07.05.2013 Views

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

Libro electrónico: Cartas a un joven católico - Diócesis de Canarias

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

SOBRE LA TRADICIÓN<br />

La tradición se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir como la extensión <strong>de</strong>l privilegio. Tradición significa dar el<br />

voto a la más oscura <strong>de</strong> todas las clases sociales, nuestros antepasados. Tradición es la<br />

<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> los muertos. La tradición no se somete a la reducida y arrogante<br />

oligarquía <strong>de</strong> los que simplemente viven entre nosotros. Todos los <strong>de</strong>mócratas se<br />

oponen a que la gente sea <strong>de</strong>scalificada por el simple hecho <strong>de</strong> haber nacido, igual que<br />

se oponen a cualquier <strong>de</strong>scalificación por haber muerto. La <strong>de</strong>mocracia nos enseña que<br />

no se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>spreciar la opinión <strong>de</strong> cualquier ciudadano, a<strong>un</strong>que sea nuestro lacayo. Y<br />

la tradición nos exige respeto a la opinión <strong>de</strong> cualquier buena persona, a<strong>un</strong>que esa sea<br />

mi padre.<br />

Bien; mi padre, mi abuelo, o la bisabuela <strong>de</strong> mi bisabuela. Como la imaginación gnóstica es<br />

incapaz <strong>de</strong> contemplar el m<strong>un</strong>do con la seriedad que merece, los gnósticos mo<strong>de</strong>rnos apenas<br />

tienen relación con el pasado. Todo tiene que renovarse <strong>de</strong> manera continua, <strong>un</strong>a y otra vez.<br />

Por contraste, en <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do sacramentalmente configurado, el pasado cuenta, y muy mucho.<br />

No por nostalgia, sino por reverencia. Por el hecho <strong>de</strong> formar parte <strong>de</strong> este m<strong>un</strong>do, lo que se<br />

vivió y se aprendió en el pasado pue<strong>de</strong> ser ahora, para nosotros, <strong>un</strong>a ventana abierta a la<br />

verdad, a la belleza y al valor <strong>de</strong> las cosas aquí y ahora. Esta es otra <strong>de</strong> las dimensiones <strong>de</strong> <strong>un</strong>a<br />

liberación verda<strong>de</strong>ramente católica, que no tendremos que realizar sólo por nosotros mismos,<br />

sino a hombros <strong>de</strong> <strong>un</strong>os gigantes espirituales e intelectuales. Y naturalmente, siempre<br />

podremos ver con mucha más claridad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>un</strong>a atalaya tan privilegiada.<br />

SOBRE OPTIMISMO Y PESIMISMO<br />

Cuando yo era niño, había dos personajes muy curiosos que discrepaban sobre quién<br />

era el optimista y quién el pesimista. Yo empleaba continuamente esas palabras, pero<br />

tengo que confesar que n<strong>un</strong>ca tuve <strong>un</strong>a i<strong>de</strong>a precisa sobre su significado [...] En<br />

resumen, llegué a la conclusión <strong>de</strong> que el optimista era el que creía que todo era bueno,<br />

excepto el pesimista; y el pesimista era el que pensaba que todo era malo, excepto él<br />

mismo.<br />

En sus elucubraciones sobre optimismo y pesimismo, GKC sugiere que la elección entre esos<br />

dos conceptos es falsa, porque los dos aceptan que «el hombre critica la realidad <strong>de</strong> este<br />

m<strong>un</strong>do como si anduviera buscando casa, como si visitara <strong>un</strong> nuevo bloque <strong>de</strong> apartamentos».<br />

Pero nadie, continúa diciendo, se encuentra en esa posición: «Un hombre pertenece a este<br />

m<strong>un</strong>do ya antes <strong>de</strong> que empiece a preg<strong>un</strong>tarse si está bien pertenecer a él [...] Mi aceptación<br />

<strong>de</strong>l <strong>un</strong>iverso no es optimismo; es, más bien, <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> patriotismo... El m<strong>un</strong>do no es <strong>un</strong>a<br />

posada en Brighton, que haya que abandonar por lo <strong>de</strong>plorable <strong>de</strong> su situación. Más bien, es el<br />

castillo <strong>de</strong> nuestra familia, con su ban<strong>de</strong>ra on<strong>de</strong>ando al viento en el torreón más alto; y cuanto<br />

más <strong>de</strong>plorable sea su situación, menos tendremos que pensar en abandonarlo. Lo importante<br />

no es que este m<strong>un</strong>do sea <strong>de</strong>masiado triste para po<strong>de</strong>r amar, o <strong>de</strong>masiado atractivo para no<br />

po<strong>de</strong>r amar; lo verda<strong>de</strong>ramente importante es que, cuando amas <strong>un</strong>a cosa, la alegría sea <strong>un</strong>a<br />

razón para amarla, y la tristeza <strong>un</strong>a razón para amarla todavía más».

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!