07.05.2013 Views

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ahí también leyó las obras <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s místicos carmelitas, san Juan <strong>de</strong> la Cruz y santa<br />

Teresa <strong>de</strong> Ávila. Se las había prestado <strong>un</strong> tipo sorpren<strong>de</strong>nte, al que Karol llegó a llamar mar el<br />

«apóstol inesperado», Jan Tyranowski. Jan era <strong>un</strong> solterón <strong>de</strong> cuarenta y tantos años, sastre <strong>de</strong><br />

profesión, que vivía en otra parte <strong>de</strong>l barrio Debniki, en la calle Rózana 11. Dedicaba a su<br />

comercio las primeras horas <strong>de</strong> cada mañana, y el resto <strong>de</strong>l día lo pasaba meditando y rezando<br />

con más rigor que muchos monjes o monjas. Cuando la Gestapo arrestó a la mayoría <strong>de</strong> los<br />

Padres Salesianos que regentaban la parroquia <strong>de</strong>l Debniki, los sacerdotes restantes pidieron a<br />

Tyranowski que se hiciera cargo <strong>de</strong> lo que ahora llamaríamos «ministerio <strong>de</strong> la juventud». Y<br />

Tyranowski empezó a formar a jóvenes <strong>de</strong>l Debniki en lo que él llamaba «Grupos <strong>de</strong>l Rosario<br />

Viviente», con <strong>un</strong> <strong>joven</strong> más maduro como «animador». Karol Wojtyla fue <strong>un</strong>o <strong>de</strong> los primeros<br />

«animadores» <strong>de</strong>l Rosario Viviente. Tyranowski <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> intuir que aquel <strong>joven</strong> literato iba a<br />

verse atraído por la poesía <strong>de</strong> san Juan <strong>de</strong> la Cruz y por la agitada existencia <strong>de</strong> santa Teresa <strong>de</strong><br />

Ávila, por lo que introdujo a Karol en el estudio <strong>de</strong> esos místicos <strong>de</strong>l siglo XVI en España,<br />

concretamente con la Autobiografía <strong>de</strong> santa Teresa, y La Noche Oscura <strong>de</strong>l Alma, el Cantico<br />

Espiritual, Subida <strong>de</strong>l Monte Carmelo y Llama <strong>de</strong> amor viva <strong>de</strong> san Juan <strong>de</strong> la Cruz. El<br />

misticismo carmelita es <strong>un</strong>a espiritualidad <strong>de</strong> abandono <strong>de</strong> sí mismo, con Cristo crucificado<br />

como centro; <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> muerte en completa negación <strong>de</strong>l propio yo, y <strong>de</strong> abandono en la<br />

vol<strong>un</strong>tad <strong>de</strong>l Padre. En cuanto a los efectos <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> san Juan <strong>de</strong> la Cruz y <strong>de</strong> santa<br />

Teresa, bajo la tutela <strong>de</strong> Jan Tyranowski, es fácil imaginar a Karol Wojtyla reconociendo, como<br />

Edith Stein cuando leyó la Autobiografía <strong>de</strong> santa Teresa en los años 1920: «Esto sí que es la<br />

verdad».<br />

Después <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su padre, <strong>de</strong> vuelta a «La Catacumba» y mientras arrastraba cubos <strong>de</strong><br />

cal viva durante el turno <strong>de</strong> noche en la planta química Solway <strong>de</strong> Borek Falecki, Karol pasó<br />

varios meses luchando con esa verdad, consigo mismo e incluso con Dios. Según los místicos<br />

carmelitas, sólo po<strong>de</strong>rnos conocer a Dios en sí mismo, si prescindimos <strong>de</strong> todo intento<br />

humano por conocerlo; es <strong>de</strong>cir cuando como Jesús, nos abandonamos en <strong>un</strong> acto <strong>de</strong> sumisión<br />

completa que es <strong>un</strong> acto radical <strong>de</strong> amor. Difícilmente se podría imaginar <strong>un</strong>a i<strong>de</strong>a más<br />

diametralmente opuesta a la exaltación nazi <strong>de</strong>l «tri<strong>un</strong>fo <strong>de</strong> la vol<strong>un</strong>tad», <strong>un</strong>a exaltación que<br />

por entonces asesinaba diariamente a amigos y colegas <strong>de</strong> Karol por las calles <strong>de</strong> Cracovia.<br />

Entre finales <strong>de</strong> 1941 y principios <strong>de</strong> 1942, algo importante <strong>de</strong>bió ocurrir en el interior <strong>de</strong> Karol<br />

Woytila. Poco a poco, el abandono <strong>de</strong> sí mismo a la vol<strong>un</strong>tad <strong>de</strong> Dios se iba configurando como<br />

la característica que <strong>de</strong>finía su condición <strong>de</strong> discípulo. Como los <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> carbón que se<br />

escon<strong>de</strong>n en las prof<strong>un</strong>dida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra, Karol era objeto <strong>de</strong> <strong>un</strong>a fuerte presión <strong>de</strong> fuerzas<br />

turbulentas. Y como a veces ocurre con el carbón, esas fuerzas tan po<strong>de</strong>rosas lo iban<br />

transformando en <strong>un</strong> diamante <strong>de</strong> gran dureza y <strong>de</strong> brillo esplendoroso, capaz <strong>de</strong> cortar lo que<br />

parece impenetrable.<br />

Karol tomó su <strong>de</strong>cisión en el otoño <strong>de</strong> 1942. No se trataba <strong>de</strong> elegir el sacerdocio como podría<br />

haber elegido el teatro o la vida académica. Se trataba <strong>de</strong> llegar a reconocer que había sido<br />

elegido; y esa elección no admitía mis que <strong>un</strong>a respuesta. Esa <strong>de</strong>cisión llevó a Karol a<br />

presentarse en el gran complejo diocesano <strong>de</strong> Franciszkanska 3, en el límite <strong>de</strong> la ciudad vieja<br />

<strong>de</strong> Cracovia. Allí tenía su resi<strong>de</strong>ncia el arzobispo <strong>de</strong> la ciudad en lo que se conocía como «Curia<br />

Metropolitana». Los nazis habían clausurado el seminario poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hacerse con el<br />

po<strong>de</strong>r, pero la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l arzobispo, Adam Stefan Sapieha, había sido la <strong>de</strong> reconstruir

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!