Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias
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Hay <strong>un</strong> genuino sabor americano que atraviesa el libro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las primeras páginas y atestigua<br />
la <strong>un</strong>iversalidad <strong>de</strong> la fe católica. El relato <strong>de</strong> lo que significaba para el autor pertenecer en su<br />
infancia a la parroquia <strong>de</strong> la Catedral Vieja <strong>de</strong> Baltimore, la entrañable Iglesia <strong>de</strong> Santa María<br />
en Carolina <strong>de</strong>l Sur, el Mausoleo <strong>de</strong>l Colegio Norteamericano en Roma, la ab<strong>un</strong>dancia <strong>de</strong><br />
pensadores <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l catolicismo anglosajón, etc., son prueba <strong>de</strong> ello. Nuestro<br />
autor consi<strong>de</strong>ra que la tradición es la «<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> los muertos» y que los que nos han<br />
precedido en nuestra fe <strong>de</strong>ben tener también <strong>un</strong> voto en las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l presente si no<br />
queremos <strong>de</strong>sperdiciar <strong>un</strong>a experiencia muy sabia que la Iglesia ha atesorado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios.<br />
Y no sólo eso. Como ciudadano <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia más antigua <strong>de</strong> las hoy existentes, Weigel<br />
aporta datos sobre la positiva influencia que tuvo el catolicismo en la llegada <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia<br />
norteamericana.<br />
En mi opinión, el acento anglosajón, al menos en este caso, es todo <strong>un</strong> aliciente para la lectura<br />
<strong>de</strong> estas cartas. Quizá para algún lector pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>sconcertante si no está familiarizado con<br />
el catolicismo británico y norteamericano, pero compensa con creces observar cómo el<br />
catolicismo se expresa y se vive <strong>de</strong> forma natural en cualquier parte <strong>de</strong>l globo, arraigándose en<br />
la historia y la cultura <strong>de</strong> todos los lugares.<br />
Por otro lado, ese vitalismo típicamente americano que se advierte en estas páginas es <strong>un</strong><br />
excelente contrap<strong>un</strong>to a las algo sombrías reflexiones que se suelen hacer en Europa sobre las<br />
relaciones entre la Iglesia y el m<strong>un</strong>do actual. A poco <strong>de</strong> empezar la lectura, el entusiasmo <strong>de</strong>l<br />
autor ante las excavaciones <strong>de</strong> San Pedro o la Iglesia <strong>de</strong> la Dormición en Jerusalén hace que<br />
suene bastante extraña <strong>un</strong>a expresión corno «la muerte <strong>de</strong> Dios» u otras consi<strong>de</strong>raciones que<br />
he traído a colación en el inicio <strong>de</strong> este prólogo.<br />
¿Alg<strong>un</strong>a conclusión? Muchas, sin duda; cada lector sacará las suyas. De este entrañable viaje<br />
con Weigel, ahora po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>stacar estas tres: 1) El catolicismo es realismo, no solamente<br />
cuestión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, a<strong>un</strong>que estas sean verdad. Un pretendido humanismo sin Dios no es<br />
humano y, pronto o tar<strong>de</strong>, acaba siendo prof<strong>un</strong>damente inhumano. Si el hombre se aleja <strong>de</strong><br />
Dios, pier<strong>de</strong> todo el contacto con las verda<strong>de</strong>ras exigencias <strong>de</strong> su humanidad. 2) Vale la pena<br />
entregarse a Dios, poner en juego todos los recursos, «cerrar opciones», y comprometerse<br />
personalmente, haciendo propio el fiat <strong>de</strong> María. La gente dispuesta a vivir la verdad <strong>de</strong> su<br />
propio ser vocacionalmente es la fuerza más dinámica <strong>de</strong> la historia: el Espíritu Santo actúa a<br />
través <strong>de</strong> ellos, y 3) Lo que sigue es el nacimiento <strong>de</strong> <strong>un</strong>a nueva cultura, la salvación <strong>de</strong> la<br />
humanidad y la experiencia personal <strong>de</strong> la auténtica alegría, la que el m<strong>un</strong>do no pue<strong>de</strong> dar, la<br />
que no encuentran «los que <strong>de</strong>jan abiertas todas sus opciones». Es la felicidad que da Dios a<br />
sus hijos y empapa la vida <strong>de</strong> los <strong>católico</strong>s.<br />
Es importante que los jóvenes lo sepan: no se la per<strong>de</strong>rán porque saben distinguir muy bien.<br />
Para ellos especialmente –pero a todos nos vienen muy bien– ha escrito Weigel estas páginas.<br />
Javier Crema<strong>de</strong>s Sanz-Pastor<br />
Rector <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong>l Espíritu Santo<br />
Capellán <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Derecho <strong>de</strong> la Universidad Complutense <strong>de</strong> Madrid