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Comité de Iglesias
Un funcionario de la institución Marco Stanley se crucificó en reclamo de la destitución del presidente del
consejo de administración del IPS, Ing. Pedro Ferreira.
En este caso el fiscal Fabián Centurión imputó al médico y sindicalista Esteban Von Lucken por la
supuesta comisión del delito de lesión grave. El médico había anestesiado la mano del funcionario para
luego ser crucificado. En su defensa Von Lucken afirmó que "el gobierno de Nicanor Duarte Frutos todos
los días nos crucifica... sin anestesia".
El caso del conductor de vehículo del transporte público, Silverio Florentín de 46 años, decidió
crucificarse en un madero en reclamo de ser repuesto en sus puestos laborales él y otros 80 conductores
que perdieron sus trabajos por la cancelación de líneas no permisionarias. "Soy plenamente consciente
de lo que hago. Me crucifiqué por convicción. Yo no estoy loco. La desesperación por la falta de trabajo me
llevó a esto. En mi casa ya estamos pasando hambre", declaraba Florentín en medio de numerosos
conductores afectados por la medida de la SETAMA (Secretaría del Transporte del Área Metropolitana).
Por su parte el consejo de la Setama afirmaba que los mismos choferes que recurren a la fuerza nunca se
presentaron a pedir trabajo a pesar de la oferta abierta desde el acuerdo firmado con ellos el 30 de mayo, según
declaraba el Ing. José Tomás Rivarola, directivo de Setama.
Dos días después se crucificaba el tercer chofer. Se trata de Ramón Vera, desempleado desde hacía 47
días, de 48 años, quien trabajaba en la línea 36-2 y al quedar cesante ni siquiera percibió el dinero
correspondiente a indemnización. Los choferes inmolados pertenecen a las líneas del transporte que
fueron canceladas su circulación por la Setama. Las líneas son la 42, 242 y 36-2 del área metropolitana. El
17 de junio los choferes de las tres empresas decidieron poner fin al conflicto que precipitó la
crucifixión de tres conductores como medio de protesta por la suspensión de sus empleos.
MEDIO AMBIENTE Y ECOSISTEMA
La calidad de vida de una población está dada en el ambiente en que vive. Si su entorno o habitat está
contaminado, entonces se tendrá una población enferma, que constituye una carga económica bastante
grande al Estado. Agregaba que donde hay contaminación, hay pobreza. Donde hay pobreza, hay déficit de
salud pública. Un pueblo que no sabe convivir con la naturaleza y destruye los recursos naturales está
condenado a ser pobre. Estos análisis surgieron durante un taller para periodistas ambientalistas
realizado en Costa Rica (Centroamérica). En el caso del Paraguay se mencionó que tiene evidencias
claras de tener déficit de desarrollo sostenible: No ha aprendido aún a convivir con los recursos
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