Importancia de la viruela, gastroenteritis aguda y paludismo ... - Oulu

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desconfiaban de la capacidad de Suecia para defenderla realmente. Expresaron
unilateralmente a la emperatriz Catalina de Rusia su deseo de recuperar la paz. El motín
fue pronto suprimido, pero dejó entre los nobles y los oficiales finlandeses, una semilla
de independentismo, o de posible rendición a Rusia. Por el contrario, el pueblo, a causa
de la dureza del Gran Odio, mantenía la aversión a los rusos y se mantuvo fiel al rey.
La guerra terminó en 1790, mediante la firma del tratado de Varala, sin que cambiaran
las fronteras en Finlandia.
En medio de la guerra contra Rusia, en 1789, el rey Gustavo III hizo cambios en la
constitución, recortando el poder de la nobleza, y asumiendo un poder ejecutivo sin
restricciones sobre el reino. Todo esto unido a la guerra, generó un descontento que llevó
a su asesinato en 1792.
En principio, y al contrario que la Guerra de Finlandia que se verá posteriormente, esta
guerra no parece tener un nombre oficial en castellano. Por ello, por comodidad en este
trabajo vendrá denominada Guerra de Gustavo III, pero debe tenerse en cuenta que se
trata tan sólo de un compromiso formal y no de una traducción aceptada oficialmente.
Todas estas guerras eran caras, y se pagaban entre otras cosas mediante los impuestos.
Los campesinos, por tanto, no estaban sometidos a servidumbre, como en otros países
con feudalismo, pero eran grabados con fuertes tasas y debían realizar ciertas tareas para
el gobierno. El campesinado estaba además encargado de mantener el ejército. Los
grandes propietarios de tierras tenían el deber de proporcionar a la corona un guerrero
con su correspondiente caballo (Klinge 1997). Las ciudades y áreas rurales a menudo
servían como cuarteles para las tropas y durante el invierno los soldados frecuentemente
se alojaban en las casas de los habitantes de la zona (Pitkänen & Mielke 1993).
Tras la muerte de Gustavo III comenzó un periodo de regencia hasta 1796, cuando
Gustavo IV Adolfo de Suecia alcanzó edad suficiente para reinar. Su reinado terminó en
1809.
Este rey se encontró con un poder casi absoluto gracias a su padre. De hecho convocó
a la Dieta tan sólo una vez durante su reinado. Sentía una antipatía personal hacia
Napoleón quien, por aquella época, estaba conquistando toda Europa (Jutikkala & Pirinen
1996). En 1805 se unió a la guerra contra él, y mediante esta acción Finlandia quedó
expuesta a una invasión por parte de los rusos, por lo que el miedo en la población
comenzó a extenderse de nuevo y con él los sentimientos separatistas.
En 1807 toda Europa estaba prácticamente repartida entre las manos de Napoleón y las
del Zar Alejandro I de Rusia. Ambos se encontraron en ese año en Tilsit, Prusia
(actualmente en Rusia occidental). Entre otras cosas pactaron unas medidas de presión
hacia Suecia, para que a su vez rompiese relaciones con Inglaterra, que incluían la
invasión temporal de Finlandia. En principio Rusia no tenía intención de quedarse
permanentemente con Finlandia, sólo de intimidar a Suecia. El devenir de la historia sería
bien distinto.
Tras la negativa de Suecia de ceder a las presiones rusas, las tropas del zar atravesaron
la frontera finlandesa en febrero de 1808. A causa del hielo en el mar báltico, Finlandia
quedó abandonada a sus propias defensas, que tenían órdenes de evitar la lucha y retirarse
todo lo posible hasta que, tras el deshielo, pudiesen llegar refuerzos de Suecia. Durante el
verano parte de las tierras perdidas en la retirada fueron reconquistadas, los campesinos
se alzaron en armas en el suroeste del país y el panorama parecía alentador, cuando el