07.05.2013 Views

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

11- MAUSOLEO DEL COLEGIO NORTEAMERICANO, CAMPO<br />

VERANO, ROMA: LAS PRECUNTAS MÁS DIFICILES<br />

En Roma todo el m<strong>un</strong>do conoce el Campo Verano, a<strong>un</strong>que está <strong>un</strong> tanto alejado <strong>de</strong> las típicas<br />

rutas turísticas. Lo que en su origen era <strong>un</strong>a finca <strong>de</strong> Lucio Vero, co-emperador con Marco<br />

Aurelio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 161 al 169, el Campo Verano se convirtió en cementerio m<strong>un</strong>icipal <strong>de</strong><br />

Roma cuando Napoleón y sus huestes regían los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> Italia, a principios <strong>de</strong>l siglo XIX. Su<br />

construcción duró varias décadas. Y es que la i<strong>de</strong>a era grandiosa, a saber, que todo el que<br />

muriera en Roma a partir <strong>de</strong> su inauguración, el día 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1836, fuera enterrado allí.<br />

Pero estando en Italia, ya se sabe. Llevar a termo los planes originales duró más <strong>de</strong> lo previsto;<br />

<strong>de</strong> hecho, la puerta principal <strong>de</strong>l cementerio no se terminó hasta 1878.<br />

El Campo Verano ocupa <strong>un</strong>a enorme extensión, equivalente a <strong>un</strong>as tres veces la Ciudad <strong>de</strong>l<br />

Vaticano, en el distrito Tiburtino cerca <strong>de</strong> la Stazione Termini, la estación central <strong>de</strong> ferrocarril.<br />

La entrada principal está a poco más <strong>de</strong> <strong>un</strong> tiro <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong> la basílica <strong>de</strong> San Lorenzo<br />

Extramuros. El beato Pío IX está enterrado allí en <strong>un</strong>a capilla cuyos mosaicos vale la pena<br />

contemplar con cierto <strong>de</strong>tenimiento. A <strong>un</strong>os cien metros <strong>de</strong> la entrada ya no se pue<strong>de</strong>n ver los<br />

límites <strong>de</strong>l cementerio en ning<strong>un</strong>a <strong>de</strong> las direcciones.<br />

Nada más pasar los puestos <strong>de</strong> flores a la entrada <strong>de</strong>l recinto, y empezar a explorar los<br />

diferentes «complejos» <strong>de</strong>l Campo Verano, enseguida te das cuenta <strong>de</strong> que los italianos<br />

conciben la muerte <strong>de</strong> la misma manera que interpretan cualquier otra cosa, es <strong>de</strong>cir:<br />

dramáticamente. Monumentos, capillas <strong>de</strong> familia, mausoleos, incluso tumbas individuales<br />

compiten en esplendor y bella figura. La gente que puebla el cementerio es <strong>de</strong> lo más<br />

variopinta. A pocos metros <strong>de</strong> la entrada, <strong>un</strong> camino <strong>de</strong> gravilla te lleva a la tumba <strong>de</strong><br />

Garibaldi, el rabioso anticlerical, a mano <strong>de</strong>recha (poco apropiado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el p<strong>un</strong>to <strong>de</strong> vista<br />

i<strong>de</strong>ológico). Continuando por <strong>un</strong>a infinidad <strong>de</strong> vericuetos, subiendo y bajando pequeñas<br />

colinas y a través <strong>de</strong> minúsculos valles, se pue<strong>de</strong>n encontrar también tumbas <strong>de</strong> car<strong>de</strong>nales y<br />

<strong>de</strong> otros muchos clérigos <strong>de</strong> rango elevado. Seg<strong>un</strong>do <strong>un</strong>a historia, probablemente apócrifa, los<br />

alumnos <strong>de</strong> la Pontificia Universidad Gregoriana solían venir aquí la noche anterior a los<br />

exámenes para orar ante el Mausoleo <strong>de</strong> la <strong>un</strong>iversidad, quizá para asegurarse <strong>de</strong> que ciertos<br />

profesores particularmente exigentes estaban realmente enterrados allí. Políticos famosos,<br />

actores <strong>de</strong> cine, literatos, romanos normales hace tiempo olvidados por la historia, todos están<br />

ahí; incluso pue<strong>de</strong>s reconocerlos por las fotografías ya <strong>de</strong>sgastadas que pueblan sus lápidas.<br />

Mi primera visita al Campo Verano fue el 2 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2001, día <strong>de</strong> los fieles dif<strong>un</strong>tos, en<br />

compañía <strong>de</strong> alg<strong>un</strong>os miembros <strong>de</strong> la Facultad y estudiantes <strong>de</strong>l Pontificio Colegio<br />

Norteamericano, para celebrar <strong>un</strong>a misa en el mausoleo <strong>de</strong>l Colegio. Durante La primera mitad<br />

<strong>de</strong>l siglo XX, la mayoría <strong>de</strong> los seminaristas americanos que morían en Roma recibían sepultura<br />

en ese espléndido mausoleo <strong>de</strong> tres pisos; <strong>de</strong> ahí que la misa sea <strong>un</strong>a inveterada tradición <strong>de</strong>l<br />

Colegio. Y como yo, durante mi trabajo en Roma, me alojaba en el Colegio, fui invitado a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!