09.05.2013 Views

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Maris_Glz<br />

Lestat le enseñó lo que debía hacer. Él tomó asiento y dejó que <strong>el</strong>la bebiera <strong>el</strong> resto, de modo<br />

que, cuando llegó <strong>el</strong> momento, se agachó y dijo:<br />

»—Basta, se está muriendo... N<strong>un</strong>ca debes seguir bebiendo después de que se detiene <strong>el</strong><br />

corazón, o volverás a enfermarte, enfermarte de muerte. ¿Entiendes?<br />

»Pero <strong>el</strong>la había bebido lo sufciente y tomó asiento a su lado, recostándose <strong>con</strong>tra <strong>el</strong><br />

respaldo d<strong>el</strong> largo sofá. El muchacho murió a los pocos seg<strong>un</strong>dos. Me sentía agotado y<br />

descompuesto, como si la noche hubiera durado mil años. Me quedé mirándolos; la niña se<br />

acercó a Lestat y se apoyó en él cuando éste le pasó <strong>un</strong> brazo por <strong>el</strong> hombro, a<strong>un</strong>que sus<br />

ojos indiferentes seguían fjos en <strong>el</strong> cadáver. Luego me miró.<br />

»—¿Dónde está mi mamá? —preg<strong>un</strong>tó la niña en voz baja. Su voz era igual a su b<strong>el</strong>leza<br />

física, clara como <strong>un</strong>a campanilla de plata. Era sensual. Toda <strong>el</strong>la era sensual. Tenía los ojos<br />

tan grandes y claros como Babette. Comprenderás que yo apenas tenía <strong>con</strong>ciencia de lo que<br />

todo esto signifcaría. Sabía lo que podría signifcar, pero estaba estupefacto. Entonces Lestat<br />

se puso de pie, la levantó y se acercó a mí.<br />

»—Ella es nuestra hija —dijo—. Va a vivir <strong>con</strong> nosotros.<br />

»La miró radiante, pero sus ojos estaban fríos, como si todo fuera <strong>un</strong>a broma horrible;<br />

entonces me miró y su rostro demostró <strong>con</strong>vicción. La empujó en mi dirección. Ella se puso<br />

sobre mis rodillas, y yo la abracé sintiendo lo suave que era, la suavidad de su pi<strong>el</strong>, como la<br />

pi<strong>el</strong> de <strong>un</strong>a fruta cálida, de ciru<strong>el</strong>as calentadas por <strong>el</strong> sol; sus grandes ojos luminosos se<br />

fjaron en mí <strong>con</strong> <strong>con</strong>fada curiosidad.<br />

»—Éste es Louis y yo soy Lestat —le dijo él, poniéndose a su lado. Ella miró en derredor y<br />

dijo que era <strong>un</strong>a habitación bonita, muy bonita, pero que quería a su mamá. Él sacó <strong>un</strong> peine<br />

y empezó a peinarla, <strong>con</strong> los rizos en la mano para no tirar de sus cab<strong>el</strong>los; su p<strong>el</strong>o se<br />

desenredó y parecía de seda. Era la niña más hermosa que yo jamás había visto y ahora<br />

deslumbraba <strong>con</strong> <strong>el</strong> fuego frío de <strong>un</strong> <strong>vampiro</strong>. Sus ojos eran los ojos de <strong>un</strong>a mujer. Se volvería<br />

blanca y solitaria como nosotros, pero no perdería sus formas. Comprendí ahora lo que Lestat<br />

había dicho de la muerte, lo que signifcaba. Le toqué <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo, donde dos heridas rojas<br />

sangraban <strong>un</strong> poco.<br />

»—Tu mamá te ha dejado <strong>con</strong> nosotros. Ella quiere que seas f<strong>el</strong>iz —le decía él <strong>con</strong> <strong>un</strong>a<br />

<strong>con</strong>fanza in<strong>con</strong>mensurable—. Ella sabe que te podemos hacer muy f<strong>el</strong>iz.<br />

»—Quiero <strong>un</strong> poco más —dijo <strong>el</strong>la, mirando <strong>el</strong> cadáver en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.<br />

»—No, esta noche, no. Mañana por la noche —dijo Lestat. Y fue a retirar a la dama de su<br />

ataúd. La niña saltó de mis rodillas y yo la seguí. Se quedó observando mientras Lestat puso<br />

en la cama a las dos mujeres y al esclavo. Les subió la manta hasta la barbilla.<br />

»—¿Están enfermos? —preg<strong>un</strong>tó la niña.<br />

»—Sí, Claudia —dijo él—. Están enfermos y están muertos. ¿Ves?, <strong>el</strong>los mueren cuando<br />

bebemos de <strong>el</strong>los.<br />

»Se acercó a <strong>el</strong>la y la volvió a abrazar. Nos quedamos los dos <strong>con</strong> <strong>el</strong>la en medio. Yo estaba<br />

hipnotizado por su presencia, por <strong>el</strong>la transformada, por cada gesto suyo. Ya no era más <strong>un</strong>a<br />

niña; era <strong>un</strong>a vampira.<br />

»—Ahora Louis iba a abandonarnos —dijo Lestat, moviendo sus ojos de mi rostro al de <strong>el</strong>la<br />

—. Se iba a ir. Pero ahora no lo hará. Porque quiere quedarse y ocuparse de ti y hacerte<br />

f<strong>el</strong>iz. —Me miró—. Vas a cuidar de <strong>el</strong>la, ¿verdad, Louis?<br />

»—¡Tú, hijo de perra! —le espeté—. ¡Maldito!<br />

»—¡Semejante lenguaje d<strong>el</strong>ante de nuestra hija! —dijo él.<br />

»—Yo no soy vuestra hija —dijo <strong>el</strong>la <strong>con</strong> su voz de plata—. <strong>Soy</strong> la hija de mi mamá.<br />

»—No, querida, ya no —le dijo él; miró a la ventana y luego cerró <strong>el</strong> dormitorio y puso la<br />

llave en la cerradura—. Eres nuestra hija; la hija de Louis y la mía, ¿comprendes? Bien, ¿<strong>con</strong><br />

quién quieres dormir? ¿Con Louis o <strong>con</strong>migo? Quizá quieras dormir <strong>con</strong> Louis. Después de<br />

todo, cuando estoy cansado... no soy tan bueno.<br />

El <strong>vampiro</strong> se detuvo. El muchacho no dijo nada.<br />

—¡Una niña vampira! —susurró fnalmente. El <strong>vampiro</strong> echó <strong>un</strong>a mirada como sorprendido,<br />

a<strong>un</strong>que <strong>el</strong> muchacho no se había movido. Miró hacia <strong>el</strong> magnetófono como si se tratase de<br />

algo monstruoso.<br />

50

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!