07.05.2013 Views

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

conversión al sagrado Corazón <strong>de</strong> su divino Hijo. En los planes <strong>de</strong> Dios no caben las<br />

coinci<strong>de</strong>ncias. Por eso, estoy seguro <strong>de</strong> que mi servicio aquí es <strong>un</strong> momento<br />

privilegiado <strong>de</strong> gracia en mi vida. Pido intensamente al Señor que también lo sea para<br />

vosotros...<br />

Hoy os prometo solemnemente que me <strong>de</strong>dicaré a amaros como pastor, a enseñaros<br />

como padre y a caminar con vosotros como hermano en el esfuerzo diario por<br />

respon<strong>de</strong>r fielmente a la llamada <strong>de</strong> Cristo: «Seguidme».<br />

Se pue<strong>de</strong> afirmar que, en ese momento, la gente <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> St. Mary, en Greenville,<br />

Carolina <strong>de</strong>l Sur, se dio cuenta <strong>de</strong> que las cosas no iban a ser cuestión <strong>de</strong> puro trámite, con el<br />

Padre Jay Scott Newman.<br />

El 22 <strong>de</strong> j<strong>un</strong>io <strong>de</strong> 2003, domingo y festividad <strong>de</strong>l Corpus Christi, Los parroquianos <strong>de</strong> St. Mary,<br />

Greenville abarrotaban la iglesia para asistir a <strong>un</strong>a Misa Solemne. En poco menos <strong>de</strong> dos años,<br />

la iglesia y sus terrenos se habían transformado. Se había renovado el ladrillo, los bancos eran<br />

nuevos; las vidrieras estaban limpias, se había pintado la iglesia y se había instalado <strong>un</strong><br />

sagrario nuevo dorado. Un ambón nuevo <strong>de</strong> roble completaba la restauración <strong>de</strong>l retablo y<br />

constituía <strong>un</strong> lugar a<strong>de</strong>cuado para la proclamación <strong>de</strong> las lecturas y para pron<strong>un</strong>ciar la homilía.<br />

La pila bautismal se había colocado j<strong>un</strong>to a la entrada, para que la gente, al entrar en la iglesia,<br />

se diera cuenta –cada semana, y hasta cada día– <strong>de</strong> quiénes eran y por qué estaban allí. El<br />

parque <strong>de</strong> la parroquia había quedado completamente remozado. Y todo a cuenta <strong>de</strong> que los<br />

feligreses <strong>de</strong> St. Mary habían aportado <strong>un</strong>os dos millones <strong>de</strong> dólares para las obras.<br />

Pero si tú hubieras estado allí aquel día, lo que más te habría impresionado habría sido la total<br />

transformación <strong>de</strong> la gente. Más <strong>de</strong> seiscientas personas cantaban entusiasmadas los tres<br />

himnos clásicos: «Cantemos en la fiesta <strong>de</strong>l Cor<strong>de</strong>ro», «¡Aleluya! Cantad a Jesús», y el motete<br />

en Latín «Adoro te <strong>de</strong>vote». El coro entonaba el Panis angelicus <strong>de</strong> Cesar Frank y el Ave verum<br />

<strong>de</strong> William Byrd. La congregación y el coro iban acompañados <strong>de</strong> órgano, trompeta, timbales,<br />

violín y viola. Los fieles habían aprendido a cantar las partes <strong>de</strong> la Misa que les correspondían a<br />

ellos: el Kyrie, el Gloria, el Sanctus, la aclamación <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la consagración, el Padre Nuestro<br />

y el Agnus Dei. Todos cantaban el estribillo <strong>de</strong> respuesta al Salmo entre la primera lectura y el<br />

evangelio, y las invitaciones <strong>de</strong>l celebrante, como «El Señor esté con vosotros», etc. Unos<br />

proclamaban las lecturas <strong>de</strong>l Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo Testamento; otros presentaban las ofrendas<br />

<strong>de</strong> pan y vino en el altar. Con gran atención se escuchaba al Padre Newman cuando cantaba la<br />

mayor parte <strong>de</strong> la Plegaria Eucarística, subrayando la solemnidad <strong>de</strong> la acción central <strong>de</strong> la<br />

Misa. Y qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l canto <strong>de</strong> la «Secuencia» (<strong>un</strong> poema que, en <strong>de</strong>terminadas festivida<strong>de</strong>s,<br />

prepara el clima para la proclamación <strong>de</strong>l Evangelio, a<strong>un</strong>que por lo general se omite en<br />

muchas parroquias). A eso se <strong>un</strong>ían las exhortaciones <strong>de</strong> alg<strong>un</strong>os misioneros que estaban <strong>de</strong><br />

visita, o la bendición <strong>de</strong> seminaristas que iban a estudiar a Roma. En suma, la celebración<br />

podía durar casi dos horas. Y cuando todo había terminado, la gente parecía <strong>de</strong>cepcionada<br />

porque todo había pasado tan pronto.<br />

Y todo eso, ¿por qué? Pues porque el Padre Newman, en sus primeros meses como pastor <strong>de</strong><br />

St. Mary, había restituido a la gente su dignidad bautismal <strong>de</strong> cristianos. Como creo que sabes,<br />

en muchas parroquias católicas la liturgia se <strong>de</strong>spacha rápido, en <strong>un</strong>os cuarenta o cuarenta y<br />

cinco minutos. Pero no ocurre así en Greenville; y la gente no se queja ni mucho menos. Y no

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!