09.05.2013 Views

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Maris_Glz<br />

terminar; no en esto, no en esta desesperación! Porque eso es lo que es, ¿verdad?<br />

¡Desesperación!<br />

—¡Basta ya! —dijo abruptamente <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, levantando su mano derecha; sus ojos se<br />

dirigieron casi mecánicamente a la cara d<strong>el</strong> muchacho—. Te lo he dicho y te repito que no<br />

podría haber terminado de ning<strong>un</strong>a otra manera.<br />

—No lo acepto —dijo <strong>el</strong> muchacho, y cruzó los brazos sobre su pecho y sacudió la cabeza<br />

<strong>con</strong> energía—. ¡No puedo aceptarlo!<br />

Y la emoción pareció crecer en él, de modo que, sin tener la intención de hacerlo, golpeó<br />

<strong>el</strong> respaldo de su silla <strong>con</strong>tra la mesa y se puso de pie y empezó a caminar por la habitación.<br />

Pero entonces, cuando se dio la vu<strong>el</strong>ta y volvió a mirar la cara d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, las palabras que<br />

estaba a p<strong>un</strong>to de decir se le ahogaron en la garganta. El <strong>vampiro</strong> simplemente lo miraba y su<br />

rostro tenía <strong>un</strong>a lenta expresión de indignación y de amarga diversión.<br />

—¿No se da cuenta de lo que ha <strong>con</strong>tado? ¡Fue <strong>un</strong>a aventura como jamás <strong>con</strong>oceré en toda<br />

mi vida! ¡Usted habla de pasión, habla de recuerdos! Usted habla de cosas que millones de<br />

nosotros jamás saborearemos ni llegaremos a entender. Y entonces me dice que termina de<br />

este modo. Le digo... —y se detuvo ante <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> <strong>con</strong> las manos estiradas—. ¡Si usted me<br />

<strong>con</strong>cediera ese poder! ¡Ese poder para ver y vivir eternamente!<br />

Los ojos d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> empezaron a abrirse lentamente y separó los labios.<br />

—¿Qué? —preg<strong>un</strong>tó en voz baja—. ¿Qué?<br />

—Dém<strong>el</strong>o —dijo <strong>el</strong> muchacho, y cerró la mano en <strong>un</strong> puño y <strong>el</strong> puño golpeó su pecho—.<br />

¡Conviértame en <strong>vampiro</strong> ahora mismo! —dijo mientras <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> lo miraba horrorizado.<br />

Lo que entonces sucedió fue <strong>con</strong>fuso y vertiginoso, pero terminó de forma abrupta, <strong>con</strong> <strong>el</strong><br />

<strong>vampiro</strong> de pie cogiendo al muchacho de los hombros; <strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> chico estaba <strong>con</strong>torsionado<br />

por <strong>el</strong> miedo, y <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> lo miraba <strong>con</strong> rabia.<br />

—¿Es eso lo que quieres? —susurró, <strong>con</strong> sus pálidos labios manifestando únicamente la más<br />

leve señal de movimiento—. Eso..., después de todo lo que te he dicho... ¿Es eso lo que quieres?<br />

Un gemido escapó de los labios d<strong>el</strong> muchacho y empezó a temblarle todo <strong>el</strong> cuerpo, <strong>con</strong> <strong>el</strong><br />

sudor en la frente y encima de los labios. Su mano buscó <strong>el</strong> brazo d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />

—Usted no sabe lo que es la vida humana —dijo, al borde de las lágrimas—. Usted se ha<br />

olvidado. Ni siquiera comprende<br />

<strong>el</strong> signifcado de su propia historia, lo que signifca para <strong>un</strong> ser humano como yo. —Y<br />

entonces <strong>un</strong> sollozo interrumpió sus palabras y sus dedos se aferraron al brazo d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />

—¡Dios...! —murmuró <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, alejándose de él; casi empujó al muchacho <strong>con</strong>tra la pared.<br />

Se quedó de espaldas a él, mirando por la ventana gris.<br />

—Se lo ruego... Dé a todo esto <strong>un</strong>a nueva oport<strong>un</strong>idad. ¡Una oport<strong>un</strong>idad más, <strong>con</strong>migo! —<br />

dijo <strong>el</strong> muchacho.<br />

El <strong>vampiro</strong> se dio vu<strong>el</strong>ta, <strong>con</strong> su rostro tan retorcido de rabia como antes. Y entonces, poco<br />

a poco, volvió a suavizarse. Los párpados cayeron lentamente sobre sus ojos y los labios se<br />

estiraron en <strong>un</strong>a sonrisa. Volvió a mirar al muchacho.<br />

—He fracasado —susurró aún sonriente—. He fracasado por completo.<br />

—No... —protestó <strong>el</strong> muchacho.<br />

—No digas <strong>un</strong>a palabra más —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> <strong>con</strong> energía—. Sólo tengo <strong>un</strong>a oport<strong>un</strong>idad<br />

más. ¿Ves esas cintas? Aún giran. Sólo tengo <strong>un</strong> medio de demostrarte <strong>el</strong> signifcado de lo que<br />

he dicho.<br />

Y entonces agarró al muchacho <strong>con</strong> tal rapidez que éste se en<strong>con</strong>tró tratando de<br />

aferrarse a algo, empujando algo que ya no estaba allí, de modo que aún tenía la mano<br />

estirada cuando <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> lo apretó <strong>con</strong>tra su pecho, <strong>con</strong> <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo d<strong>el</strong> chico bajo sus labios.<br />

—¿Ves? —susurró <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, y los largos labios sedosos se apartaron de sus dientes y los<br />

dos colmillos cayeron sobre la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> muchacho. El muchacho tartamudeó y <strong>un</strong> sonido ronco<br />

y gutural salió de su garganta; su mano luchó por aferrarse a algo, se le abrieron los ojos<br />

sólo para hacerse grises y opacos a medida que <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> bebía. Y, mientras tanto, <strong>el</strong><br />

<strong>vampiro</strong> parecía tranquilo como si estuviera durmiendo. Su pecho angosto se movía sutilmente<br />

<strong>con</strong> <strong>un</strong> suspiro que daba la impresión de subir lentamente d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y luego quedar<br />

suspendido <strong>con</strong> la misma gracia sonámbula. El muchacho dejó escapar <strong>un</strong> gemido y, cuando <strong>el</strong><br />

174

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!