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DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki

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Maris_Glz<br />

hecho en la posada. Ni <strong>un</strong>a sola criatura viviente se movió a nuestro alrededor. Únicamente se<br />

oían <strong>el</strong> viento y <strong>el</strong> frotar de las hojas.<br />

»—¿Piensas que sabe que venimos? —preg<strong>un</strong>té, y mi voz no me resultó familiar en ese<br />

viento. Yo seguía mentalmente en aqu<strong>el</strong>la pequeña habitación, como si no hubiera escape de<br />

<strong>el</strong>la, como si <strong>el</strong> denso bosque no existiera. Creo que temblé. Y luego sentí que la mano de<br />

Claudia tocaba <strong>con</strong> mucha suavidad la mía. Los pinos d<strong>el</strong>gados silbaban detrás de <strong>el</strong>la y <strong>el</strong><br />

fragor de las hojas se hizo mayor, como si <strong>un</strong>a gran boca chupase la brisa y comenzase <strong>un</strong><br />

remolino.<br />

»—La enterrarán en ese cementerio. ¿Es eso lo que harán? ¡Una inglesa! —susurré.<br />

»—Si yo tuviera tu tamaño... —dijo Claudia—. Y si tú tuvieras mi corazón. Oh, Louis...<br />

»Y entonces inclinó su cabeza, y era tal su actitud la de <strong>un</strong> <strong>vampiro</strong> a p<strong>un</strong>to de morder<br />

que me aparté de <strong>el</strong>la, pero sus labios sólo se apretaron suavemente <strong>con</strong>tra los míos,<br />

en<strong>con</strong>traron <strong>un</strong>a parte donde aspirar <strong>el</strong> aliento y dejar luego que pasara a mí cuando mis<br />

brazos la abrazaron.<br />

»—Déjame guiarte... —me rogó—. Ya no es posible volverse. Llévame en tus brazos y<br />

bajemos por <strong>el</strong> camino.<br />

»Pero me pareció <strong>un</strong>a eternidad estar allí sentado sintiendo sus labios en mi cara y en mis<br />

párpados. Luego se movió, y de improviso la suavidad de su pequeño cuerpo se alejó de mí;<br />

hizo <strong>un</strong> movimiento tan grácil y rápido que pareció volar en <strong>el</strong> aire al lado d<strong>el</strong> carruaje, <strong>con</strong><br />

su mano aferrada a la mía <strong>un</strong> instante y luego dejándose ir. Entonces bajé la vista para<br />

en<strong>con</strong>trarla mirándome, de pie en <strong>el</strong> camino y en medio d<strong>el</strong> charco de luz de la linterna. Me<br />

hizo <strong>un</strong> gesto cuando retrocedió <strong>un</strong> pie tras <strong>el</strong> otro.<br />

»—Louis, baja... —hasta que amenazó <strong>con</strong> desaparecer en la oscuridad. Y, en <strong>un</strong> seg<strong>un</strong>do,<br />

quité la linterna d<strong>el</strong> gancho y estuve a su lado entre las altas hierbas.<br />

»—¿No sientes <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro? —le susurré—. ¿No lo puedes respirar en <strong>el</strong> viento?<br />

»Una de esas sonrisas rápidas y <strong>el</strong>usivas apareció en sus labios cuando se dio vu<strong>el</strong>ta para<br />

dirigirse a la colina. La linterna mostró <strong>un</strong> sendero entre <strong>el</strong> alto bosque. Se abrochó su<br />

abrigo de lana y avanzó.<br />

»—Espera <strong>un</strong> momento...<br />

»—El miedo es tu enemigo... —me <strong>con</strong>testó, pero no se detuvo.<br />

»Avanzó d<strong>el</strong>ante de la luz, <strong>con</strong> <strong>el</strong> paso seguro, sereno, a<strong>un</strong> cuando las altas hierbas<br />

cedieron <strong>el</strong> lugar a montones de piedra y <strong>el</strong> bosque se espesó y la torre distante desapareció<br />

<strong>con</strong> la retirada de la l<strong>un</strong>a y <strong>con</strong> las grandes redes de las ramas en lo alto. Pronto <strong>el</strong> ruido y<br />

<strong>el</strong> olor de los caballos murieron en <strong>el</strong> viento bajo.<br />

»—Sigue alerta —susurró Claudia mientras avanzaba sin cesar, sólo deteniéndose aquí y<br />

allí cuando las piedras y los matorrales parecían formar <strong>un</strong> refugio. Pero las ruinas eran<br />

antiguas. Si había sido la plaga o <strong>el</strong> fuego o <strong>el</strong> enemigo lo que había asolado <strong>el</strong> poblado, eso<br />

no lo sabíamos. En verdad, únicamente <strong>el</strong> monasterio permanecía.<br />

»Entonces algo resonó en la oscuridad y fue como <strong>el</strong> viento en las hojas, pero era algo<br />

distinto. Vi que se crispaba la espalda de Claudia, vi <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ámpago de su blancura cuando<br />

aminoró <strong>el</strong> paso. Y supe que era <strong>el</strong> agua abriéndose paso lentamente por la montaña, y la vi<br />

allí d<strong>el</strong>ante, <strong>un</strong>a cascada recta e iluminada por la l<strong>un</strong>a que caía en <strong>un</strong>a lag<strong>un</strong>a burbujeante.<br />

Claudia apareció en <strong>el</strong> resplandor de la cascada y su mano se aferró a <strong>un</strong>a raíz en la tierra<br />

húmeda; y entonces la vi escalar aqu<strong>el</strong> risco; sus brazos temblaban ligeramente; sus<br />

pequeñas botas oscilaban, luego se afrmaban en la tierra, luego subían nuevamente. El agua<br />

estaba fría, de modo que <strong>el</strong> aire era fragante. Descansé <strong>un</strong> momento. Nada se movió a mí<br />

alrededor en <strong>el</strong> bosque. Escuché, separando quedamente <strong>el</strong> sonido d<strong>el</strong> agua d<strong>el</strong> sonido de las<br />

hojas, pero nada se movía. Y entonces, poco a poco, y como <strong>un</strong> frío que me subió por los<br />

brazos y la garganta para llegar fnalmente a la cara, caí en la cuenta de que la noche era<br />

demasiado desolada, demasiado exánime. Era como si los pájaros evitaran aqu<strong>el</strong> lugar; lo<br />

mismo parecía suceder <strong>con</strong> la miríada de criaturas que tendrían que haber estado a la orilla<br />

d<strong>el</strong> agua. Pero Claudia, allá encima, necesitaba la linterna y su abrigo me rozó la cara. La<br />

levanté de modo que <strong>el</strong>la apareció de golpe en la luz como <strong>un</strong> querubín fantasmagórico.<br />

Alargó <strong>un</strong>a mano como si, pese a su pequeño tamaño, pudiera ayudarme a subir. En <strong>un</strong><br />

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