Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

78
personas que emigraban de la parroquia o establecían en ella su residencia y, finalmente,
un registro de parroquianos. Este conjunto de registros era mucho más completo que el
que, por ejemplo, se estableció en Inglaterra aproximadamente en la misma época
(Hendricks 1862).
Mientras que en el resto de Europa no se pensó en sustraer la responsabilidad del
registro de los acontecimientos vitales a la autoridad religiosa hasta la Revolución
Francesa, la Corona Sueca reconoció, ya a comienzos del siglo XVIII, la importancia
potencial de las estadísticas de población para fines laicos.
El gobierno Sueco, alarmado por la frecuencia con la que se daban hambrunas y
pestilencias en el Reino, y espoleado por un gran deseo de ver la población aumentar,
decidió intentar potenciar su crecimiento utilizando los medios legislativos precisos.
En 1737 se nombró una comisión sanitaria destinada a intentar evitar nuevas
pestilencias y hambrunas y encargada asimismo de investigar los medios necesarios para
estimular el crecimiento de la población. Esta comisión solicitó extractos de los registros
parroquiales al clero y los comunicó al gobierno. Esto constituyó prácticamente el primer
uso de este tipo de material como base para una estadística nacional de población, e
ilustra, en cierto modo, la confianza que se tenía en que estos registros recogían la mayor
parte de la población.
En efecto, algunos autores piensan que estos registros parroquiales pueden considerare
como altamente fiables, puesto que, en las pequeñas congregaciones de la época, el
párroco conocería a cada familia y los parroquianos estarían altamente motivados para
bautizar a sus hijos o enterrar a sus muertos en suelo consagrado (Turpeinen & Kannisto
1997), minimizándose, de este modo, las omisiones.
En cualquier caso, el tema de la fiabilidad de los registros se ampliará más adelante en
un apartado específico.
En 1746 se presentó a la Dieta una memoria realizada por la Academia de las Ciencias
de Estocolmo (fundada en 1739), que incluía, por primera vez, el número de habitantes
del Reino, calculado a partir de extractos de los registros parroquiales. Tras esta
comunicación, la Dieta dispuso que se hiciesen unas tablas o formularios para el estudio
de la población, que se habían de distribuir entre las parroquias del Reino. Estos
formularios debían ser rellenados cada año por los párrocos, a los que se les enviarían,
además, instrucciones detalladas para hacerlo.
Por motivos de diversa índole, la ejecución de esta disposición de la Dieta no se llevó
a cabo hasta el año 1749. A partir de entonces, el clero rellenó estos formularios o tablas
de manera regular y correcta (Hendricks 1862).
Hasta aquel momento, para la elaboración de los informes mencionados, el Estado tan
sólo había solicitado a los párrocos información sobre los nacimientos y las muertes. A
partir de entonces también requirió el número de matrimonios, así como información
sobre el total de la población. De este modo, el material recogido cada año mediante los
formularios era muy extenso, incluyendo el número mensual de bautismos, con distinción
de sexo y legitimidad o ilegitimidad; número de matrimonios contraídos y número de
matrimonios disueltos por fallecimiento; número de personas enterradas, con distinción
de sexo, edad (en grupos de 9 años) y causa de muerte; datos sobre los nacidos muertos,
separados por sexos; datos sobre los partos múltiples y, finalmente, se recogía el tamaño
total de la población y su composición según sexo, edad, ocupación, número de familias,
etc., (Gille 1949).