09.05.2013 Views

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

El Rey del Invierno. - Gran Fratervidad Tao Gnóstica Espiritual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CORNWELL, BERNARD CRÓNICAS DEL SEÑOR DE LA GUERRA, vol 1<br />

EL REY DEL INVIERNO<br />

príncipe Mordred, envuelto en varas de lino fino y tapado con una capa tenida de oro, <strong>del</strong> raro<br />

tinte compuesto de agua impregnada en resina de abejas.<br />

<strong>El</strong> rey Gundleus apenas dedicó una mirada a Norwenna. Se dejó caer en la silla situada frente a<br />

ella como si estuviera hastiado ya de tanta ceremonia. Tanaburs husmeaba de columna en<br />

columna musitando encantamientos y escupiendo. Cuando pasó cerca de mi escondite, me<br />

agaché cuanto pude hasta que su olor se desvaneció. Las llamas chisporroteaban en las<br />

hogueras de ambos extremos <strong>del</strong> salón y el humo se mezclaba y giraba en el techo impregnado<br />

de hollín. No se veía rastro de Nimue.<br />

Se sirvió a los recién llegados vino, pescado ahumado y galletas de avena, y después el obispo<br />

Bedwin pronunció un discurso en el que explicó a Norwenna que Gundleus, rey de Siluria, en<br />

upremo, había pasado cerca de Ynys Wydryn y había juzgado. de<br />

cortesía hacer una visita al príncipe Mordred y a su madre. Bedwin añadió que el rey traía<br />

presentes para el príncipe. Tras esas palabras, Gundleus hizo una seña desganada a los<br />

porteadores <strong>del</strong> cofre para que se acercaran. Estos lo depositaron a los pies de Norwenna. La<br />

princesa no había hablado todavía, ni habló cuando expusieron los regalos a sus pies, sobre la<br />

alfombra. Había una fina piel de lobo, dos de nutria, una de castor y una de venado,<br />

una pequeña torques de oro, broches, un cuerno para beber con una funda de plata cuya<br />

filigrana imitaba el mimbre y una jarra romana de cristal verde claro con el caño fino y <strong>del</strong>icado<br />

y el asa en forma de espiga. Se llevaron el cofre vacio y siguió un incómodo silencio durante el<br />

cual nadie supo qué decir. Gundleus señaló los presentes con gesto desmañado, el obispo<br />

Bedwin resplandecía de felicidad y Tanaburs lanzó un salivazo protector a una columna;<br />

mientras, Norwenna miraba con suspicacia los regalos <strong>del</strong> rey, pues en verdad no podía decirse<br />

que la ofrenda fuera generosa. Con la piel de venado podría confeccionarse un buen par de<br />

guantes, las pieles de pelo largo eran buenas, aunque seguramente Norwenna tendría unas<br />

cuantas de calidad superior en sus cestos de mimbre. En cuanto a la torques, llevaba puesta una<br />

cuatro veces más gruesa que la que estaba a sus pies. Los broches de Gundleus eran de lámina<br />

de oro fina y el cuerno tenía mellado el borde. Sólo la jarra romana era una verdadera joya.<br />

Bedwin rompió el tenso silencio.<br />

-Los presentes son magníficos. Magníficos, en verdad. Muy generosos, alteza.<br />

Norwenna hizo un obligado gesto de asentimiento. <strong>El</strong> niño empezó a llorar y Ralla, la nodriza,<br />

para acallarlo, se lo llevó al cobijo de las sombras de más allá de los pilares y se sacó un pecho.<br />

-¿<strong>El</strong> Edling está bien? -preguntó Gundleus; fueron sus primeras palabras desde que llegara a la<br />

fortaleza.<br />

-Se encuentra bien, gracias a Dios y a los santos –respondió Norwenna.<br />

-¿Y su pie izquierdo? -preguntó Gundleus, mostrando falta de tacto-. ¿Tiene curación?<br />

-<strong>El</strong> pie no le impedirá montar a caballo, empuñar la espada ni sentarse en el trono -<br />

Norwenna con firmeza.<br />

-Naturalmente, claro está -dijo Gundleus, y miró al hambriento niñito. Sonrió, est<br />

brazos y echó un vistazo a su alrededor. No había hablado de matrimonio ni lo haría en<br />

- 26 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!