09.05.2013 Views

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Maris_Glz<br />

—¿Te di la impresión de que no podía sentir? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />

—No, de ning<strong>un</strong>a manera. Es evidente que usted sintió algo por <strong>el</strong> anciano. Se quedó a<br />

re<strong>con</strong>fortarlo cuando usted mismo estaba en p<strong>el</strong>igro. Y lo que sintió por <strong>el</strong> joven Freniere<br />

cuando Lestat quería matarlo... Todo esto usted lo ha explicado. Pero me estaba preg<strong>un</strong>tando...<br />

¿Sentía algo especial por Babette? ¿Acaso ese sentimiento por Babette fue <strong>el</strong> que hizo que<br />

usted tratara de proteger al joven Freniere?<br />

—Quieres decir amor —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. ¿Por qué has vacilado en decirlo?<br />

—Porque usted habló de sentimientos distantes —replicó <strong>el</strong> muchacho.<br />

—¿Piensas que los áng<strong>el</strong>es son distantes? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />

El chico lo pensó <strong>un</strong> momento.<br />

—Sí —dijo.<br />

—¿Y los áng<strong>el</strong>es son incapaces de amar? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. ¿Acaso los áng<strong>el</strong>es no<br />

<strong>con</strong>templan <strong>el</strong> rostro de Dios <strong>con</strong> <strong>un</strong> amor total?<br />

El chico pensó <strong>un</strong> momento.<br />

—Amor o adoración —dijo.<br />

—¿Cuál es la diferencia? —preg<strong>un</strong>tó pensativo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. ¿Cuál es la diferencia? —<br />

insistió, y no se trató de <strong>un</strong>a preg<strong>un</strong>ta dirigida a su interlocutor, sino que se lo preg<strong>un</strong>tó a sí<br />

mismo—. Los áng<strong>el</strong>es sienten amor y orgullo..., <strong>el</strong> orgullo de la Caída... y odio. Las poderosas<br />

emociones abrumadoras que sienten la personas distantes en las que la emoción y la vol<strong>un</strong>tad<br />

son <strong>un</strong>a sola cosa —dijo fnalmente; ahora miró la mesa, como si lo estuviera pensando y no<br />

estuviera enteramente satisfecho de sus palabras—. Por Babette, yo sentía... <strong>un</strong>a emoción<br />

prof<strong>un</strong>da. No es la más fuerte que he sentido por <strong>un</strong> ser humano. —Levantó la vista y miró al<br />

muchacho—. Pero fue muy intensa. Babette, a su manera, fue para mí <strong>un</strong> ser humano ideal...<br />

Se movió en la silla; la capa se agitó suavemente a su alrededor, y él volvió la cara hacia<br />

la ventana. El chico verifcó <strong>el</strong> estado de las cintas. Luego sacó otra de su portafolio y,<br />

pidiéndole perdón al <strong>vampiro</strong>, la colocó en la máquina.<br />

—Perdóneme que le haya preg<strong>un</strong>tado algo tan personal. No querría... —dijo <strong>con</strong> ansiedad al<br />

<strong>vampiro</strong>.<br />

—No preg<strong>un</strong>taste nada por <strong>el</strong> estilo —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, mirándolo de improviso—. Fue <strong>un</strong>a<br />

preg<strong>un</strong>ta correcta. Yo siento amor y sentí algo de amor por Babette, a<strong>un</strong>que no <strong>el</strong> amor más<br />

grande que jamás haya sentido. Pero hubo <strong>un</strong> an<strong>un</strong>cio en Babette.<br />

»Para volver a mi historia, la festa de benefcencia de Babette fue <strong>un</strong> éxito y le aseguró<br />

su vu<strong>el</strong>ta a la vida social. Generosamente, su dinero disipó muchas dudas en las mentes de las<br />

familias de sus galanes, y se casó. En las noches de verano, yo solía visitarla sin dejar que me<br />

viera o supiera que yo estaba allí. Iba a vigilar su f<strong>el</strong>icidad y, al verla f<strong>el</strong>iz, yo también era<br />

f<strong>el</strong>iz.<br />

»Y aqu<strong>el</strong>la noche d<strong>el</strong> incendio fui <strong>con</strong> Lestat a ver a Babette. El hubiera matado a las<br />

Freniere mucho tiempo antes, de no haberlo detenido yo. Y pensó que eso era lo que yo<br />

pensaba hacer.<br />

»—¿Y qué paz <strong>con</strong>seguiríamos <strong>con</strong> <strong>el</strong>lo? —preg<strong>un</strong>té yo—. Tú dijiste que yo era <strong>un</strong> idiota.<br />

¿Acaso piensas que no sé por qué me transformaste en <strong>un</strong> <strong>vampiro</strong>? No podías vivir solo, no<br />

podías solucionar las cosas más simples. Hace años que yo dirijo todo mientras tú te quedas<br />

sentado <strong>con</strong> <strong>un</strong> falso aire de superioridad. No tienes nada más que decirme sobre la vida. No<br />

te necesito ni me puedes ser útil. Tú eres quien me necesita, y si tocas a <strong>un</strong>o solo de los<br />

esclavos de Freniere, te sacaré d<strong>el</strong> medio. Será <strong>un</strong>a batalla entre los dos y no es necesario<br />

señalarte que tengo más int<strong>el</strong>igencia en <strong>un</strong> solo dedo que tú en todo tu cuerpo. Haz lo que te<br />

digo.<br />

»Bien; esto lo dejó asombrado, a<strong>un</strong>que sin razón, y protestó diciendo que aún tenía<br />

muchas cosas que decirme; de cosas y tipos que yo podía matar y que me causarían <strong>un</strong>a<br />

muerte súbita, y de lugares en <strong>el</strong> m<strong>un</strong>do a los que jamás tenía que ir, y más por <strong>el</strong> estilo; <strong>un</strong><br />

absurdo que apenas pude tolerar. Pero no tenía tiempo para él. Las luces d<strong>el</strong> hogar d<strong>el</strong><br />

superintendente estaban encendidas en casa de los Freniere aqu<strong>el</strong>la noche; estaba tratando<br />

de calmar <strong>el</strong> nerviosismo entre los esclavos escapados y los propios. Y las llamas de Pointe du<br />

Lac aún podían verse <strong>con</strong>tra <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Babette estaba vestida y ocupándose de sus as<strong>un</strong>tos;<br />

32

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!