Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

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humanas, especialmente erisipelas y sífilis y, aunque a menudo no reconocido, hepatitis
B.
A medida que más y más gente iba siendo vacunada, la mortalidad por viruela
disminuyó dramáticamente y durante décadas permaneció baja.
Ante esta efectividad probada, los gobiernos de varios países decidieron que la
protección contra la viruela no era algo que pudiese ser dejado a la elección individual.
La vacunación obligatoria de los niños fue implantada en Baviera (1807), Dinamarca
(1810), Noruega (1811), Bohemia y Rusia (1812), Suecia (1816) y Hanover (1821)
(Fenner et al. 1988).
Hasta el fin de sus días en 1823, Jenner pensó que la vacuna confería protección de
por vida contra la viruela, y explicó el creciente número de casos en adultos como efecto
de vacunación imperfecta.
Tras un periodo prácticamente libre de viruela, que duró unos 20 años, la enfermedad
comenzó a recurrir en pandemias afectando a la mayor parte de Europa en 1824-1829 y
1837-1840. Además se dio un cierto cambio en el patrón de las epidemias, pues la
enfermedad comenzaba a afectar a una mayor proporción de adultos y a ser más común
entre las clases sociales bajas, con menos acceso a la vacunación.
El reconocimiento de la necesidad de revacunación se alcanzó mucho antes en la
Europa continental que en Gran Bretaña, donde la actitud oficial durante el siglo XIX
seguía fielmente las opiniones de Edward Jenner.
Los Estados Alemanes fueron los primeros en adoptar la revacunación, en su mayor
parte a partir de 1833.
En 1870 se dio otra gran epidemia en Europa.
Datos provenientes de Inglaterra, Dinamarca y Suecia, así como de otros lugares de
Europa, indican que la vacunación comenzó a mantener la viruela bajo control durante el
siglo XIX (Mercer 1985). La vacunación es extremadamente interesante pues fue la única
medida de salud pública de importancia que surgió y fue aplicada extensivamente durante
el primer cuarto del siglo XIX
5.1.12.3 Otros métodos, aislamiento y cuarentena
Otros métodos de control fueron utilizados incluso antes de la inoculación, estos
consistían en aislamiento de los casos y, su equivalente para los viajeros por mar, la
cuarentena. Ambas cosas combinadas con la vacunación, fueron la clave del método
último para el control de la viruela.
Resultaba difícil conseguir un aislamiento eficiente de los casos cuando la enfermedad
era endémica, pero era relativamente fácil cuando los casos estaban presentes en un barco
que se acercaba a puertos libres de la enfermedad.
La idea de la cuarentena en los barcos, ya desarrollada en el siglo XIV frente a la peste
se utilizó en el caso de la viruela, sobre todo para prevenir la entrada de ésta en las
colonias previamente libres de la enfermedad. En un comienzo en Norteamérica y
posteriormente en Australia.
El aislamiento de los casos, generalmente en sus propias casas, recibió mayores
estímulos tras la relativa popularización de la inoculación, puesto que se reconoció de