Caerás, qué duda cabe; tropezarás en la escala <strong>de</strong>l amor, y caerás. Pero eso no es motivo para bajar el listón <strong>de</strong> tus expectativas. Más bien es <strong>un</strong>a razón para levantarse, sacudirse el polvo, buscar el perdón y la reconciliación, y volver a intentarlo. Si te fijas como objetivo algo menos que la gran<strong>de</strong>za para que fuiste creado, la gran<strong>de</strong>za que se convirtió en tu proprio <strong>de</strong>stino el día en que te bautizaran, te estás engañando a ti mismo. Si tu objetivo es algo inferior a la gran<strong>de</strong>za que Cristo te ha reservado, es que nos has entendido el tirón <strong>de</strong>l divino tejedor en la trama <strong>de</strong> tu vida. Deja que la gracia te levante hasta don<strong>de</strong> tú, en lo más prof<strong>un</strong>do <strong>de</strong> tu corazón, quieres estar.
8- LA CAPILLA SIXTINA, ROMA: LENGUAJE DEL CUERPO, HABLAR DE DIOS, Y LO INVISIBLE VISIBLE La Capilla Sixtina, en Roma, muy bien pudiera ser el recinto más impresionante <strong>de</strong>l m<strong>un</strong>do. Cada año, millones <strong>de</strong> personas la visitan para admirar la belleza <strong>de</strong> su <strong>de</strong>coración: los frescos <strong>de</strong>l techo y El Juicio Final, <strong>de</strong> Miguel Ángel, y las escenas <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Moisés que pueblan los muros laterales, obra <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s maestros como Botticelli, Ghirlandaio, Perugino, Pinturicchio y Signorelli. Casi a diario, la Capilla está abarrotada <strong>de</strong> visitantes. A<strong>un</strong>que la visites en la temporada turística alta, notarás algo verda<strong>de</strong>ramente curioso. Cuando los turistas entran en la Capilla Sixtina, los cuchicheos que normalmente acompañan a los grupos <strong>de</strong>saparecen casi por completo, a<strong>un</strong>que por poco tiempo. La gente se sumerge en reverente silencio, o algo parecido al silencio. ¿Será la reacción natural frente a la belleza <strong>de</strong> esos frescos <strong>de</strong> <strong>un</strong> colorido subyugante, sobre todo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su reciente restauración, y que ning<strong>un</strong>a fotografía pue<strong>de</strong> transmitir? ¿Será la admiración que embarga al visitante frente al genio humano, capaz <strong>de</strong> producir tales pinturas? En mi opinión, ambas cosas. Con todo, creo que hay algo, algo más, que aquí se percibe <strong>de</strong> manera extraordinaria. Un gran cronista <strong>de</strong> viajes, H. V. Morton, dijo <strong>un</strong>a vez que «<strong>un</strong>a visita a Roma no implica <strong>un</strong> <strong>de</strong>scubrimiento, sino que suscita <strong>un</strong> recuerdo». Eso es lo que la Capilla Sixtina suscita en el visitante: <strong>un</strong> <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> recuerdos e intuiciones prof<strong>un</strong>damente enraizados –y a veces, sepultados– en lo más hondo <strong>de</strong> la conciencia. En la Capilla Sixtina, al visitante se le encoge el alma, porque en esos frescos en la prof<strong>un</strong>da impresión que producen se encuentra el límite entre lo humano y lo divino. Vistos <strong>un</strong>o tras otro en <strong>un</strong> álbum <strong>de</strong> fotografías, los frescos <strong>de</strong> Miguel Ángel pue<strong>de</strong>n parecer abrumadores, incluso aterradores, en su puro componente físico. Pero aquí, en la Capilla Sixtina, esa arquitectura hecha color, en la que la luz y el brillo se conjugan <strong>de</strong> forma grandiosa, posee <strong>un</strong> enorme po<strong>de</strong>r evocativo y <strong>un</strong>a transparencia espiritual verda<strong>de</strong>ramente única. El turista que visita la Capilla Sixtina, sea cual sea su disposición religiosa –o la ausencia <strong>de</strong> tal disposición– no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> sentir que la belleza es <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> ventana a la verdad <strong>de</strong>l hombre y al anhelo <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia que está inscrito en nuestro interior. El instinto tiene razón. Ese templo a la belleza <strong>de</strong>l cuerpo humano es <strong>un</strong> lugar privilegiado <strong>de</strong> encuentro con la belleza <strong>de</strong> Dios. Los dos aspectos van j<strong>un</strong>tos. * * * La historia <strong>de</strong> la Capilla Sixtina, igual que buena parte <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l Catolicismo, está plagada <strong>de</strong> controversia. Todo empezó en el año 1475. La sala era <strong>un</strong>a combinación <strong>de</strong> capilla papal y fortaleza (como sugieren esos sorpren<strong>de</strong>ntes bastiones en el exterior). Se le dio el nombre <strong>de</strong> Capilla «Sixtina» en recuerdo <strong>de</strong> su patrocinador, el papa Sixto IV, <strong>un</strong> franciscano
