DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki
DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki
DESCARGAR entrevista con el vampiro - Soy un yonki
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Maris_Glz<br />
»—¡Vete! —le dije—. ¡Rápido!<br />
El <strong>vampiro</strong> hizo otra pausa, y luego se movió como si quisiera <strong>con</strong>tinuar. Pero estiró sus<br />
largas piernas debajo de la mesa y, echándose para atrás, se llevó las manos a la cabeza<br />
haciendo <strong>un</strong>a gran presión en sus sienes.<br />
El <strong>entrevista</strong>dor, que estaba acurrucado y <strong>con</strong> los brazos cruzados, se r<strong>el</strong>ajó. Miró las<br />
cintas y luego al <strong>vampiro</strong>.<br />
—Pero usted mató a alguien esa noche.<br />
—Todas las noches —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />
—¿Por qué lo dejó ir, entonces? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> chico.<br />
—No lo sé —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>, pero no empleó <strong>el</strong> tono de no saberlo, realmente, sino de no<br />
querer comentarlo—. Pareces cansado —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. Pareces tener frío.<br />
—No tiene importancia —dijo rápidamente <strong>el</strong> muchacho—. La habitación está <strong>un</strong> poco<br />
destemplada. No me importa. Usted no tiene frío, ¿verdad?<br />
—No. —El <strong>vampiro</strong> sonrió y, entonces, sus hombros se sacudieron <strong>con</strong> <strong>un</strong>a súbita risa.<br />
Pasó <strong>un</strong> momento en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> pareció estar pensando y <strong>el</strong> muchacho estudiando<br />
<strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>. Los ojos d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> se posaron en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj d<strong>el</strong> <strong>entrevista</strong>dor.<br />
—Ella no tuvo éxito, ¿no es así? —preg<strong>un</strong>tó en voz baja <strong>el</strong> muchacho.<br />
—¿Qué te imaginas, honestamente? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>. Se había vu<strong>el</strong>to a apoyar en <strong>el</strong><br />
respaldo de la silla. Miró fjamente al muchacho.<br />
—Que <strong>el</strong>la..., como usted dice..., fue destruida —dijo <strong>el</strong> muchacho, y pareció sentir las<br />
palabras, de modo que tragó saliva después de haber dicho destruida—. ¿Fue así?<br />
—¿No piensas que <strong>el</strong>la lo pudiera lograr? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>.<br />
—Él era tan poderoso... Usted mismo dijo que n<strong>un</strong>ca supo <strong>el</strong> poder que tenía, los secretos<br />
que <strong>con</strong>ocía. ¿Cómo podía <strong>el</strong>la estar segura de matarlo? ¿Cómo lo intentó?<br />
El <strong>vampiro</strong> miró al muchacho largo rato, <strong>con</strong> <strong>un</strong>a expresión ilegible para <strong>el</strong> joven<br />
<strong>entrevista</strong>dor, que se en<strong>con</strong>tró mirando para otro lado como si los ojos d<strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> fueran<br />
luces ardientes.<br />
—¿Por qué no bebes de la bot<strong>el</strong>la que tienes en <strong>el</strong> bolsillo? —preg<strong>un</strong>tó <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong>—. Te dará<br />
calor.<br />
—Oh, eso... —dijo <strong>el</strong> muchacho—. Estaba a p<strong>un</strong>to de... El <strong>vampiro</strong> se rió.<br />
—¡Y pensaste que sería <strong>un</strong>a falta de educación! —dijo, y se dio <strong>un</strong>a súbita palmada en la<br />
pierna.<br />
—Es verdad —dijo <strong>el</strong> muchacho, y se encogió de hombros, ahora sonriente. Sacó <strong>un</strong> pequeño<br />
frasco d<strong>el</strong> bolsillo de su chaqueta, abrió la tapa dorada y tomó <strong>un</strong> trago. Levantó la bot<strong>el</strong>la<br />
en dirección al <strong>vampiro</strong>.<br />
—No —dijo <strong>el</strong> <strong>vampiro</strong> e hizo <strong>un</strong> gesto <strong>con</strong> la mano para rechazar la oferta.<br />
Entonces volvió a ponerse serio y <strong>con</strong>tinuó hablando.<br />
—Lestat tenía <strong>un</strong> músico amigo en la rué Dumaine. Lo habíamos visto en <strong>un</strong> recital en casa<br />
de Madame LeClair, que también vivía allí, pues en aqu<strong>el</strong> entonces era <strong>un</strong>a calle que estaba<br />
muy de moda; y esta Madame LeClair, <strong>con</strong> quien también Lestat se divertía de vez en cuando,<br />
le había en<strong>con</strong>trado al músico <strong>un</strong>a habitación en <strong>un</strong>a mansión cercana, donde Lestat lo<br />
visitaba a menudo. Te <strong>con</strong>té que jugaba <strong>con</strong> sus víctimas, se hacía amigo de <strong>el</strong>las, las seducía<br />
hasta que <strong>con</strong>faban en él y le tenían simpatía, antes de matarlas. Aparentemente, jugaba <strong>con</strong><br />
este muchacho, a<strong>un</strong>que su amistad había durado más que ning<strong>un</strong>a de las anteriores que yo<br />
había visto. El joven componía buena música y a menudo Lestat traía nuevas partituras a<br />
casa y tocaba las canciones en <strong>el</strong> gran piano de nuestra sala. El chico tenía talento, pero se<br />
podía ver que su música no tendría éxito porque era demasiado perturbadora. Lestat le daba<br />
dinero y se pasaba las tardes <strong>con</strong> él; <strong>con</strong> frecuencia lo llevaba a restaurantes a los que <strong>el</strong><br />
joven no podría haberse permitido <strong>el</strong> lujo de ir por su cuenta, y le compraba todas las<br />
partituras y los lápices para que escribiera su música.<br />
»Como te dije, esa amistad había durado mucho más que cualquiera de las anteriores de<br />
Lestat. Y yo no podía saber si en realidad se había hecho amigo de <strong>un</strong> mortal, pese a sí<br />
mismo, o si simplemente planeaba <strong>un</strong>a gran traición y <strong>un</strong>a cru<strong>el</strong>dad especiales. Varias veces<br />
había indicado a Claudia y a mí que pensaba matar directamente al muchacho, pero no lo<br />
67