Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

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Bajo condiciones climáticas extremas, algunas especies de mosquitos pueden hibernar,
lo que permite la supervivencia de las especies durante el invierno en climas templados.
Algunas especies cuando llega la estación fría, simplemente mueren. En otras, los
machos mueren mientras que las hembras hibernan, buscando sitios protegidos del frío,
como el interior de las casas o los establos.
En otras especies se da una hibernación parcial de las hembras, que pueden emerger
ocasionalmente de este estado para alimentarse de sangre y así renovar sus reservas
grasas. Otras especies atraviesan el invierno en estado larvario. Todos estos patrones
tienen su influencia en la transmisión del paludismo (Service 1993).
Se decía anteriormente que los mosquitos necesitan agua para criar. Los depósitos de
agua que sirven como hábitat a los estadios larvarios de Anopheles pueden ser temporales
o permanentes, naturales o artificiales. Existe gran diversidad entre los tipos de hábitat
utilizados por las distintas especies. Algunas prefieren las aguas salobres, como A.
atroparvus en Europa y, aunque rara vez se utilizan grandes superficies de aguas abiertas,
no es raro encontrar que, pequeñas charcas de agua más o menos estancada, cerca de
lagos o ríos, son utilizadas para criar.
El rango de vuelo de los mosquitos Anopheles no es demasiado amplio, entre los 2 y 3
kilómetros. En ocasiones, vientos estacionales pueden empujar algunos ejemplares a
distancias de hasta 30 kilómetros de su lugar de cría.
La variación estacional de la disponibilidad de lugares de reproducción, así como la
gran influencia de las condiciones climáticas sobre la actividad y supervivencia del
mosquito son, en gran parte, responsables de la marcada estacionalidad observada en las
densidades de mosquitos y en la transmisión del paludismo, en la mayor parte de las áreas
situadas fuera de las zonas tropicales (Nájera & Hempel 1996).
6.1.5 Curso clínico del paludismo
El paludismo, sea cual sea la especie de plasmodio causante, se caracteriza por producir
una serie de intensos episodios febriles periódicos con escalofríos y sudor. Además se
pueden presentar otros síntomas comunes a las enfermedades infecciosas en general
como dolores corporales, de cabeza, náuseas, debilidad general y postración.
Las infecciones de paludismo no tratadas se caracterizan por producir un aumento del
tamaño del bazo o esplenomegalia (Carter & Mendis 2002).
En general, las infecciones por paludismo tienen un cuadro clínico que se divide en un
periodo de incubación y una serie de episodios febriles.
El periodo de incubación, que corresponde a la fase pre-eritrocítica del parásito, es por
lo general asintomático. Las manifestaciones típicas de la enfermedad son el resultado de
la parasitación y destrucción de los eritrocitos, mientras que el desarrollo del parásito en
el hígado o su persistencia en forma de hipnozoitos no produce ningún síntoma (Nájera &
Hempel 1996).
El paroxismo clásico de fiebre dura entre 8 y 12 horas y presenta tres etapas
características. Durante la primera etapa el enfermo siente frío y tiene escalofríos. En la
segunda, el paciente siente calor y tiene la piel seca y ardiente, la fiebre entonces puede