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MARTHA PALACIO AVENDAÑO
El objetivo de este artículo es distinguir tres focos de discusión sobre justicia
global apuntando de qué modo cada uno de ellos supone una forma de
conceptuar un nuevo orden global. Con la distinción de los tres enfoques
realizo una ponderación de los temas más relevantes que se dan cita en cada
uno de ellos y presento cuáles constituyen, a mi entender, un reto ineludible
para la fi losofía política en cuanto crítica del presente.
En el debate actual sobre justicia global en la fi losofía política pueden
distinguirse tres focos distintos de discusión. La idea de un nuevo derecho
de gentes, el cosmopolitismo y un enfoque estructural sobre las transformaciones
políticas de la globalización y al que de momento denominaré
enfoque crítico. [1]
Estos tres focos del debate sobre justicia global no corren en paralelo
sino que se interpenetran mediante el diálogo y las críticas sobre el modo
de conceptualizar lo que entienden concierne a una idea de justicia global.
En este diálogo puede situarse entonces la reformulación sobre los términos
que podrían ayudarnos a comprender los fenómenos de la globalización y
los órdenes normativos que la acompañan.
Por justicia global entiendo la pregunta sobre un nuevo orden normativo
fruto de las mutaciones estructurales en el orden internacional debido
al proceso de globalización económica. Esta idea de justicia global no
implica que los distintos autores que se ocupan del tema aporten una interpretación
sobre la transformación estructural, pero a mi entender dicha
transformación es la que está en juego [2] y cada una de las teorías permite
1 Esta denominación es tentativa y guarda un parecido relativo a la que propone N. Fraser (Fraser,
2008:65ss; vers.ing. 2009:30ss). Sin embargo, me distancio de ella respecto a la ubicación en que
sitúa la propuesta de Th omas Pogge ya que en mi lectura del problema de la justicia global
Pogge pertenecería al enfoque cosmopolita y no al internacionalista. Para Fraser, por el contrario,
Pogge no sucumbe al segundo dogma del igualitarismo al proponer una explicación
causal de por qué tenemos deberes de justicia para quiénes están allende nuestras fronteras.
Pero la fortuna de la crítica al nacionalismo explicativo realizada por Pogge no es sufi ciente
para que quede incluido, de acuerdo con las premisas de Fraser, en el cosmopolitismo; por
el contrario, forma parte del subconjunto de los internacionalistas liberales igualitarios que
aportan una versión alternativa del derecho de gentes rawlsiano. En segundo lugar, mientras
la distinción de Fraser resulta operativa de acuerdo a su crítica de los dos dogmas del igualitarismo
(2008:68-78,esp. notas al pie nº18 y nº25; vers. ing. 2009:32-37, notas nº18 y nº25),
mi distinción de los tres focos de justicia global no obedece a esta crítica, sino al objetivo del
análisis en cada uno de los enfoques de que me ocupo, como se verá de aquí en adelante y a
partir de la defi nición de justicia que propongo. A favor de mi distinción y el lugar de Pogge en
ésta remito a su bibliografía.
2 Las conceptuaciones sobre la justicia en términos fi losófi cos dependen en último término de
qué se entiende por una sociedad justa y ello más acá de defi nir las relaciones entre los distintos
agentes entre quiénes se establece la posibilidad de las relaciones de justicia, signifi ca pensar
un modo de ordenación y defi nición de las estructuras que lo hagan posible. De ahí que una
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