Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias
Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias
Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
difícil, <strong>de</strong> la escala <strong>de</strong>l amor: <strong>de</strong> mutuo acuerdo, se separan. Amores más rastreros han<br />
conducido a amores más elevados, y finalmente, j<strong>un</strong>to al lecho <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong> Lord Marchmain,<br />
al amor más difícil <strong>de</strong> todos, el amor <strong>de</strong> Dios manifestado en Cristo, que nos muestra la verdad<br />
sobre nosotros mismos y sobre nuestros amores.<br />
Todo esto me lo enseñó mi amigo Douglas Lane Patey, profesor en el Smith College y al que<br />
consi<strong>de</strong>ro como el intérprete literario más lúcido y más penetrante. Como Doug Patey observó<br />
en <strong>un</strong>a ocasión, Waugh había entendido intuitivamente la crítica católica al sentimentalismo<br />
mo<strong>de</strong>rno. Él sabía que el amor no es sólo <strong>un</strong>a sensación o <strong>un</strong> sentimiento, sino más bien <strong>un</strong><br />
impulso interior <strong>de</strong> carácter espiritual, <strong>un</strong> anhelo <strong>de</strong> com<strong>un</strong>ión, porque «el hombre es <strong>un</strong> ser<br />
motivado por <strong>un</strong> hambre innata <strong>de</strong> <strong>un</strong> objeto a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> amor». De ese modo, Waugh<br />
conduce a Charles Ry<strong>de</strong>r a través <strong>de</strong> <strong>un</strong>a serie <strong>de</strong> amores que constituyen los niveles <strong>de</strong> <strong>un</strong>a<br />
ascensión espiritual: «<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sebastian, pasando por Julia, hasta Dios. Un amor raquítico es real<br />
y hasta válido, pero ina<strong>de</strong>cuado; es <strong>un</strong> medio que ap<strong>un</strong>ta más allá <strong>de</strong> <strong>un</strong>o mismo hacia <strong>un</strong> final<br />
más satisfactorio. Y porque esa progresión encarna <strong>un</strong> plan provi<strong>de</strong>ncial, cada paso parece <strong>un</strong><br />
<strong>de</strong>svío o <strong>un</strong> retroceso, pero en realidad es <strong>un</strong> avance».<br />
Esta lectura, prof<strong>un</strong>damente católica, <strong>de</strong> la vida espiritual pue<strong>de</strong> ayudar a enten<strong>de</strong>r por qué<br />
alg<strong>un</strong>os críticos consi<strong>de</strong>ran Bri<strong>de</strong>shead como poco mis que <strong>un</strong> mero relato evocativo <strong>de</strong> su<br />
tiempo. A<strong>de</strong>más, pue<strong>de</strong> explicar por qué la cubierta <strong>de</strong> la última edición <strong>de</strong>l libro en Penguin<br />
Paperbacks se equivoca <strong>de</strong> medio a medio cuando resume el viaje <strong>de</strong> Charles Ry<strong>de</strong>r como <strong>un</strong><br />
recorrido en el que «por fin llega a reconocer la distancia espiritual y social que lo separa <strong>de</strong><br />
esa «maldita familia católica». Una vez más, el profesor Patey es <strong>un</strong> guía seguro cuando<br />
sugiere que Bri<strong>de</strong>shead es, mis bien, la historia <strong>de</strong> «<strong>un</strong> plan provi<strong>de</strong>ncial, <strong>un</strong> <strong>de</strong>signio por el<br />
que, como suele actuar la Provi<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong>l mal se <strong>de</strong>duce el bien, y <strong>de</strong> acontecimientos<br />
aparentemente caóticos surge el verda<strong>de</strong>ro sentido». Waugh, que no era precisamente tonto,<br />
sabía que estaba escribiendo contra lo más granado <strong>de</strong> la sensibilidad mo<strong>de</strong>rna, al poner a la<br />
divina Provi<strong>de</strong>ncia como el motor <strong>de</strong> su historia. Quizá esa es la razón por la que Waugh, con<br />
brillante estilo narrativo, pone la actual visión escéptica <strong>de</strong>l cristianismo en labios <strong>de</strong>l <strong>joven</strong><br />
agnóstico Charles Ry<strong>de</strong>r, antes <strong>de</strong> que este empiece a sentir el tirón <strong>de</strong> <strong>un</strong>a fuerza divina que<br />
actúa en la maraña <strong>de</strong> su propia vida. Por ahí va la <strong>de</strong>scripción que Charles hace <strong>de</strong> sí mismo<br />
durante la primera fase <strong>de</strong> su relación con la familia Flyte:<br />
Yo no practicaba ning<strong>un</strong>a religión... La i<strong>de</strong>a que había dominado implícitamente en mi<br />
proceso educativo era que la historia básica <strong>de</strong>l cristianismo se había expuesto siempre<br />
como <strong>un</strong> mito; ahora, había división <strong>de</strong> opiniones sobre si la enseñanza ética cristiana<br />
tenía algún valor para el presente. Una división en la que la balanza se inclinaba hacia<br />
la negativa; la religión era <strong>un</strong> entretenimiento que <strong>un</strong>os practicaban y otros no; en el<br />
mejor <strong>de</strong> los casos, era <strong>un</strong>a cosa más o menos ornamental, y en el peor, era cuestión <strong>de</strong><br />
«complejos» y <strong>de</strong> «inhibiciones» –sinónimos <strong>de</strong> «<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia»– y <strong>de</strong> intolerancia, <strong>de</strong><br />
hipocresía y <strong>de</strong> pura estupi<strong>de</strong>z, como se le había atribuido durante siglos. Nadie me<br />
había dicho que esas observaciones tan singulares formaban <strong>un</strong> sistema filosófico bien<br />
coherente, con pretensiones históricas <strong>de</strong> intransigencia. Pero es que, a<strong>un</strong>que alguien<br />
me lo hubiera dicho, seguro que yo no habría mostrado ningún interés.