- Page 1 and 2:
Cartas a un Joven Católico George
- Page 3 and 4:
Notas sobre la edición electrónic
- Page 5 and 6:
PRÓLOGO La pretendida «muerte de
- Page 7 and 8:
Hay un genuino sabor americano que
- Page 9 and 10:
TARJETA DE PRESENTACIÓN Esta colec
- Page 11 and 12:
sobrepelliz, copón, o patena» era
- Page 13 and 14:
ecoger nuestros peniques y céntimo
- Page 15 and 16:
descripción, no se puede decir que
- Page 17 and 18:
Tengo la sensación de que si yo no
- Page 19 and 20:
dimensión forma parte de lo que si
- Page 21 and 22:
la verdadera tumba de san Pedro; se
- Page 23 and 24:
ealmente fue así, es muy posible q
- Page 25 and 26: Una de las escenas más conmovedora
- Page 27 and 28: Sólo un ingenuo podría esperar qu
- Page 29 and 30: a Jebel Müsa las reliquias de Sant
- Page 31 and 32: Encarnación fue que alguien había
- Page 33 and 34: En el mes de junio de 1959, la Comi
- Page 35 and 36: una rotonda recientemente restaurad
- Page 37 and 38: caminar, subió los diecinueve esca
- Page 39 and 40: epresenta a la Virgen con el Niño.
- Page 41 and 42: actualiza la imagen de Pedro, al qu
- Page 43 and 44: prematrimoniales». María no juega
- Page 45 and 46: 5- EL ORATORIO, BIRMINGHAM, INGLATE
- Page 47 and 48: En otra parte del Oratorio, un grup
- Page 49 and 50: anglicanismo liberal; su insatisfac
- Page 51 and 52: de Hedwig Conrad-Martius, «es la v
- Page 53 and 54: con algún borrador de documentos s
- Page 55 and 56: configurada por una comprensión de
- Page 57 and 58: En la medida de lo posible, voy a m
- Page 59 and 60: de manera muy especial las vidas y
- Page 61 and 62: SOBRE LA TRADICIÓN La tradición s
- Page 63 and 64: gnósticos extremadamente inteligen
- Page 65 and 66: Glory be to God far dappled things
- Page 67 and 68: diciendo prácticamente lo mismo qu
- Page 69 and 70: * * * A veces los críticos no pres
- Page 71 and 72: Tampoco hoy día hay mucha gente «
- Page 73 and 74: La música de la película Retorno
- Page 75: vaso de barro, lleno de grietas y f
- Page 79 and 80: seguir siendo objeto de la irascibi
- Page 81 and 82: de «belleza incomparable» suscita
- Page 83 and 84: lo que el propio Dios es en sí mis
- Page 85 and 86: Quizá ahora se puedan enfocar con
- Page 87 and 88: 9- IGLESIA DE SANTA MARIA, GREENVIL
- Page 89 and 90: conversión al sagrado Corazón de
- Page 91 and 92: Eso quiere decir que participar en
- Page 93 and 94: 10- PORTICO DE SAN ESTANISLAO DE KO
- Page 95 and 96: Un mes más tarde, el Padre Jerzy P
- Page 97 and 98: Por eso, honramos aquí la memoria
- Page 99 and 100: Ahí también leyó las obras de lo
- Page 101 and 102: Pues bien ¿qué significan para ti
- Page 103 and 104: 11- MAUSOLEO DEL COLEGIO NORTEAMERI
- Page 105 and 106: los años 1970, el que resucitó el
- Page 107 and 108: amor radical resucitando a Jesús,
- Page 109 and 110: conseguir «un corazón sabio», el
- Page 111 and 112: alemana durante el siglo XXI?». Si
- Page 113 and 114: góticas evocan la sensación de tr
- Page 115 and 116: de la época: el Árbol de Jesé. M
- Page 117 and 118: Chartres nos enseña, además, la i
- Page 119 and 120: Quisiera terminar esta carta atando
- Page 121 and 122: 13- CATEDRAL VIEJA, BALTIMORE: LA L
- Page 123 and 124: prematuramente, Spalding habría si
- Page 125 and 126: Dios. Como tampoco lo son los suces
- Page 127 and 128:
Si la cultura americana, tanto la m
- Page 129 and 130:
democracia vacía es plantear la pr
- Page 131 and 132:
seminario sobre la doctrina social
- Page 133 and 134:
ateo; aunque para terminar con el n
- Page 135 and 136:
¿no significará eso que el mundo
- Page 137 and 138:
perplejo, que no lograba entender d
- Page 139 and 140:
FUENTES PRIMERA CARTA Las citas de
- Page 141 and 142:
SÉPTIMA CARTA La carta de Evelyn W
- Page 143:
DÉCIMO CUARTA CARTA El libro de He