09.05.2013 Views

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Maris_Glz<br />

realidad, tienes necesidad de muy poco. Pero cada <strong>un</strong>o de nosotros debe decidir lo que<br />

quiere. La gente de esta casa me ha puesto <strong>un</strong> nombre; sus encuentros <strong>con</strong>migo han sido<br />

causa de <strong>con</strong>versación durante veinte años. Son instantes aislados d<strong>el</strong> tiempo que nada<br />

signifcan<br />

para mí. No me pueden hacer daño y yo uso su casa para estar solo. Nadie en <strong>el</strong> Théàtre<br />

des Vampires sabe que vengo aquí. Es mi secreto.<br />

»Lo había mirado <strong>con</strong> suma atención cuando hablaba, y se me volvieron a ocurrir las ideas<br />

que me habían venido aqu<strong>el</strong>la noche en la c<strong>el</strong>da d<strong>el</strong> teatro. Los <strong>vampiro</strong>s no envejecen y me<br />

preg<strong>un</strong>té qué diferencia habría entre su rostro juvenil y su aspecto de hacía cien años o aún<br />

más; porque su cara, a<strong>un</strong>que no acentuada por las lecciones de la madurez, no era <strong>un</strong>a<br />

máscara. Sólo supe que me sentía tan atraído por él como lo había estado antes, y, de alg<strong>un</strong>a<br />

manera, las palabras que entonces pron<strong>un</strong>cié fueron <strong>un</strong> subterfugio.<br />

»—Entonces, ¿qué te ata al Théàtre des Vampires? —le preg<strong>un</strong>té.<br />

»—Una necesidad, naturalmente. Pero he en<strong>con</strong>trado lo que necesito —dijo—. ¿Por qué me<br />

esquivas?<br />

»—Jamás te he esquivado —dije, tratando de ocultar la excitación que me produjeron sus<br />

palabras—. Tú comprendes que debo proteger a Claudia; que <strong>el</strong>la sólo me tiene a mí. O al<br />

menos sólo me tenía a mí hasta...<br />

»—Hasta que Mad<strong>el</strong>eine fue a vivir <strong>con</strong> vosotros...<br />

»—Sí... —dije.<br />

»—Pero ahora Claudia te ha dejado en libertad y, sin embargo, tú te quedas <strong>con</strong> <strong>el</strong>la y te<br />

atas a <strong>el</strong>la como su querido.<br />

»—No, no es mi querida; tú no comprendes —dije—. Más bien es mi niña y no sé cómo<br />

puede dejarme en libertad... —Eran ideas que se me habían ocurrido <strong>con</strong> gran frecuencia—. No<br />

sé si la hija tiene <strong>el</strong> poder de liberar al padre. No sé si no estaré atado a <strong>el</strong>la todo <strong>el</strong> tiempo<br />

que...<br />

»Me detuve. Iba a decir "que viva''. Pero me di cuenta de que se trataba de <strong>un</strong> vacío lugar<br />

común de los mortales. Ella viviría para siempre d<strong>el</strong> mismo modo que yo. Pero, ¿no les sucedía<br />

eso a los padres mortales? Sus hijas vivían para siempre porque los padres morían antes. De<br />

repente me en<strong>con</strong>tré perdido, pero <strong>con</strong>sciente todo <strong>el</strong> tiempo de cómo me escuchaba Armand;<br />

que me escuchaba de <strong>un</strong>a manera en que nosotros soñamos que los demás escuchan, y su<br />

rostro parecía refejar todo lo que yo decía. No se abalanzaba para aprovechar mi pausa más<br />

breve, para señalar la comprensión de algo antes de que se hubiera terminado de expresar <strong>el</strong><br />

pensamiento, o para discutir, <strong>con</strong> <strong>un</strong> impulso rápido e irresistible; todas esas cosas que a<br />

menudo imposibilitan <strong>el</strong> diálogo.<br />

»Y al cabo de <strong>un</strong> largo intervalo, dijo:<br />

»—Te quiero. Te quiero más que a nada en <strong>el</strong> m<strong>un</strong>do.<br />

»Por <strong>un</strong> instante, no creí lo que había oído. Me pareció increíble. Me quedé<br />

desesperadamente desarmado. La visión muda de que viviéramos j<strong>un</strong>tos se extendió hasta<br />

anular cualquier otra <strong>con</strong>sideración en mi mente.<br />

»—Dije que te quería. Te quiero más que a nada en <strong>el</strong> m<strong>un</strong>do —repitió <strong>con</strong> <strong>un</strong> sutil<br />

cambio de expresión. Y entonces tomó asiento, esperando, aguardando. Su cara estaba tan<br />

tranquila como siempre, la frente blanca y pulida bajo <strong>el</strong> mechón de p<strong>el</strong>o negro, sin <strong>un</strong>a<br />

traza de cuidado, y sus ojos refejándose en los míos, los labios inmóviles—. Tú quieres<br />

esto de mí y, sin embargo, no vienes a mí —dijo—. Hay cosas que quieres saber y no<br />

preg<strong>un</strong>tas. Ves a Claudia alejándose de ti y, no obstante, pareces incapaz de evitarlo. Y,<br />

entonces, quieres darte prisa, pero no haces nada.<br />

»—No <strong>con</strong>ozco mis propios sentimientos. Quizá son más claros para ti que para mí...<br />

»—¡Ni siquiera has empezado a <strong>con</strong>ocer todo <strong>el</strong> misterio que eres! —dijo él.<br />

»—Pero al menos tú te <strong>con</strong>oces perfectamente. Yo no puedo decir eso de mí —dije—.<br />

La quiero pero no estoy próximo a <strong>el</strong>la. Quiero decir que cuando estoy <strong>con</strong>tigo, como<br />

ahora, me doy cuenta de que no sé nada de <strong>el</strong>la, nada de nadie.<br />

»—Ella es <strong>un</strong>a época para ti, <strong>un</strong>a época de tu vida. En caso de que rompas <strong>con</strong> <strong>el</strong>la,<br />

146

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!