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Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

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eevangelización, durante la primera mitad <strong>de</strong>l nuevo siglo ¿no serán obra <strong>de</strong> alg<strong>un</strong>os <strong>de</strong> esos<br />

jóvenes polacos que encontraste en la misa <strong>de</strong> las 7,00 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> en la Basílica <strong>de</strong> los<br />

Dominicos <strong>de</strong> Cracovia? Esto no es imposible; <strong>de</strong> hecho, hoy día, <strong>un</strong> tercio <strong>de</strong> todos los<br />

seminaristas europeos están en Polonia. Bien formados y entrenados, podrían ser <strong>un</strong>a fuerza<br />

muy consi<strong>de</strong>rable para la reevangelización <strong>de</strong> la «Vieja Europa», en colaboración con los<br />

movimientos <strong>de</strong> renovación –muchas veces presididos por jóvenes– que constituyen el núcleo<br />

más vital <strong>de</strong>l catolicismo en Francia, Alemania, Italia y España.<br />

Por consiguiente, ya ves; como <strong>joven</strong> creyente y como <strong>joven</strong> <strong>católico</strong>, no estás solo. Y tú no<br />

estás <strong>de</strong> vuelta <strong>de</strong> la historia. Tú estás en su momento más crucial.<br />

* * *<br />

Hace veinticinco años, si alguien hubiera sugerido que la capacidad <strong>de</strong> re<strong>un</strong>ir millones <strong>de</strong><br />

jóvenes iba a ser <strong>un</strong>o <strong>de</strong> los acontecimientos más señalados en la historia <strong>de</strong> la Iglesia Católica<br />

en todo el m<strong>un</strong>do, los adali<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la secularización lo habrían tomado a broma y otro tanto<br />

habría hecho <strong>un</strong> buen número <strong>de</strong> <strong>católico</strong>s, incluidos los clérigos <strong>de</strong> edad más avanzada. Pero<br />

el papa Juan Pablo II tenía <strong>un</strong>a opinión diferente. Después <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>sarrollado buena parte<br />

<strong>de</strong> su ministerio como párroco <strong>joven</strong> <strong>de</strong> gente <strong>joven</strong>, estaba convencido <strong>de</strong> que la nueva<br />

generación <strong>de</strong> <strong>católico</strong>s estaba esperando ser convocada. Así que <strong>de</strong>cidió convocarla. Los<br />

resultados han sido espectaculares durante las dos últimas décadas: Roma, 1985; Buenos<br />

Aires, 1987; Santiago <strong>de</strong> Compostela, 1989; Czestochowa, 1991; Denver, 1993; Manila, 1995;<br />

París, 1997; otra vez Roma, con ocasión <strong>de</strong>l Gran Jubileo, 2000; Toronto, 2002. Cada <strong>un</strong>o <strong>de</strong><br />

esos acontecimientos tuvo su propio carácter, a<strong>un</strong>que con <strong>un</strong> ritmo litúrgico semejante.<br />

Los Días M<strong>un</strong>diales <strong>de</strong> la Juventud pretendían recrear la experiencia <strong>de</strong> la Semana Santa, que<br />

es el centro <strong>de</strong>l año <strong>de</strong> gracia <strong>de</strong> la Iglesia y constituye la estructura básica <strong>de</strong> la vida espiritual.<br />

De ese modo, cada «Día M<strong>un</strong>dial <strong>de</strong> la Juventud» empieza con <strong>un</strong>a variante <strong>de</strong>l Domingo <strong>de</strong><br />

Ramos, durante el cual la gran «Cruz <strong>de</strong>l Día M<strong>un</strong>dial <strong>de</strong> la Juventud», que durante meses se<br />

ha paseado por todo el país anfitrión, se entroniza solemnemente en el recinto reservado para<br />

la ceremonia inaugural. Una vez allí, se recuerda el Jueves Santo, durante el cual el papa<br />

explica el significado <strong>de</strong> <strong>un</strong>a vida al servido <strong>de</strong>l Evangelio. Cada celebración <strong>de</strong>l Día M<strong>un</strong>dial <strong>de</strong><br />

la Juventud tiene también su «Viernes Santo», en el que los jóvenes <strong>católico</strong>s <strong>un</strong>idos al papa<br />

oran j<strong>un</strong>tos por la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong>l hombre a través <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> la Cruz. La noche siguiente se<br />

celebra <strong>un</strong>a vigilia nocturna con profusión <strong>de</strong> can<strong>de</strong>las encendidas, análoga a la gran vigilia <strong>de</strong><br />

Pascua <strong>de</strong>l Sábado Santo. La celebración termina con <strong>un</strong>a misa que evoca la experiencia <strong>de</strong>l<br />

Domingo <strong>de</strong> Pascua y envía al m<strong>un</strong>do a todos y cada <strong>un</strong>o <strong>de</strong> los jóvenes participantes con el<br />

mensaje <strong>de</strong> la Resurrección.<br />

En mi opinión, el momento más impresionante <strong>de</strong>l Día M<strong>un</strong>dial <strong>de</strong> la Juventud <strong>de</strong> 1997 en<br />

París fue la Vigilia. Durante tres días, medio millón <strong>de</strong> jóvenes peregrinos había llenado<br />

docenas y docenas <strong>de</strong> calles por todo París. A la hora <strong>de</strong> la vigilia, todos se congregaron en el<br />

hipódromo <strong>de</strong> Longchamp y en sus cercanías. El hipódromo se convirtió en <strong>un</strong>a catedral <strong>de</strong> luz,<br />

mientras el papa bautizaba a doce jóvenes adultos, elegidos <strong>de</strong> todos los continentes. Los<br />

parisinos, atónitos ante la afluencia <strong>de</strong> jóvenes, contemplaban aquella insólita <strong>de</strong>mostración<br />

<strong>de</strong> fe. La noche siguiente, en la Televisión Nacional Francesa, el Car<strong>de</strong>nal Jean-Marie Lustiger,<br />

arzobispo <strong>de</strong> París, dif<strong>un</strong>dió el mensaje por todos los hogares en <strong>un</strong>a entrevista con <strong>un</strong> locutor

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