que el proceso <strong>de</strong>constructivotoque fondo.Otros padres abusan <strong>de</strong> la indulgencia,incluso <strong>de</strong>fendiendo conductassociopáticas que, ocasionalmente,activan sus hijos, y oponiéndose alas medidas correctivas que puedanproponer profesores o tutores. Así,cobra mayor fuerza el verdugo.El grupo <strong>de</strong> iguales sirve <strong>de</strong> coroamplificador al fenómeno <strong>de</strong> rebeldía<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> sus miembros, menospreciandoa los padres y a las figuras<strong>de</strong> autoridad, como viejos, carcas,o “el sistema” y <strong>de</strong>sacreditandocualquier insinuación que contravengala cultura oposicionista <strong>de</strong>l grupo.Esta cultura obe<strong>de</strong>ce la ley primordial<strong>de</strong> hacer lo que me apetece y no haceraquello que no me apetece…,que ha estado reinando, subrepticiamente,durante la primera y segundainfancia.3.–Provocación:El origen es Padre, aunque provenga <strong>de</strong>la parte Niño en el Padre. El grupo <strong>de</strong> igualespue<strong>de</strong> hacer valor <strong>de</strong> la iconoclastia, lacontracultura, la vida alternativa, la experimentacióncomo un bien en sí misma. Elgrupo, como personalidad colectiva, dispone<strong>de</strong> sus iconos, sus símbolos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad,un estilo <strong>de</strong> vida propio, con sus justificacionesi<strong>de</strong>ológicas correspondientes.Consecuentemente, presiona sobre losindividuos que lo integran o que son candidatosa integrarse, para que secun<strong>de</strong>n lasnormas <strong>de</strong> pertenencia. La coacción pue<strong>de</strong>ser benévola como una provocación, acosadoracomo un reto y <strong>de</strong>terminante comoun rito <strong>de</strong> iniciación.TRANSACCIONES SOBRE EL ADULTOEl programa otorga el cómo <strong>de</strong>l guión,cómo ser hombre, o mujer. Según Berne, elprogenitor <strong>de</strong>l mismo sexo suministra estecomponente <strong>de</strong>l guión. En la adolescencia,el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> cómo ser violento, proviene<strong>de</strong> fuentes múltiples; pero se encaja comoun procedimiento que pue<strong>de</strong> utilizar elAdulto, bien esté contaminado por los <strong>de</strong>li-<strong>Revista</strong> <strong>de</strong> Análisis <strong>Transaccional</strong> y Psicología <strong>Humanista</strong>, Nº 58, Año 2008