Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias
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góticas evocan la sensación <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia. Y eso mismo hacen, obviamente, esas<br />
extraordinarias «pare<strong>de</strong>s» <strong>de</strong> vidrio enmarcadas en piedra primorosamente cincelada. El<br />
gótico produce <strong>un</strong>a sensación <strong>de</strong> estar en vilo, <strong>de</strong> flotar en el espacio; y cuando «entras» en el<br />
gótico, no pue<strong>de</strong>s menos <strong>de</strong> experimentar la sensación <strong>de</strong> lo impon<strong>de</strong>rable. Pero tú ya sabes<br />
todo eso. Mi amigo Duchesne me sugirió alg<strong>un</strong>as razones más para admirar la característica<br />
permeabilidad <strong>de</strong>l gótico a la hora <strong>de</strong> expresar la trascen<strong>de</strong>ncia.<br />
Jean observó que el gótico es <strong>un</strong>a forma <strong>de</strong> arquitectura cristiana particularmente lograda<br />
porque es errática. Los elementos no son <strong>un</strong>iformes. Chartres, por ejemplo, trasluce <strong>un</strong>a<br />
vol<strong>un</strong>tad <strong>de</strong> no ser <strong>un</strong>iforme. Las gran<strong>de</strong>s torres no son gemelas: <strong>un</strong>a, profusamente <strong>de</strong>corada<br />
con retículas <strong>de</strong> piedra, y la otra simplemente retejada. Luego están los tres gran<strong>de</strong>s<br />
rosetones, cada <strong>un</strong>o estructurado con distinta figura geométrica. Mientras en el rosetón sur<br />
predominan los círculos, en el rosetón norte son los cuadrados, y en el rosetón oeste los<br />
círculos encuadrados en elipses asimétricas. Jean sugirió que ese galimatías era plenamente<br />
<strong>de</strong>liberado. En realidad, Dios no creó <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do perfectamente simétrico, y los arquitectos <strong>de</strong><br />
Chartres quisieron reflejarlo en su propio diseño.<br />
El gótico también sabe combinar lo mayestático y lo personal <strong>de</strong> manera diferente a la <strong>de</strong><br />
otros estilos arquitectónicos. La majestad <strong>de</strong> Chartres es evi<strong>de</strong>nte. Quizá haya que esforzarse<br />
<strong>un</strong> poco para reconocer lo personal; pero está ahí. La gente que con su generosidad hizo<br />
posible <strong>un</strong>a obra como la catedral <strong>de</strong> Chartres se pue<strong>de</strong> reconocer en esas vidrieras tan<br />
extraordinarias. Campesinos, sacerdotes, nobles, costureros, pana<strong>de</strong>ros, carniceros,<br />
banqueros, pesca<strong>de</strong>ros, viñateros, herreros, farmacéuticos, merceros, carreteros, carpinteros,<br />
zapateros y peregrinos, todos contribuyeron a la construcción <strong>de</strong> la catedral <strong>de</strong> Chartres.<br />
Todos están presentes no por su nombre, sino por su imagen luminosa, en más <strong>de</strong> cien<br />
escenas diseminadas por las vidrieras. Alg<strong>un</strong>os <strong>de</strong> ellos contribuyeron con toda su fort<strong>un</strong>a,<br />
otros colaboraron en menor medida, pero con algo más que el óbolo <strong>de</strong> la viuda bíblica. Todos<br />
están allí, todos cuentan en esa <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> dar y recibir que es la Iglesia.<br />
Y su presencia es <strong>de</strong> lo más pertinente, porque la construcción <strong>de</strong> Chartres, que sin duda exigió<br />
<strong>un</strong>a enorme habilidad y pericia técnica, fue <strong>un</strong>a obra eminentemente populista. Esa actual<br />
maravilla gótica se construyó sobre <strong>un</strong>a estructura anterior seriamente dañada por <strong>un</strong><br />
incendio que arrasó gran parte <strong>de</strong> la ciudad, <strong>de</strong>jando sólo la antigua cripta, los cimientos <strong>de</strong> la<br />
torre y la fachada oeste <strong>de</strong> la vieja catedral <strong>de</strong>l siglo XII. Al conocerse que se había salvado la<br />
reliquia más preciosa, la «Sancta Camisia», <strong>un</strong>a vestimenta que se creía que había pertenecido<br />
a la Virgen María cuando dio a luz a Cristo, la gente empezó a pedir que se construyera <strong>un</strong>a<br />
nueva catedral. Miles <strong>de</strong> personas se presentaron como vol<strong>un</strong>tarias en la cantera <strong>de</strong> Berchères<br />
cantando himnos religiosos. Llenaron <strong>un</strong> montón <strong>de</strong> carretas con enormes bloques <strong>de</strong> piedra y<br />
arrastraron la carga <strong>un</strong>os diez kilómetros hasta llegar a Chartres, cantando durante todo el<br />
camino.<br />
El proyecto <strong>de</strong> la nueva Chartres fue acompañado <strong>de</strong> <strong>un</strong>a generosidad excepcional. El incendio<br />
se produjo el año 1194, y para el 1223, al cabo <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> treinta años, ya se había<br />
completado la mayor parte <strong>de</strong> la estructura que hoy se conoce, gracias a la generosidad y<br />
filantropía <strong>de</strong> los donantes y al entusiasmo <strong>de</strong> los arquitectos constructores. La catedral <strong>de</strong> la<br />
As<strong>un</strong>ción <strong>de</strong> Nuestra Señora no fue consagrada hasta el año 1260, cuando afort<strong>un</strong>adamente se