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Bajar libro - CIPAE

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Comité de Iglesias<br />

Otro caso publicado por la prensa en esa zona del país señala que Miguel Ángel González Romero, de 18<br />

años de edad, que ya registra tres entradas a la cárcel, se encuentra abandonado hasta por sus padres. El joven<br />

reconoce que la cárcel antes que un reformatorio es una "escuela para la delincuencia", donde se aprenden<br />

todos los vicios. El informe periodístico señala que la población penal de la cárcel de San Pedro está<br />

compuesta en su mayoría por jóvenes. El ocio y la falta de mayor celeridad en los procesos hace que la<br />

mayoría esté lejos de recuperarse y que una vez en libertad fácilmente reincidan y regresen a prisión.<br />

A principios de febrero se informaba que por reclamar su derecho, Norma Portillo, fue despedida de la<br />

penitenciaría regional de San Pedro y no se le permitió la entrada a la institución. Ella prestaba servicios desde<br />

hacía más de un año como celadora. La misma fue responsabilizada por el director penitenciario de haber<br />

ventilado algunas irregularidades que se registran en el penal, sobre todo en lo que se refiere a la contratación<br />

del personal de seguridad.<br />

Desde Pedro Juan Caballero, departamento del Amambay, se informaba que la futura sede de la cárcel<br />

regional de esa ciudad está en total estado de abandono, solo los yuyales crecen en el lugar e irónicamente,<br />

decía la crónica, es frecuentado por delincuentes que utilizan la construcción como un aguantadero.<br />

Mientras la cárcel de esa ciudad, conocida como "el gallinero", que está preparada para albergar a 70<br />

internos, en la actualidad cuenta con 181 convictos. El reclusorio, debido a la superpoblación y escasos<br />

recursos económicos, se convierte en una bomba de tiempo.<br />

El 8 de enero se publicaba por la prensa que un interno de la cárcel de Tacumbú en huelga de hambre hacia<br />

más de tres meses y que se cosió la boca con alambre y se clavó las manos en reclamo de revisión de<br />

su caso se encontraba con un cuadro delicado de salud. Se trata de Víctor Daniel González, de 24 años,<br />

quien fue detenido por robo en San Lorenzo en febrero del 2002 y remitido a Tacumbú el 28 de marzo de<br />

ese año. El reclamo del convicto es que no le concedieron la libertad después de que ya purgó su condena.<br />

Unos 60 reclusos del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de Encarnación se amotinaron y<br />

exigieron el cambio del director del penal, Primo Román, a quien acusaron de malos tratos y de<br />

mantenerlos mal alimentados. Esto ocurría a principios de abril. La inmediata respuesta policial desbarató<br />

la protesta y 16 reclusos resultaron con contusiones durante un choque con los uniformados. Días después y<br />

en represalia por haber denunciado malos tratos e irregularidades en la penitenciaría regional de<br />

Encarnación, cuatro reclusos fueron trasladados al penal de máxima seguridad de Emboscada. Una<br />

reclusa confirmó ante representantes de los derechos humanos y el juez de sentencia Guillermo Skanata,<br />

haber sido víctima de acoso y abuso sexual por parte del director del penal, Primo Román. El acusado negó<br />

enfáticamente la acusación y sostuvo que obedece a un plan urdido por reclusos y guardias quienes buscan<br />

alejarlo del cargo, molestos por haber cortado el negocio de la venta de alcohol y drogas en el penal.<br />

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