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Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

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sin ocasionar daños pero bajo condiciones <strong>de</strong> estrés, baja resistencia <strong>de</strong>l hospedador o<br />

cuando cepas muy patogénicas están implicadas, <strong>la</strong>s amebas pue<strong>de</strong>n invadir <strong>la</strong> pared<br />

intestinal y causar abscesos. Al <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r en el intestino grueso, forman quistes. Estos<br />

quistes salen con <strong>la</strong>s heces y son altamente infectivos al ser ingeridos. Las amebas salen<br />

<strong>de</strong> los quistes en el intestino <strong>de</strong>lgado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> son llevadas con <strong>la</strong> corriente fecal al<br />

intestino grueso.<br />

En los casos <strong>de</strong> disentería, los trofozoítos son eliminados <strong>de</strong>masiado rápido como para<br />

formar quistes, y aunque se expulse un gran número <strong>de</strong> amebas, estas mueren<br />

rápidamente y no son infectivas. Las personas con síntomas leves o ningún síntoma son<br />

<strong>la</strong>s que producen los quistes infectivos, y son ellos, y no los pacientes, los que expan<strong>de</strong>n<br />

<strong>la</strong> enfermedad (Patterson 1994a).<br />

Las amebas, al invadir <strong>la</strong>s capas mucosas y submucosas <strong>de</strong>l intestino grueso, producen<br />

lesiones que en ocasiones pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> gran tamaño y confluentes, lo cual origina una<br />

<strong>de</strong>strucción importante <strong>de</strong> tejidos, hemorragia, perdida <strong>de</strong> fluidos y <strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong><br />

fragmentos <strong>de</strong> mucosa. El daño en <strong>la</strong> pared intestinal reduce <strong>la</strong> absorción <strong>de</strong> agua, <strong>de</strong><br />

modo que <strong>la</strong>s heces salen en forma líquida y acompañadas <strong>de</strong> sangre y moco.<br />

En ocasiones <strong>la</strong>s amebas pue<strong>de</strong>n penetrar en <strong>la</strong> pared muscu<strong>la</strong>r abdominal, entrar en el<br />

flujo sanguíneo y ser llevadas a otros órganos, especialmente el hígado, don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n<br />

formarse abscesos con consecuencias graves. La perforación intestinal pue<strong>de</strong> dar lugar a<br />

peritonitis, con <strong>de</strong>sen<strong>la</strong>ce fatal.<br />

Los síntomas clínicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> amebiasis intestinal varían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diarrea leve y molestias<br />

intestinales ha frecuentes heces líquidas con sangre y moco, dolor severo, emaciación y<br />

postración.<br />

La disentería amebiana tien<strong>de</strong> a ser una enfermedad crónica con un <strong>de</strong>sarrollo gradual<br />

y poca o ninguna fiebre. Las heces son mas abundantes pero menos frecuentes que en el<br />

caso <strong>de</strong> disentería baci<strong>la</strong>r, y no son tan rojas.<br />

El periodo <strong>de</strong> incubación <strong>de</strong> <strong>la</strong> disentería amebiana es más <strong>la</strong>rgo que el <strong>de</strong> <strong>la</strong> baci<strong>la</strong>r,<br />

durando entre 20 y 90 días o más (Patterson 1994a).<br />

La disentería baci<strong>la</strong>r tiene un periodo <strong>de</strong> incubación más corto y mayores<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ser transmitido por el agua, por lo que es más probable que se <strong>de</strong> en<br />

forma <strong>de</strong> epi<strong>de</strong>mias (Patterson 1994a).<br />

La prevención <strong>de</strong> esta forma <strong>de</strong> disentería pasa por una mejora en <strong>la</strong>s estructuras<br />

sanitarias. La cloración <strong>de</strong>l agua no <strong>de</strong>struye los quistes.<br />

La infección no produce protección inmunológica contra reinfecciones, ya sea con <strong>la</strong><br />

misma o con diferentes cepas.<br />

Giardia <strong>la</strong>mblia. Como Entamoeba, Giardia tiene dos fases en su ciclo vital,<br />

trofozoítos y quistes muy resistentes. Los trofozoítos viven en <strong>la</strong> porción alta <strong>de</strong>l intestino<br />

<strong>de</strong>lgado. Allí se divi<strong>de</strong>n y su número pue<strong>de</strong> ser tan gran<strong>de</strong> que cubren gran<strong>de</strong>s áreas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

superficie mucosa.<br />

Los quistes son eliminados con <strong>la</strong>s heces y pue<strong>de</strong>n sobrevivir varias semanas en<br />

condiciones óptimas. La infección se produce cuando los quistes son <strong>de</strong>glutidos,<br />

habitualmente al beber agua contaminada (Mims et al. 1995).<br />

El género Giardia está ampliamente distribuido en mamíferos y podrían darse<br />

infecciones cruzadas entre hospedadores animales y humanos. Datos recientes sugieren<br />

que Giardia pue<strong>de</strong> transmitirse también por vía sexual (Mims et al. 1995).

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