Número Especial: FAEEBA 25 anos PPGEduC 10 anos - Uneb
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dominación y de explotación de recursos. Por tanto,<br />
condicionó los proyectos de expansión, provocó<br />
enfrentamientos entre los países poderosos y fue<br />
causa determinante de la búsqueda y apropiación<br />
de enclaves estratégicos.<br />
Era necesario, pues, procurar otra vía, y la preferida<br />
desde los inicios fue la del istmo de Panamá,<br />
entre una docena de otras alternativas que se presentaban<br />
en la parte más estrecha del continente,<br />
esto es en la América Central. El istmo resultó ser<br />
el camino más directo para conectar el Océano<br />
Atlántico con el Océano Pacífico, a través del Mar<br />
Caribe. Desde que Vasco Núñez de Balboa avizoró<br />
el Océano Pacífico desde el istmo, en 1513, éste<br />
pasó a ser un motivo de codicia de las potencias,<br />
por lo cual España debió poner en sus cercanías<br />
las más sólidas fortalezas para defenderse de sus<br />
competidores europeos. Su valor estratégico se<br />
mantuvo durante el transcurso de los siglos, aún<br />
con los avances tecnológicos logrados en el arte<br />
de la navegación y con las demandas de ocupación<br />
de espacios para asegurar mercados y productos<br />
críticos, y se mantuvo en los tiempos de las emancipaciones<br />
y de la formación de las nuevas naciones,<br />
hasta nuestros días.<br />
En este sentido, el istmo panameño ofrecía una<br />
característica semejante a la del istmo de Suez, que<br />
permitía conectar el Mediterráneo y el Océano Índico<br />
a través del Mar Rojo. El paralelismo del destino<br />
de ambos corredores se mostraría desde mediados<br />
del siglo XIX, cuando el de Suez primero y el de<br />
Panamá decenios más tarde – ya con la existencia<br />
de notables adelantos técnicos y científicos – fueran<br />
objeto de una canalización para obviar el tránsito<br />
terrestre y permitir que un mismo barco navegase<br />
directamente de uno a otro mar. La comparación de<br />
ambas empresas de ingeniería muestra evidencias<br />
de este paralelismo, en el hecho de que en ambos<br />
casos la misma empresa acometiera las construcciones,<br />
como también de que potencias extrañas a<br />
los verdaderos propietarios de los territorios involucrados<br />
asumieran compulsivamente el control,<br />
y en que las inversiones de capitales dieran lugar<br />
a confrontaciones que envolvieron a gobiernos y<br />
a particulares.<br />
Estas someras referencias nos están señalando<br />
taxativamente la íntima conexión que puede existir<br />
entre los estudios geográficos y los estudios his-<br />
Revista da <strong>FAEEBA</strong> – Educação e Contemporaneidade, Salvador, número especial, p. 177-186, jul./dez. 2009<br />
Edmundo Aníbal Heredia<br />
tóricos. Esto explica también que en los últimos<br />
decenios se haya desarrollado con intensidad la<br />
geografía histórica como una auténtica rama que<br />
se integra a la ciencia geográfica. 3 Por eso, una<br />
pregunta razonable, a la manera de hipótesis, es<br />
si los cambios geográficos, sean naturales o artificiales,<br />
son motivo de estudios históricos en cuanto<br />
esos cambios determinan también la modificación<br />
de los comportamientos hum<strong>anos</strong>, tomados en el<br />
transcurso del tiempo, en cuyo caso corresponden<br />
formulaciones inter-disciplinarias que complementen<br />
los aportes de una y otra disciplina.<br />
2. El Canal de Panamá y América Latina<br />
Durante siglos, Europa consideró que el paso<br />
interoceánico de Panamá era una cuestión propia,<br />
que le pertenecía. Una buena parte de la historia<br />
colonial de América se desarrolló en torno a la comunicación<br />
interoceánica, porque permitía conectar<br />
a los países europeos con Asia y porque permitía<br />
al imperio español comunicarse con sus dominios<br />
que daban al Océano Pacífico. Entre los varios<br />
corredores interoceánicos (Veracruz-Acapulco,<br />
Lago de Nicaragua-Río San Juan, y una decena de<br />
otras alternativos menores), el del istmo era el más<br />
conveniente. Al respecto, esta preocupación española<br />
se vio reflejada en los abundantes testimonios<br />
dejados por funcionarios, viajeros, comerciantes,<br />
etc., que hoy permiten un pormenorizado conocimiento<br />
de esa historia. 4<br />
Producidas las revoluciones de emancipación,<br />
las nuevas naciones estuvieron demasiado ocupadas<br />
en afirmar sus independencias políticas y<br />
en organizarse como Estados, y descuidaron este<br />
aspecto de las comunicaciones interoceánicas, en<br />
tanto las potencias se mantuvieron atentas. Salvo<br />
excepciones de personas esclarecidas, como Simón<br />
Bolívar, la indiferencia o la ignorancia fueron los<br />
3 V. CORTEZ, Claude (Comp.). Geografía Histórica. México: Universidad<br />
Autónoma Metropolitana, 1991. Dice este autor que desde los<br />
años setenta del siglo XX la geografía histórica ha tenido tres objetivos<br />
principales: los cambios geográficos a través del tiempo, el desarrollo<br />
de los paisajes y la evolución de las formas espaciales.<br />
4 V. SAUER, Carl O. Introducción a la Geografía Histórica. En:<br />
CORTEZ. Op. Cit., p. 42. Dice Sauer que “tal vez no existe en ninguna<br />
otra parte del nuevo mundo una documentación tan elaborada<br />
sobre asentamientos, producción y vida económica como la de las<br />
colonias españolas”.<br />
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