09.05.2013 Views

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CORNWELL, BERNARD CRÓNICAS DEL SEÑOR DE LA GUERRA, vol 1<br />

EL REY DEL INVIERNO<br />

-¿Señor?<br />

-Cásanos ahora.<br />

Sansum se negó. Se cruzó de brazos, plantado con su sucio hábito negro, y<br />

-Estáis comprometido, señor -dijo, no sin cierto temor.<br />

Creí que Sansum actuaba con nobleza, pero en realidad todo estaba acordado de antemano. <strong>El</strong><br />

sacerdote no nos había acompañado a requerimiento de Tewdric, sino de Arturo. Arturo l<br />

entonces, encolerizado por el cambio de opinión <strong>del</strong> terco sacerdote de cara de raton.<br />

-¡Es lo convenido! -insistió Arturo, y al ver que Sansum se limitaba a negar con la cabeza, tocó<br />

-. Podría arrancarte la cabeza, sacerdote.<br />

-Los mártires siempre lo son a manos de los tiranos, señor -declaró Sansum y, postrándose de<br />

hinojos entre las flores, inclinó la cabeza y dejó expuesto su mugriento cuello-. Hacia vos voy,<br />

¡oh, Señor! -oró, desgañitándose con la cabeza hacia el suelo -. ¡Este humilde siervo acude a<br />

vuestra gloria! ¡Alabado seáis! ¡Veo abrirse las puertas <strong>del</strong> cielo! ¡Veo a los ángeles que me<br />

aguardan! ¡Acogedme, Jesús, señor mío, en vuestro santo seno! ¡Voy hacia vos! ¡Voy hacia<br />

vos!<br />

-Calla y ponte en pie -dijo Arturo en tono cansado.<br />

-¿No vais a concederme la bendición de ir al cielo? dijo Sansum mirando a Arturo con<br />

malicia.<br />

-Anoche -replicó Arturo- convinimos en que nos casarías. ¿Por qué te niegas ahora?<br />

-Lo he debatido con mi conciencia, señor -replicó Sansum con un encogimiento de hombros.<br />

Arturo comprendió y dejó escapar un suspiro.<br />

-¿Qué precio te pones, sacerdote?<br />

- -contestó Sansum al punto, mientras se ponía de pie.<br />

-Creía que era vuestro papa el que concedía tales honores - -. ¿No se llama<br />

Simplicio?<br />

-Simplicio, sí, el más santo y bendito y que disfrute de una ò larga vida plena de salud -dijo<br />

Sansum-, pero dadme una iglesia, señor, y un sitial en la iglesia, y los hombres me llamarán<br />

obispo.<br />

-¿Una iglesia y una silla? -preguntó Arturo-. ¿Nada más?<br />

-Y el nombramiento de capellán <strong>del</strong> rey Mordred. ¡Eso es imprescindible! ¡Su capellán<br />

personal, el único capellán <strong>del</strong> rey! ¿Comprendéis? Más unos emolumentos a cargo <strong>del</strong> tesoro<br />

- 149 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!