Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

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que no había pasado la viruela ni sido inoculada, se contagió de la enfermedad
presuntamente a través de su hermana y murió. Tal vez esta fue una de las causas por las
que la práctica de la inoculación en Finlandia estuvo rodeada de un cierto miedo
aproximadamente hasta 1757 (Björkstén 1902).
La inoculación nunca gozó en Finlandia ni en el resto del Reino de Suecia de especial
popularidad. Se calcula que hasta finales de 1766 en toda Finlandia se inocularon tan sólo
428 niños, 403 de los cuales en la zona de Ostrobotnia (Björkstén 1902).
En efecto, históricamente se considera que la inoculación en Finlandia tan sólo fue
importante en la zona de Ostrobotnia teniendo así una influencia limitada en el conjunto
del país.
En 1768 la inoculación comenzó a hacerse más popular, casi siempre restringida a
Ostrobotnia, gracias a los esfuerzos individuales de ciertas personas especialmente
comprometidas con este método preventivo. El caso más importante quizá sea el del
médico de la provincia de Ostrobotnia, Rudolf Hast, quien, según las fuentes, inoculó a
un total de 16 223 niños entre 1768 y 1784 en diferentes parroquias de su jurisdicción
(Railo 1994).
Otro caso similar es el de Anders Chydenius, párroco de Kokkola, quien se ocupo de
que se realizasen cerca de 11 000 inoculaciones entre los niños y adultos de su parroquia
a lo largo de 27 años. Este párroco afirmaba que en ningún otro sitio de Europa como en
Ostrobotnia tantos niños habían sido felizmente inoculados (Björkstén 1902). Aparte de
estos casos, poco se conoce y se sospecha que poco se hizo para aumentar la proporción
de personas inoculadas. Puesto que, si bien es cierto que la Finska
Hushållningssällskapet (una sociedad que perseguía el bienestar socioeconómico del
país) tras su fundación en 1797 decidió potenciar la inoculación en el país, tuvo poco
éxito en su intento, ya que, según se dice, su pasión por la inoculación fue mayor que su
capacidad real para potenciarla (Forsius 2004c).
En Finlandia, al igual que en otros países, la creencia tal vez cierta de que la
inoculación podía propagar la enfermedad más que contenerla, ser peligrosa en si misma
o atentar contra los designios divinos, frenó su popularidad.
Vacunación. Si la inoculación tardó muchos años en ser introducida desde Inglaterra,
éste no fue el caso de la vacunación. Los descubrimientos publicados por Edward Jenner
en 1798 tuvieron eco en el reino de Suecia pocos años después. En 1802, el médico
Anders Boxström realizó la primera vacunación dentro de la actual Finlandia en la ciudad
de Turku (Forsius 2004c). A pesar de su temprana implantación en el Reino, su evolución
fue lenta, de modo que durante los primeros años de 1800, tan sólo cerca de un cuarto de
los nacidos fue vacunado anualmente (Forsius 2004c).
En esta primera época, las vacunaciones eran llevadas a cabo por médicos, párrocos,
empleados del gobierno, estudiantes de universidad y hombres y mujeres del pueblo
(Forsius 2004c).
En un principio tan sólo existía un depósito de material para vacunación en la ciudad
de Turku y la sustancia, al ser transportada largas distancias perdía muchas de sus
propiedades. En 1807 se fundaron otros dos depósitos, uno en Heinola (región 07Päijät-
Häme) y el otro en Kuopio (región 11Pohjois-Savo) (Forsius 2004c).
A este comienzo en Finlandia, ya de por si lento, se le sumó la irrupción de la Guerra
de Finlandia, entre el reino de Suecia y el imperio Ruso, en 1808-1809. Durante el
conflicto, la vacunación fue descuidada (Mielke et al. 1984).