09.05.2013 Views

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Maris_Glz<br />

El muchacho se percató de que la cinta estaba a p<strong>un</strong>to de acabar. Rápidamente, abrió su<br />

portafolio y sacó <strong>un</strong>a nueva cinta, colocándola torpemente en su sitio. Miró al <strong>vampiro</strong> cuando<br />

apretó <strong>el</strong> botón. El rostro d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> parecía cansado, <strong>con</strong> sus mejillas más prominentes, y<br />

ahora faltaba poco para las diez. El <strong>vampiro</strong> se enderezó, sonrió y preg<strong>un</strong>tó <strong>con</strong> calma:<br />

—¿Estamos listos para <strong>con</strong>tinuar?<br />

—¿Le hizo eso a la pequeña nada más que para que usted no lo abandonara? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong><br />

muchacho.<br />

—Eso es difícil de precisar. Fue <strong>un</strong>a declaración. Estoy <strong>con</strong>vencido de que Lestat era <strong>un</strong>a<br />

persona que prefería no pensar ni hablar de sus motivaciones o creencias, ni siquiera <strong>con</strong>sigo<br />

mismo. Una de esas personas que deben actuar. Una persona de ésas debe ser golpeada<br />

bastante antes de que se abra y <strong>con</strong>fese que hay <strong>un</strong> método y <strong>un</strong> pensamiento en su manera<br />

de vivir. Eso es lo que sucedió esa noche <strong>con</strong> Lestat. Había sido arrin<strong>con</strong>ado hasta donde tuvo<br />

que descubrir, incluso a sí mismo, por qué vivía y cómo lo hacía. El mantenerme a su lado, eso<br />

sin duda era parte de lo que lo arrin<strong>con</strong>ó. Pero, sin duda, quería que yo me quedara. Conmigo<br />

vivía de <strong>un</strong>a forma en la que jamás podría haber vivido solo. Y, como te he dicho, siempre<br />

tuve <strong>el</strong> cuidado de no darle <strong>el</strong> título de ning<strong>un</strong>a propiedad; algo que lo enfurecía. No podía<br />

<strong>con</strong>vencerme de que lo hiciera. —De repente, <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> se rió—. ¡Mira todas las demás cosas<br />

de las que me <strong>con</strong>venció! Qué extraño. Me podía <strong>con</strong>vencer de que matara a <strong>un</strong> niño, pero no<br />

de compartir mi dinero. —Sacudió la cabeza—. Pero no se trató en realidad de avaricia, como<br />

puedes ver. El miedo que le tenía era lo que me volvía tan avaro <strong>con</strong> él.<br />

—Usted habla de él como si estuviera muerto. Usted dice que Lestat fue esto o era aqu<strong>el</strong>lo.<br />

¿Está muerto? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> muchacho.<br />

—No lo sé —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. Pienso que tal vez lo esté. Pero ya llegaré a eso. Estábamos<br />

hablando de Claudia, ¿verdad? Hay algo más que quisiera <strong>con</strong>tarte sobre los motivos que esa<br />

noche tuvo Lestat. Él no <strong>con</strong>faba en nadie. Era como <strong>un</strong> gato, según su propia <strong>con</strong>fesión, <strong>un</strong><br />

depredador solitario. No obstante, esa noche se había tenido que com<strong>un</strong>icar <strong>con</strong>migo; hasta<br />

cierto p<strong>un</strong>to se había descubierto al decirme la verdad. Había abandonado su tono de burla,<br />

de <strong>con</strong>descendencia. Por <strong>un</strong> momento había olvidado su furia perpetua. Y esto para Lestat era<br />

exponerse. Cuando estábamos solos en las calles oscuras, sentí <strong>con</strong> él <strong>un</strong>a com<strong>un</strong>ión como no<br />

la había sentido desde mi muerte. Más bien pienso que metió a Claudia en <strong>el</strong> vampirismo por<br />

venganza.<br />

—Venganza no sólo <strong>con</strong>tra usted sino <strong>con</strong>tra <strong>el</strong> m<strong>un</strong>do entero —comentó <strong>el</strong> muchacho.<br />

—Sí. Como he dicho, los motivos de Lestat para cualquier cosa siempre giraban en torno a<br />

la venganza.<br />

—¿Empezó <strong>con</strong> su padre? ¿En la escu<strong>el</strong>a?<br />

—No lo sé. Lo dudo —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. Pero quiero <strong>con</strong>tinuar hablando.<br />

—Oh, por favor, <strong>con</strong>tinúe. ¡Tiene que <strong>con</strong>tinuar! Quiero decir, que son apenas las diez —<strong>el</strong><br />

<strong>entrevista</strong>dor mostró su r<strong>el</strong>oj.<br />

El <strong>vampiro</strong> lo miró y luego sonrió al muchacho. El rostro d<strong>el</strong> joven sufrió <strong>un</strong> cambio.<br />

Palideció como si hubiera sido víctima de <strong>un</strong> ataque.<br />

—¿Aún me tienes miedo? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />

El muchacho no dijo nada, pero se alejó <strong>un</strong> poco d<strong>el</strong> borde de la mesa. Estiró <strong>el</strong> cuerpo,<br />

sus pies rozaron las tablas y luego se <strong>con</strong>trajeron.<br />

—Yo pensaría que serías <strong>un</strong> tonto si no lo tuvieras —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. Pero no lo tengas.<br />

¿Continuamos?<br />

—Por favor —dijo <strong>el</strong> muchacho. Hizo <strong>un</strong> gesto en dirección a la grabadora.<br />

—Pues —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>— nuestra vida sufrió <strong>un</strong> gran cambio <strong>con</strong> mademois<strong>el</strong>le Claudia,<br />

como te puedes imaginar. Su cuerpo murió, pero sus sentidos se despertaron tanto como los<br />

míos. Y busqué en <strong>el</strong>la señales de esto. Pero durante los primeros días no me di cuenta de<br />

cuánto la quería, de cuánto quería hablar <strong>con</strong> <strong>el</strong>la y estar <strong>con</strong> <strong>el</strong>la. Al principio, sólo pensaba<br />

en protegerla de Lestat. La metía en mi ataúd todas las mañanas, no le quitaba la vista de<br />

encima y trataba de que estuviera <strong>con</strong> él lo menos posible. Eso era lo que Lestat quería y dio<br />

muy pocas señales de que le pudiera llegar a hacer algún daño.<br />

»—Una niña muerta de hambre es <strong>un</strong> espectáculo horroroso —me dijo—. Y <strong>un</strong> <strong>vampiro</strong><br />

51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!