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Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

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<strong>de</strong> la época: el Árbol <strong>de</strong> Jesé. Me vas a permitir <strong>un</strong>a cita <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scripción que ofrece Malcolm<br />

Miller:<br />

Jesé, el padre <strong>de</strong> David, aparece en la parte inferior <strong>de</strong> la vidriera reclinado en <strong>un</strong> lecho<br />

<strong>de</strong> sábanas blancas. El personaje está arropado con <strong>un</strong>a manta roja <strong>de</strong> cenefa amarilla<br />

[...] Está <strong>de</strong>scalzo, igual que los profetas y los evangelistas [...] Sobre él, <strong>un</strong>a lámpara<br />

cuelga <strong>de</strong> <strong>un</strong>a ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> oro y se agita <strong>un</strong>a cortina pendiente <strong>de</strong> <strong>un</strong> arco rojo<br />

semicircular que <strong>de</strong>ja ver, al fondo, la ciudad regia <strong>de</strong> David, Belén.<br />

De la pechina <strong>de</strong> Jesé, la fuente <strong>de</strong> vida, no brota <strong>un</strong> vástago, sino el tocón <strong>de</strong> <strong>un</strong> árbol,<br />

en cuyo centro se pue<strong>de</strong> ver claramente la savia que corre a través <strong>de</strong> <strong>un</strong>a sucesión <strong>de</strong><br />

cuatro reyes <strong>de</strong> Judá, con ricos vestidos rojos, ver<strong>de</strong>s, amarillos y purpúreos sobre <strong>un</strong><br />

fondo <strong>de</strong> azul intenso [...]. A pesar <strong>de</strong> que ning<strong>un</strong>o lleva atributos o inscripciones, las<br />

cuatro figuras coronadas podrían representar a David, Salomón, Roboán y y Abías, el<br />

primero <strong>de</strong> los veintiocho reyes <strong>de</strong> Judá que, según la larga lista <strong>de</strong> Mateo, fueron los<br />

antecesores regios <strong>de</strong> Cristo [...]<br />

En la copa <strong>de</strong>l árbol aparece Cristo sentado [...] ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> palomas que simbolizan los<br />

siete dones <strong>de</strong>l Espíritu Santo [...] Dentro <strong>de</strong> los semicírculos rojos, a ambos lados <strong>de</strong> las<br />

figuras que aparecen en el árbol, y vueltos hacia ellas, están catorce profetas <strong>de</strong>l<br />

Antiguo Testamento con <strong>un</strong> rollo en la mano, en el que están escritos sus nombres [...]<br />

De ese modo, los antepasados espirituales <strong>de</strong> Cristo enmarcan a sus antecesores en la<br />

carne y se preparan para an<strong>un</strong>ciar la Encarnación, el cumplimiento <strong>de</strong> las profecías, en<br />

la adyacente vidriera central.<br />

Chartres no se pue<strong>de</strong> concebir sin la obediencia <strong>de</strong> la fe. Los arquitectos pensaron que ofrecían<br />

<strong>un</strong>a representación terrestre <strong>de</strong> la Nueva Jerusalén, a<strong>un</strong>que quizá el término «representación»<br />

no sea el más a<strong>de</strong>cuado. No sólo los arquitectos <strong>de</strong> Chartres, sino también los particulares que<br />

colaboraron con sus donaciones a su construcción, estaban convencidos <strong>de</strong> que, en ese sitio,<br />

estaban en la antesala <strong>de</strong>l cielo. Chartres es la única «frontera» entre lo m<strong>un</strong>dano y lo<br />

trascen<strong>de</strong>nte, entre lo visible y lo invisible, entre lo ordinario y lo extraordinario, entre lo<br />

humano y lo divino. Y eso es exactamente, lo que se quiso que fuera. Por eso, Chartres produce<br />

el efecto que se le atribuye, el <strong>de</strong> inspirar <strong>un</strong> temor reverencial. Y por eso, nos <strong>de</strong>ja<br />

boquiabiertos. En palabras <strong>de</strong> Malcolm Miller, atravesar la puerta regia y penetrar en ese<br />

espacio privilegiado es como «atravesar las puertas <strong>de</strong>l Paraíso y entrar en la ciudad celeste,<br />

con sus murallas abiertas y sus ventanas brillantes como perlas que dif<strong>un</strong><strong>de</strong>n <strong>un</strong>a esencia<br />

mística y divina: la luz».<br />

Chartres es <strong>un</strong>a impresionante expresión y, al mismo tiempo, <strong>un</strong>a po<strong>de</strong>rosa confirmación <strong>de</strong> la<br />

imaginación sacramental católica. Aquí se pue<strong>de</strong> experimentar, en su brillante y luminoso<br />

colorido, la apertura <strong>de</strong> este m<strong>un</strong>do al m<strong>un</strong>do auténticamente real.<br />

Experimentar directamente la incomparable belleza <strong>de</strong> Chartres es la razón primaria <strong>de</strong><br />

nuestra visita. Al mismo tiempo, al fijar esa belleza en tu mente, permíteme sugerirte que hay<br />

algo muy importante que se pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r aquí, algo que toca directamente a tu fe católica.

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